—¿Qué dices? —interroga con asombro:— ¿Dices que fue Rodrigo quién por poco te atropella? —Sí… él. —respondo en tono firme. Paola quien se había adelantado para abrir la puerta del apartamento, regresa con cierta suspicacia hacia donde nos encontramos conversando. —¿Ocurre algo? —cuestiona. —Vamos al apartamento y te explico, Pao. —Me adelanto a hablar y aclarar su duda, no quiero generar otro inconveniente entre ellos. Marcelo nos acompaña hasta el apartamento, yo tomo asiento en el sofá, mientras Paola y él conversan o discuten en voz baja. Desde la puerta, él se despide de mí, volteo a verlo. —Nos vemos en un rato. Vengo por ustedes en treinta minutos. Asiento con una sonrisa amable, aunque por dentro mi corazón se siente motivado y ansioso de poder ver a Rodrigo. —Siéntate Pao. —Le pido y ella, se acomoda a un lado del sofá. Comienzo a explicarle lo ocurrido esa tarde, ella escucha atenta y en silencio. —Eso que me has contado parece de novela de TV, que él te ha
POV RodrigoPor un breve instante, me parece estar alucinando, volteo a mi lado derecho y creo verla. Sí. Creo ver a Ofelia, estoy seguro de que es ella. ¡Pero eso no puede ser! Cierro y abro los ojos de forma rápida y me aseguro de que no haya sido producto de mi imaginación ya que no he logrado sacarla de mi mente ni un segundo. Pienso en mi falta de sutileza por no ir a verla después de haber pagado lq cuenta en la administración. Sin embargo, luego de que mi madre y mi hermana, se fueron en mi coche, fui a buscarla; pero ella ya no estaba. En ese momento, confieso que me sentí ligeramente ansioso pero a la vez resignado. ¿Por qué estaba empeñado en ella? ¿Por qué deseaba tanto verla si conozco su realidad a la perfección? Nuestras miradas se encuentran por segunda vez en menos de un minuto. Respiro profundamente tratando de recuperar el control de mi cuerpo. Comienzo a hablar en representación de mi familia y en honor a mi abuelo. Mis palabras emergen de lo profund
Sus ojos claros, color ámbar me miran fijamente, mientras la ayudo a incorporarse con suavidad. Ella se sostiene de mis hombros hasta que su cuerpo se empareja con el mío. Una especie de campo magnético nos rodea, como si quisiéramos quedarnos así el resto del tiempo, de nuestras vidas. Repentinamente, ella aparta mis manos de su cintura con repulsión y su mirada cambia, de cálida a fría. —¡Suéltame! —Me ordena y puedo sentir en el tono de su voz una abrumadora firmeza. —Sólo quería ayudarte a levantarte. —argumento. —Llevas varias horas, desde que nos conocimos, siendo un accidente en mi vida. Por tu culpa, tengo mi pie lastimado y ahora me lanzas al piso sólo porque se te antojó entrar al baño de damas. —increpa. Escuchar aquellas palabras saliendo de sus labios, me hacen enojar. Si algo no soporto son las injusticias, y ella lo estaba siendo en ese momento. —No pienso permitir que me hables de ese modo —digo apartándome de forma abrupta, ella me observa con sus grandes
POV OfeliaNo puede ser cierto lo que estoy viendo. ¡Se está besando con otra mujer acabando de hacerlo conmigo! No sé que me enoja más, si el hecho de que esté con otra o que me haya dejado con las ganas.¡Es un vil traidor, y yo con mis bragas húmedas!El rostro de Paola de asombro y su mirada compasiva al ver mi desconcierto, me llevan a ver la realidad en la que estoy. En ese momento, él ingresa con la pelirrubia al salón principal mientras, yo me recuesto ligeramente de la pared. —¿Estás bien? —Me pregunta. —Me duele un poco el pie. —Me excuso.— ¿Podrías pedirme un uber? —¿Te irás? —cuestiona. —Sí, debo descansar. —Vale, ya te pido un taxi. —dice, hurgando dentro de su cartera, saca el móvil y continúa revisando en su interior. —¿Qué buscas? —Le pregunto. —Las llaves del apartamento. —contesta, sacando el manojo de llaves y sacudiéndolas — Las he encontrado. —No es necesario, Pao. —suspiro— Creo que es mejor que regrese a casa. —Pero no me habías dicho que
—Suéltame, Felipe. —grito adolorida por aquel segundo tirón. Su mirada oscura provoca escalofríos en mi cuerpo.De forma violenta, me suelta del cabello, luego me sujeta del brazo obligándome a salir de la tina.—Sal de allí. —Me ordena.Obedezco más por verme obligada que por voluntad propia, mi cuerpo destila agua. Él me mira de forma extraña, como si buscase algo diferente en mí, luego sonríe de forma malévola.—Nadie más se interesaría en ti —esgrime.— Eres tan simple y aburrida que aún no entiendo porque me casé contigo.—Ya por favor, deja de herirme de esa manera —Le ruego con voz ahogada mientras, cubro mis pechos con mi antebrazo.—No me das órdenes, zorra. —Me sujeta por ambos brazos y me sacude con fuerza.— Puedo hacer contigo lo que me dé la gana.Me saca a empujones del baño, llevándome de regreso hasta la habitación. En un movimiento brusco me lanza sobre la cama, se arroja sobre mí y comienza a besarme a la fuerza. El olor a alcohol que expide y transpira, es nauseabund
POV Rodrigo Entramos al salón principal. Amanda se acerca a mi madre, quien al verla se quiebra nuevamente. —Mandy viniste, hija —Mi madre intenta ponerse de pie para recibirla. —No tienes que levantarte Aline. —dice en tono afable colocando su mano en el hombro de mi madre. Luego toma asiento y la rodea con sus brazos.— Estoy aquí para apoyarte en lo que necesites —comenta y luego levanta el rostro mirándome como si esperase algún gesto de aprobación. Mi madre frota y cubre con sus manos la suya. Amanda y ella, siempre se la han llevado muy bien. Si hubiese seguido con mi sueño de casarme con Amanda, ambas estarían postuladas a un gran premio, y de seguro terminarían siendo las ganadoras de un record Guiness como nuera y suegra del año. Es por ello, que sé que si me ausento por algunos minutos, mi madre estará encantada de disfrutar de su compañía. —Ya regreso madre, debo darle algunas instrucciones al administrador. —Hijo deberías quedarte con Mandy, sería descortés de
En el momento en que me dispongo a regresar al salón principal y hablar con la amiga de Ofelia, veo a Amanda saliendo hasta el estacionamiento y dirigiéndose hacia mi coche. En un movimiento impulsivo dejo la cartera de Ofelia debajo del asiento.—Vine a buscarte, Aline desea verte —Se adelanta a decirme antes de que la interrogue sobre su asedio.—Sí, ya iba de regreso —Le respondo y cierro la puerta trasera del vehículo.—¿Te sucede algo? —cuestiona— Te veo como ansioso desde que llegué.—Un poco preocupado, tengo que ocuparme de todas las cosas de mi abuelo. —contesto un tanto evasivo.—Sé que podrás hacerlo, Rodrigo —Se aproxima y me rodea con sus brazos por segunda vez. Con suavidad pero a la vez con firmeza retiro sus brazos de encima de mis hombros. Realmente me incomodaba su afán de demostrarme afecto.—Gracias Amanda. Pero no quisiera confusiones entre nosotros. —afirmo— Creo que todo quedó claro en nuestra última conversación.—Rodrigo sólo estoy siendo comprensiva contigo.
POV Ofelia Abro los ojos, miro todo a mi alrededor, estoy sola en mi habitación. Debí quedarme dormida luego de…Me incorporo lentamente en la cama, todo mi cuerpo duele, duele de tristeza, de indignación, de vergüenza. Veo hacia el reloj despertador, son poco más de las nueves. ¿Cuándo acabará este día? Todo parece ralentizado, como si las cosas estuviesen ocurriendo en cámara lenta y el tiempo no transcurriese. Me pregunto a dónde estará metido Felipe. Mas, mi pregunta no se debe a que realmente me importe que no esté en casa, no. Sólo me preocupa pensar que puede entrar a la habitación con intenciones de lastimarme nuevamente. Con lentitud y adolorida, me levanto de la cama, dejando todo hecho un desastre. Me dirijo al baño, necesito quitarme de encima sus besos lascivos, sus caricias soeces, sus fluidos. Entro a la bañera, enciendo el hidromasaje para relajar mis músculos mientras con la esponja limpio mi cuerpo como quien limpia a un animal herido; siento que mi piel que