Ojos Color de Luna
Ojos Color de Luna
Por: TaniaMartinez352
Prólogo

Mi trasero chocó con el piso y un quejido de dolor salió de entre mis labios.

-¡Concéntrate en tú oponente Julieta!, ¡Ese ataque era demasiado obvio!-.

Los gritos de "apoyo" del Beta de mi madre Logan no hacen que me sienta mejor.

Con molestia me levanto y regreso a una postura defensiva. Mi hermano Jace está en frente de mí. Sin playera, sin zapatos o calcetines, solo usando un pantalón deportivo. Haciendo que todas las perras de la manada estén viendo nuestro encuentro babeando por el cuerpo bien trabajado de él.

Ugh, asqueroso.

Aunque no podía quejarme, pues aunque los machos de la manada no fueran tan descarados como las hembras. También había uno que otro que se me quedaba viendo más de la cuenta debido a mis shorts apretados y al sostén deportivo que era lo único que me cubría.

Tanto mi cuerpo como el de mi hermano estaba bañado en sudor debido a las largas horas que hemos dedicado a entrenar bajo la apabullante luz del Sol. Mi pecho sube y baja mientras trato de controlar mi respiración y ocultar el hecho de que mis músculos pesan como si fueran de plomo. Solo quiero acabar con esto y comer algo.

Adelantándome a mi hermano, está vez soy yo la que se le acerca y le aplico una llave con mis piernas, eso hace que ahora sea él quien caiga al suelo. Punto para mí. Jace logra tomar una de mis piernas mientras cae y me derriba con él. Punto para mi hermano.

Ambos caemos sobre nuestras espaldas y perdemos el aire.

-¡Alto! Esto solo es un ejercicio, pero si fuera un combate real lo hubiera ganado Jace. Julieta, ¿Puedes decirme por qué perdiste?-.

Detesto cuando me dan sermones de moralidad cuando acaban de patear mi trasero.

-Jace mantuvo una postura ofensiva todo el tiempo, no perdió terreno y acertó sus golpes en lugares vitales. En cambio yo estuve distraída y no lo pude evitar a tiempo en varias ocasiones-.

Digo con voz irritada y entrecortada. Joder que todo mi cuerpo me dolía. ¿No podíamos dejar las lecciones para más tarde cuando no estuviera tendida en el pasto? Al parecer no.

-Exacto, aunque también derribaste a tu hermano en varias ocasiones y lo golpeaste en otras. Tus técnicas no fueron tan efectivas como las de él. Tu mayor error fue tu propia estrategia y la falla de tus habilidades para llevarla a cabo. Cada combate es único porque nunca podemos predecir lo que hará la otra persona. Por eso siempre debemos de prestar atención a las señales que nos dan. Piensen en eso hasta el próximo entrenamiento. Terminamos por hoy, pueden descansar-.

Jace y yo dejamos salir un suspiro de alivio. Logan nos dio una mirada divertida.

-¿Están seguros de ser hijos de mi Alpha Rae?, esa mujer tiene casi un milenio y tiene más energías y fuerzas que ustedes dos juntos-.

-Le voy a decir a mamá que vas soltando su edad a los cuatro vientos, estoy seguro de que se reirá mucho-.

El Beta palidece con el comentario de Jace y se aleja de nosotros mascullando algo acerca de que los cachorros de ahora no saben lo que es respeto.

Mi mellizo y yo nos echamos a reír hasta que nos duele el estómago. Nadie se salvaba de las palizas de mi madre, ni siquiera mi papá. Por lo que todos le tenían algo de miedo y muchísimo respeto. Ella era mi modelo a seguir.

Jace es el primero en pararse y me tiende una mano para ayudarme, acepto su ayuda. No creo que sea capaz de cargar con mi pesado trasero en estos momentos.

-Bueno hermanita, me parece que nos hemos ganado un pedazo de carne bien grande y un vaso de agua helada-.

-Dilo por ti hermano, me muero por un plato de fruta fresca y dulce, con jugo a un lado-.

Mi boca se hace agua con solo pensarlo. Jace rueda los ojos y me jala para abrazarme por los hombros. Ambos empezamos a caminar en dirección a la mansión.

-Como sea, pero no creo que sea capaz de esperar a nadie para cenar, en cuanto ponga un pie en la casa le pediré a la señora Bridget que me dé algo para hincarle el colmillo-.

Sus ojos tienen una chispa soñadora y el rugido de su estómago se puede escuchar hasta China.

-No creo que a Jackson le agrade que no lo esperes y te acabes todo como la última vez-.

Le digo divertida por su actitud.

Mientras caminamos la gente nos saluda y nos sonríe. Nosotros regresamos los saludos, y Jace les da una mirada de advertencia a todos los lobos que me ven con una sonrisa más insinuante.

Mis hermanos eran unos celosos territoriales de lo peor, pero así los amaba.

-Bah, ese enclenque me tiene miedo, no se atreve a pelear conmigo porque sabe que le ganaría así- chasquea los dedos, ya casi llegamos a la puerta y me trago una risa cuando veo a Jackson y Julian acercarse a nosotros, Jace no los ve pues sigue muy ocupado hablando - Te lo digo yo Julieta, solo porque Jackson es mi hermano y lo quiero es que no lo he retado por el puesto de Alpha, pero si lo hiciera es obvio que yo sería el vencedor-.

La cara de incredulidad de Jackson hace que por fin me ría, mi mellizo me ve ofendido aún sin reparar en nuestros hermanos.

-¿Por qué te ríes?, ¡Te lo digo en serio!, todos saben que yo soy el más fuerte de los cuatro y el mejor parecido-.

Dice con falsa arrogancia. Jackson y Julian comparten una mirada y se acercan.

-¿Escuchaste eso Julian?-. Dice Jackson y Jace da un salto en su lugar, voltea a ver a nuestros hermanos mayores con cara de inocencia.

-Eso me parece un reto en toda palabra Jackson, creo que nuestro hermanito tiene intención de competir contigo-.

Ambos asienten.

-Si, a mí me pareció lo mismo. ¿Tú qué opinas Julieta? ¿Le enseñamos al cachorro de la casa unos modales o qué?-.

Jackson y Julian me ven burla mientras Jace lo hace con suplica. Les doy una mirada aburrida a los tres aunque me estoy muriendo de la risa por dentro. Le doy una mirada de reojo a mi mellizo y quito su brazo de mis hombros.

-Esto no es asunto mío-.

Me encojo de hombros y camino a la entrada de la casa. Detrás de mi puedo escuchar a mis hermanos pelearse entre ellos y una mirada de reojo hace que aprecie a mi mellizo en el suelo con Jackson sentado en su pecho y Julian sosteniendo sus brazos.

Una sonrisa de oreja a oreja estira mis labios y camino tranquila hacía el comedor. Mamá ya está sentada en una de las cabeceras y ve una de las paredes con expresión seria.

-Hola mamá-.

Saludo alegre, pero parece que no me escucha pues sigue seria.

-¿Mamá?-.

Digo con duda, esta mujer parece de piedra.

-¡Mamá!-. Grito y la saco de su trance, sacude un poco su cabeza y cuando me ve su expresión cambia radicalmente. Me da una sonrisa cálida y sus ojos brillan. Pero a mí nadie me engaña, ella y papá han estado actuando muy raros esta semana. Más específicamente desde el día donde discutimos Jackson y yo en la oficina de papá.

-Hola Julieta, ¿Dónde están tus hermanos?-.

Antes de que pueda contestar los tres revoltosos llegan empujándose los unos a los otros mientras se gastan chistes. Los tres saludan a mamá antes de sentarse en sus lugares. Jace se sienta a lado mío y Jackson y Julian al otro lado de la mesa.

En cuanto estos se acomodan en sus asientos de la cocina sale la señora Bridget y un par de Omegas que trabajan aquí. Los tres traen platos con diferentes comidas cada uno correspondientes a nuestros gustos particulares. Ah, la cocinera de papá es un amor de persona, siempre consintiéndonos.

A mí me sirven un plato con una gran ensalada llena de todo tipo de frutas tropicales con miel y nueces, a parte de un pequeño plato con atún preparado. Por el otro lado a mis hermanos les dan diferentes presentaciones de todo tipo de carne. Jace por ejemplo tiene un enorme bistec bañado en salsa agridulce y unos espárragos que se ve delicioso, aunque no se me antoja tanto como mi fruta.

-¿Papá no va a comer con nosotros?-. Pregunta Julian y ahí caigo en cuenta de que no lo habíamos esperado. Con el tenedor metido en la boca volteo a ver a mi madre con expresión culpable esperando su regaño.

Pero ella niega con su cabeza mientras come su crema de zanahoria creo que es.

-Su padre tiene algunos pendientes, así no lo verán el resto del día-. Nos informa y Jace y yo compartimos una mirada preocupada.

-¿Estará aquí mañana para nuestro cumpleaños verdad?-.

Pregunto con duda y mamá me da una mirada molesta.

-Pues claro que si Julieta, su padre nunca se perdería algo tan importante. Solo se está asegurando de que todo esté listo para mañana. Saben que es un evento muy grande y no queremos que nada salga mal-. Dice muy seria y a mí me arden las mejillas de la vergüenza por haber dudado de él.

-Los dieciocho son una edad importante enana, ¿Están preparados para conocer a sus lobos?-.

Nos dice Jackson y le doy una sonrisa emocionada.

-¿De qué color crees que sea mi loba?-. Pregunto y mis pensamientos vuelan con todas las posibilidades.

-Bueno, yo soy una loba negra y tu padre tiene el pelaje miel. Jackson es de unos tonos más claro que yo pero sigue siendo negro. Julian es de un castaño claro brillante. Así que lo más seguro es que sus lobos sean en ese rango de colores-.

Dice mamá con voz reflexiva y mi hermano mayor sonríe con chulería. Ama ser el primogénito y el único macho con pelaje negro en la manada. De los cuatro él es quien tiene el ego más grande.

-Espero que mi lobo sea dorado como el de papá-. Dice Jace y a ninguno nos sorprende su comentario. Mi papá es el héroe de mi hermano menor.

-Yo solo quiero que sea lo suficientemente grande para poder patearles el trasero en combate-.

Digo con picardía y les lanzo una sonrisa insinuante a los dos mayores. Jackson rueda los ojos mientras que Julian sonríe divertido.

-Aunque el tamaño es una parte fundamental en una pelea no es esencial. Un oponente pequeño puede ser más ágil contra uno grande y usarlo en su favor para ganar-.

Dice Jackson y yo le lanzo una nuez que le da en la nariz. Ya tengo suficiente con los entrenamientos como para seguir escuchando lecciones de mis hermanos mayores.

Mamá abre la boca para regañarnos pero Dannia entra en el comedor y le susurra algo al oído. Ella palidece un poco y sus ojos adoptan un brillo extraño. Se excusa de la comida y sale detrás de su Delta con prisa.

Mis hermanos y yo compartimos una mirada. Yo no era la única que notaba a mis padres raros.

-¿Qué creen que está pasando?-. No puedo evitar preguntar.

-Ni idea-. Contestan los mellizos al unísono y se ve de lo más aterrador. Me pregunto si así nos veremos Jace y yo. Frunzo la nariz y los veo feo.

-Ugh no hagan eso, me da no sé qué, son mellizos no gemelos-.

-Ustedes dos hacen los mismo así que no te quejes- Me dice Julian.

-No es cierto-. Respondemos al tiempo Jace y yo y ambos nos vemos antes de reírnos.

Eso de ser solo mellizos era muy divertido. La mayoría del tiempo.

-Bueno hermanitos, me voy para poder disfrutar de un hermoso baño rejuvenecedor. Traten de no extrañarme demasiado-.

Les digo mientras me levanto de la mesa y todo tipo de comentarios se escuchan.

Trotó a mi cuarto y cuando paso cerca del estudio puedo ver a mis padres reunidos con sus Betas correspondientes y la Delta de mamá. La jerarquía de la manada era algo complicado de entender si no eras uno de los nuestros. Los cinco parecían tener una discusión por las caras serias de todos. Papá más que nadie se veía cansado, con bolsas bajo sus ojos y el pelo desordenado.

Me dieron ganas de quedarme y tratar de escuchar lo que estaban discutiendo, pero el Beta de papa, Noel me vio y cerró la puerta. Puse los ojos en blanco.

Ya nos dirían en cuanto quisieran, ahora tenía que ocuparme de mi misma. Mañana era la gran fiesta y mi primera transformación. Y soñaba con encontrar a mi mate en ese momento.

Lo cual no creía que fuera a pasar por que casi nadie encontraba a su pareja en su primer día como lobos pero hey, se vale soñar.

Una vez en mi cuarto puse a llenar la bañera y le agregué sales y burbujas. Me quité la ropa sudada y me sumergí en el agua caliente que relajo mis músculos.

Hummm, que bien se sentía esto.

Mis ojos se cierran mientras me relajo y en mi mente la imagen de una gran loba con ojos plata y pelaje oscuro que corre libremente por un prado aparece.

Muero por que sea mañana por la noche.

Siempre he creído que cuando me transforme mi vida cambiara para siempre.

Nunca creí acertar tanto con mis palabras...

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