Capítulo Diez

Cómo supuse y predije, hallar la esencia de Leonardo no fue cosa difícil, aunque le voy a conceder que hizo un buen trabajo intentando ocultar su rastro. Pero los mejores rastreadores de mis padres me habían adoctrinado desde que pude aprender a detectar olores.

Y aun así te perdiste en el bosque

Se burló Casiana en mi cabeza.

Tampoco es como si tú, grande y poderosa loba, pudiera encontrar el camino de vuelta así que no me molestes.

Gruñona

Cállate y concéntrate en encontrar a mi hermano, mientras más rápido lo hagamos más rápido sabremos de nuestro mate.

Hubieras empezado por ahí humana

Seguimos le camino de migajas oculto en el bosque, corrí esquivando árboles y procuraba memorizar el sendero para sabe

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