Capítulo Tres

Alguien está cerca.

Ese pensamiento hizo qué abriera los ojos y me pusiera en alerta, todos mis sentidos en su máxima capacidad. Me tardé un segundo en racionar que no lo había pensado, más bien Casiana fue la que me advirtió.

Todo el vello de mis brazos se erizó y mis oídos se agudizaron, notaba la clara presencia de alguien más pero no veía a nadie.

-¿Quién está ahí?-. Demande con voz amenazante.

Pero el silencio fue mi única respuesta.

-Te advierto que estás en territorio de la manada StarryNightMoon, y no toleramos a los intrusos-.

Volví a decir con vehemencia pero de nuevo nadie me contesto, y de no haber sido por que Casiana estaba igual de inquieta que yo me hubiera puesto a pensar que tal vez ya me hubiera vuelto loca.

Me fui acercando a un arbusto donde había creído oír un ruido, mis pisadas lentas he insonoras.

-Julieta-.

Di un salto en mi lugar y me giro de golpe. Jace está viéndome a unos metros. Tiene puesto solo un pantalón y sus ojos rojos y el pelo revuelto. Uy, mi mellizo no había tenido una buena noche.

-Por la Diosa Jace, me asustaste, ¿Cuánto tiempo llevas mirándome?, pudiste ser más considerado y decirme que eras tú-.

Él me da una mirada curiosa antes de mirar alrededor.

-¿De qué hablas?, acabo de llegar y te vi muy concentrada yendo hacía ese arbusto eso es todo-.

Los pelitos de mi nuca se erizan y vuelvo a ver todo a la defensiva.

-Entonces si no eras tú, ¿Quién demonios lleva vigilándome toda la mañana?-.

Digo y mi voz suena entre miedosa y enojada. Joder que esto me iba a dar jaqueca.

-Julieta, no hay nadie más a parte de nosotros aquí- Me dice Jace con voz suave y yo niego.

-Te juro que alguien se está metiendo conmigo desde anoche-. La mirada de mi hermano se oscurece.

-Me parece que la manera en la que termino nuestro cumpleaños es la razón por la que estés imaginando cosas. De cualquier forma te vine a buscar porque tenemos que regresar a casa y no creí que quisieras hacerlo sola-.

Me estremezco de pensar en enfrentar a mis padres y a mi hermano.

-Toma, creo que lo vas a necesitar-.

Jace me lanza una camisa que reconozco como la que estaba usando anoche en la fiesta. Solo es en ese momento que me doy cuenta de que estaba desnuda.

Que estúpida Julieta, desgarraste tú vestido cuando te transformaste.

Le di una mirada apenada y susurré un gracias mientras me la ponía. Aunque yo era alta, la camisa de mi hermano me cubría perfectamente hasta la mitad de los muslos. Prueba suficiente de que su impresionante cuerpo fuera lo suficientemente grande como para disimular que era el menor.

-Vamos, mamá y papá deben estar preocupados-.

Un suspiro salió de mis labios, me apresuré a caminar a lado de mi mellizo y los dos emprendimos el camino de vuelta. Aún no desaparecía esa sensación de ser vigilada pero la ignoré lo mejor que pude, nada malo me pasaría mientras estuviera con mi hermano. Después de unos minutos ya no soporté el silencio asfixiante entre nosotros y empecé la conversación.

-Si nos transformamos llegaríamos más rápido-. Comenté como si nada.

-Tenemos que volver, pero no quiero llegar tan rápido, aún necesito tiempo para procesar el hecho de que tenemos otro hermano-.

Cuando Jace termina de hablar ambos hacemos una mueca y mi mente vuela.

-¿Qué edad crees que tenga?-. Pregunte incapaz de mantenerme callada.

-No lo sé, pero lucía más grande que Jackson-.

-¿Eso significa que puede retarlo por el título de Alpha?, ¿Por eso está aquí?-.

Jace suspira mientras patea una piedra.

-No lo sé, nuestra manada no se guía por las reglas de las demás. En teoría podría pedir un desafío porqué tiene sangre de Alpha, pero papá no es el único Alpha de StarryNightMoon, mamá también lo es, y Jackson tiene la sangre de ambos, lo que debe hacer su derecho al mando más fuerte. Y respecto a sus intenciones, no tengo la menor idea de que está haciendo aquí o lo que espera ganar-.

-¿Por qué crees que nuestros padres nos hayan ocultado su existencia durante todos estos años?-. Mi voz suena dolida.

-Julieta, yo no sé nada más que tú, los cuatro nos enteramos al mismo tiempo, y ahora con la mañana creo que cometimos un error al huir así. Debimos esperar a que nos explicaran que estaba sucediendo-.

-El problema es Jace, que no se si quiero escuchar la explicación. Sea cual sea está mal que nos hallan mentido toda nuestra vida. Ellos que siempre nos dan sermones acerca de la honestidad, la lealtad, y la familia. No tengo la menor idea de que pensar acerca de mis padres en este momento hermano y eso me asusta-.

Mientras digo esas palabras salimos del bosque y nos acercamos al claro donde los lobos entrenan. Esta mañana a diferencia de todas las demás ni Jace ni yo nos detenemos a saludar o tratar de platicar con ellos. Ambos demasiado cansados como para fingir una sonrisa.

-Nuestros padres no son perfectos Julieta, tal vez yo sea más pequeño, pero tú hermanita eres la más ingenua. Ellos tienen derecho a cometer errores como cualquiera. Deberíamos escuchar que tienen para decirnos antes de ponernos de un lado-.

No sabía si enojarme porque mi mellizo me acababa de llamar ingenua, o aceptar que tenía razón aunque no quisiera.

Ahora si me quede callada, reflexionando en las palabras de Jace. El resto del camino pasó en un parpadeo, pronto nos vimos atravesando las puertas de entrada a la mansión. En el recibidor estaba Dannia mirándonos con los brazos cruzados y mirada seria. Un suspiró de cansancio salió de sus labios y sus brazos nos rodearon en un segundo.

-Gracias a la Diosa que están aquí, sus padres estaban volviéndose locos, unos minutos más y hubieran mandado a todos a buscarlos. Vayan a darse una ducha y vestirse, yo les diré que están de una pieza. Después vayan a la oficina, sus padres tienen que hablar con ustedes-.

Dannia nos suelta, mi hermano y yo compartimos una mirada extrañada, no acostumbrados a las muestras de cariño de la loba. Pero ambos asentimos y caminamos escaleras arriba para seguir sus instrucciones.

Después de dormir una noche en el bosque una ducha caliente suena de lo más satisfactorio.

(...)

Jace y yo estamos en afuera de la oficina de papa, mirando la puerta de madera como si fuera la cosa más interesante del mundo. Ninguno de los dos se había atrevido a tocar todavía, aunque estaba de lo más segura de que mis padres ya sabían que estamos aquí. Pero nos respetan lo suficiente como para darnos nuestro tiempo.

-¿Estás lista hermanita?-. Me pregunta Jace y yo suspiro.

-No creo estarlo nunca, pero al mal tiempo darle prisa-.

Y ambos alargamos el brazo y tocamos al mismo tiempo. La puerta se abre de inmediato y ambos nos metemos en la habitación cerrando detrás.

Papá está sentado en su silla detrás del escritorio, con una de sus manos sostiene la de mamá que está parada atrás de él mientras lo sostiene de los hombros. Jackson está sentado en una de las sillas enfrente de ellos, tiene los brazos cruzados y no hay rastro su normalmente expresión chulesca pues está muy serio con la vista clavada en la pared. Julian está sentado en un sillón lateral con un pie recargado en su rodilla mientras que lee algún libro que deja de lado en cuanto nos ve. En el extremo opuesto del mismo sillón se encuentra él.

Mi hermano.

Nuestro hermano.

Medio hermano.

Trago saliva y reprimo las ganas de salir corriendo que tengo.

-Ya era hora, creí que se quedarían ahí afuera toda la mañana-. Dice irritado el desconocido y todos le damos una mirada asesina.

-Leonardo, guarda silencio-. Ordena mi madre, y aunque anoche él no se mostrará muy de acuerdo en obedecer ahora hace lo que le dicen y hace una señal con sus dedos de cerrarse los labios con una llave.

-Hijos, primero quiero decirles lo mucho que me alegra que ambos estén bien después de pasar la noche en el bosque- Papá empieza y se detiene un segundo, desde dónde estoy puedo ver como mamá le da un apretón en la mano antes de continuar -Se que ambos tienen muchas dudas acerca de su hermano, y les aseguro que les explicaré todo, pero primero déjenme decirles que su madre y yo sentimos mucho el dolor que les causamos al ocultarles esto durante todo este tiempo. Lo hicimos pensando justo lo contrario, y nunca esperamos que se enteraran de esta manera-.

La voz de papá suena cansada y triste, mis ojos se llenan de lágrimas y casi se me escapa un sollozo cuando intento hablar.

-No entiendo nada papá. ¿Quién es exactamente Leonardo y como es qué es nuestro hermano? ¿Dónde ha estado todo este tiempo? ¿Por qué nos mintieron? ¿Qué va a pasar de ahora en adelante?-.

Mis padres intercambian una mirada y mamá es la que me contesta.

-Leonardo es su medio hermano, hijo de su padre y de otra loba de Golden Moon. La chica se quedó embarazada antes de que nos conociéramos y nos enteramos después. Deben de entender que él pasado de su padre y él mío es muy complicado. En ese entonces casi ni nos hablábamos, y nos acabábamos de enterar de que éramos mates cuando se supo que la mamá de Leonardo iba a tenerlo. Hubo una discusión muy grande por eso, y no ayudo en nada que nos hubiéramos estado preparando para pelear contra los vampiros al mismo tiempo. Ganamos esa guerra pero durante la batalla la madre de su hermano fue secuestrada, nunca supimos de ellos de nuevo. Durante todos estos años los hemos estado buscando, pero siempre con el mismo resultado. Nunca les dijimos nada porque queríamos evitarles el dolor de saber que tenían a un hermano que no sabíamos si estaba vivo o muerto. Y en cuánto que pasará ahora, pues nada, las cosas seguirán su curso, pero su hermano vivirá aquí, y gozará de los mismos derechos que ustedes-.

Mi cabeza quiere estallar con esa explicación, ¿Mis padres habían estado peleando con vampiros cuando se conocieron?, hasta donde sabía solo quedaban muy pocos clanes porque los habíamos llevado hasta casi la extinción. ¿Leonardo había sido criado por los chupasangres entonces? ¿Dónde estaba su madre?

-No pienses tanto en eso Julieta, miren, lamentamos no haber sido honestos durante todos estos años, pero las cosas son como son y no nos queda más que aceptarlas. Leonardo es su hermano y no es su culpa que sean unos desconocidos los unos de los otros-. Dice papá y le doy una mirada al chico que ahora parece incómodo por ser el centro de atención.

-Pero sigo sin entender, si la loba estaba embarazada de ti antes de que conocieras a mamá, eso significa que él es más grande que nosotros. ¿Qué eso no lo hace el primogénito y por consiguiente el futuro Alpha?-. Preguntó con duda y temblor. Jackson suelta un gruñido y despega su mirada de la pared para clavarme los ojos de su lobo.

-Eso nunca, tal vez él sea el primogénito de mi padre, pero yo lo soy de mi madre. Hijo de ambos Alphas, yo tengo más derecho. Además de que no solo se necesita la sangre para dirigir una manada, yo he sido criado desde mi nacimiento para liderar. Soy y seguiré siendo el siguiente para guiar a la manada después de nuestros padres aún si un ejército de hijos desconocidos azota la puerta-.

-Jackson-. Reprende con tono duro mi padre y mi hermano vuelve a clavar su mirada en la pared.

-No te preocupes hermanito, no tengo interés alguno en ser Alpha de una manada, no me agrada eso de tener responsabilidades y preocuparme por los demás. No va conmigo-. Dice Leonardo y yo lo veo con las cejas arqueadas.

¿Cómo puede decir eso?

-¿Y qué sí va contigo en ese caso?, ¿Tirarte todo el día y sacarte las pulgas acaso?-.

-¡Jackson!, ¡Última advertencia o estás castigado!-. Vuelve a regañar papá.

Pero Leonardo solo le da una sonrisa que reconozco de mis hermanos. Ese tipo de sonrisa que hace que le quieras romper los dientes porque te saca de tus casillas.

-Soy un gran peleador Jacinto, puedes comprobarlo cuando quieras-. Juro que puedo escuchar los dientes de mi hermano crujir.

-Jackson, mi nombre es Jackson, y estoy encantado de enseñarte de lo que está hecho un lobo con sangre plateada-.

-Basta ustedes dos, llevan toda la mañana así y termina siendo cansado que actúen como una pareja de mates peleando por todo-. Julian habla por primera vez y mis dos hermanos lo ven con enojo por la comparación.

Leonardo nos da una mirada llena de confusión.

-¿Sangre plateada?, ¿De qué demonios hablas Jacinto?-.

-¡Jackson!, ¿Es tan difícil de recordar? ¡¿Yo no voy por ahí llamándote Leonel verdad?!- Mi hermano casi pierde los papeles y Jace se aclara la garganta haciendo que recomponga- Como sea, sangre plateada, ya sabes. Mi madre antes de juntarse con mi padre era la Alpha de Silver Moon, la manada más poderosa del mundo, sus lobos siendo distintos a los demás llevan sangre color plata a diferencia de los lobos comunes y corrientes, haciéndonos más fuertes, veloces y otras cosas que no entenderías. Mis hermanos y yo lo heredamos de ella, pero como tú no eres su hijo, obviamente tienes sangre roja como papá-.

Cuando Jackson termina de hablar hace una mueca y su cabeza se agacha. Alguno de mis padres debe de haberlo regañado por el link mental. Lo más seguro es que fuera mamá. Ella siempre ha sido muy estricta y desconfiada acerca de las personas que saben de nosotros.

-Creo que ya hemos alargado bastante está discusión, vayan todos a prepararse, para darle la bienvenida a Leonardo iremos todos de caza-. Dice papá y a pesar de los pocos ánimos que tenemos, todos nos emocionamos.

Ir de caza todos juntos era algo que pasaba muy poco y era extremadamente divertido. Normalmente nos dividíamos en dos equipos y competíamos para ver quién conseguía las mejores piezas. Esta vez sería la primera en la que podríamos participar Jace y yo como lobos.

-Pero papá, ni Julieta ni yo hemos desayunado nada-. Se queja Jace y mi estómago como si lo hubiera escuchado ruge lo bastante alto como para que todos en la sala lo escuchen.

Julian me ve divertido con las cejas arqueadas y siento que me pongo como tomate con la mueca burlona de Leonardo.

-Pues desayunen rápido. En veinte minutos los quiero a todos en la entrada listos para salir, Julian lleva a Leonardo a su cuarto por favor, es el que está en el pasillo contrario al suyo, la primera puerta-.

-Si mamá-. Dice Julian mientras se levanta y le hace una seña a Leonardo que se para y salen los dos de la habitación.

-Ustedes dos vayan a desayunar, tenemos que hablar con su hermano-. Dice papá y Jace y yo le lanzamos una mirada a Jackson antes de desaparecer de la oficina también.

Mis padres ven muy seriamente a Jackson mientras que mi hermano tiene cara de perro regañado.

No escuchamos nada de lo que dicen pues mamá y papá esperan a que estemos bastante alejados para empezar a discutir lo que sea que necesiten. Esto era algo que pasaba de vez en cuando, por el hecho de que Jackson es el futuro Alpha había cosas que solo le podían decir a él. Pero que pidan hablar con mi hermano a solas después de recibir una noticia así hace que mi curiosidad aumente al mil.

Ugh, maldito instinto de querer saberlo todo.

Justo cuando estaba a punto de girarme para regresar a la oficina y escuchar a través de la puerta Jace me toma de la blusa que estaba usando y me arrastra con él.

-Ni se te ocurra Julieta, todavía seguimos pagando el precio de tú última idea de escuchar lo que no debíamos-.

Abro la boca indignada. ¿Acaso mi mellizo era adivino y yo no lo sabía?

-¡Pero qué dices!, ¡Yo solo iba a regresar para pedirle prestada a mamá una de sus dagas de plata!-.

-Uhum, y yo soy jefe de la mafia chupasangre. Por favor hermanita. Eres mi melliza, te conozco como la palma de mi mano, estabas a punto de escuchar la conversación a escondidas de nuevo-.

Intento mostrarme ofendida pero no puedo, tiene toda la razón, si había alguien esté planeta que me conociera bien ese era él. Así como yo lo conocía a él.

-Bien bien, tú ganas, sé que está mal, pero es que todo este asunto con Leonardo me tiene paranoica, hay tantas cosas que aun no entiendo. ¿Dónde ha estado él todos estos años?, ¿Y por qué apareció de repente?, ¿Qué es lo que está buscando? Tal vez seamos medio hermanos pero eso no significa que debamos creer en el ciegamente. El tipo no ha hecho nada para demostrarnos que podemos confiar en él y mis padres solo lo reciben con los brazos abiertos-.

Digo y sueno más adulta de lo que me gustaría, pero ¿Es qué solo yo veía lo raro de este asunto?

-Tampoco nos ha mostrado que no podemos confiar en él. Tal vez no sepamos su pasado pero él tampoco sabe el nuestro, y no es como si fuéramos contando nuestras vidas a los cuatro vientos. Es su privacidad al fin y al cabo. Dale un voto de confianza, quien sabe, tal vez con el tiempo nos acostumbremos a él-.

Bufo mientras entramos al comedor, nos sentamos en nuestras sillas y de inmediatos los Omegas nos dan un plato de comida.

-No tengo nada en su contra, solo soy desconfiada por naturaleza. No quiero que nada le pase a la manada o a nuestra familia-.

Digo honestamente mientras corto mis wafles con miel.

-Lo sé, eres una gran loba Julieta, tu intuición y tu audacia nos han ayudado en muchas ocasiones y te consta. Pero creo que tus sentimientos están interfiriendo con tu juicio-.

Jace dice mientras le da una mordida a su sándwich, yo reflexiono un momento, tal vez tenga un punto ahí. Pero joder, que la sensación de que algo no va bien no me abandona desde anoche en el bosque.

-Es que tengo esta extraña sensación de ser vigilada desde anoche. Me tiene inquieta y con los nervios de punta. A parte de que me pasó algo de lo más extraño cuando nos transformamos-.

Mi mellizo deja su desayuno de lado y me mira seriamente.

-Otra vez con eso, ¿Qué fue exactamente lo que paso anoche como para qué estés tan paranoica?-.

Abrí la boca para contarle lo del extraño aroma y de que cómo Casiana me había advertido que no estaba sola. Pero en ese momento Julian y Leonardo aparecieron en el comedor.

Ya había dicho que no tenía nada en contra del tipo, pero me parecía que era un tema bastante personal y por más hermano mío que fuera aún seguía siendo un desconocido y no tenía ganas de contarle mis problemas.

Te lo cuento después.

Le dije por el vínculo a Jace y él me dio un asentimiento mientras ambos seguimos desayunando.

Julian se sentó en su silla y Leonardo ocupo la de Jackson.

-Bueno hermanitos, ¿Qué hacen ustedes para divertirse por aquí?-.

Preguntó Leonardo mientras robaba una fresa de mi plato. Yo le quise morder la mano como una reacción primitiva. No compartía mi comida con nadie, ninguno de nosotros lo hacíamos en realidad, por eso siempre nos daban platillos diferentes a todos y lo bastante grandes para no tener que robarle al otro.

-No tenemos mucho tiempo para divertirnos. Entrenamos desde la seis hasta las nueve, después desayunamos en familia. Jackson se queda con papá para resolver asuntos de la manada. Julian acompaña a Noel o a Logan por la manada ayudando en lo que se necesite y Jace y yo tenemos lecciones con mamá y algunos tutores. Luego de eso comemos todos juntos y cada uno hace lo que quiere con su tiempo libre-. Le digo irritada por mi fresa.

MI fresa.

Leonardo finge un bostezo.

-Que aburrido, yo no podría vivir así, necesito acción, aventura, adrenalina. La vida cotidiana no está hecha para un lobo como yo-.

Me siento enrojecer de la indignación, pero solo sigo con mi desayuno, no vale la pena discutir esto con una persona como él.

-Pues tendrás que acostumbrarte, si te vas a quedar aquí lo más probable es que mis padres encuentren una tarea para ti también y no te quede de otra más que obedecer-.

Dice Jace más tranquilo que yo, y le da la última mordida a su sándwich, toma jugo mientras de nuevo un Omega retira su plato.

-¿Quiénes son Logan y Noel y porqué pasas todo el tiempo con ellos Julio?-.

Julian le da una sonrisa calmada a Leonardo, esa que normalmente pone cuando Jackson está de un humor especialmente pesado.

-Mi nombre es Julian. Mis hermanos son Jace y Julieta, intenta no olvidarlo Leonardo, pues te aseguro que nosotros no olvidaremos el tuyo. Contestando a tú pregunta, Noel es el Beta de papá mientras que Logan lo es de mamá. Paso el tiempo con ellos instruyéndome acerca de sus funciones porqué seré el Beta de Jackson cuando este ascienda a Alpha-.

Leonardo se tensa un poco por la manera en la que mi hermano pronuncia su nombre, pero lo disimula bien. Juro por los Dioses que hay algo raro con este tipo.

-¿Por qué ambos tienen Betas?, Tengo entendido que una manada solo el Alpha es el que tiene un Beta para que lo ayude-.

Dice pasando por alto la clara advertencia. Yo ruedo los ojos mientras como el resto de mis fresas.

-Ya te dijimos, nuestra manada no es una manada común y corriente. Es el resultado de la fusión de las dos manadas más fuertes del mundo. Golden Moon y Silver Moon. Papá era Alpha de la primera y mamá de la segunda. Cuando se descubrieron mates y unieron las manadas ambos quedaron como los Alphas en lugar de Alpha y Luna. Así que ambos nos dirigen. Somos una manada bastante numerosa así que dividirse el trabajo es algo sencillo. Por eso ambos tienen a sus Betas correspondientes y aparte de eso mamá tiene una Delta llamada Dannia-.

Le explico con toda la calma del mundo, mi nuevo hermano suelta un silbido bajo y sus ojos chispean curiosidad.

-Ustedes sí que son una familia de lo más rara-. Asegura

-Gracias-. Contestamos los tres al unísono y compartimos una sonrisa cómplice.

Terminó mi desayuno en silencio y justo están retirando mi plato cuando mis padres aparecen con Jackson en medio de ellos.

-Bueno, ¿Listos para cazar?-.

Dice papá y la adrenalina me recorre entera.

Claro que estaba lista.

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