La presentación termina, las luces son encendidas, Akiro mira a Kenji con orgullo y luego mira a Aiko con desaprobación.
El rostro de Aiko luce pálido, casi sin expresión pero en su interior siente una mezcla entre ira y tristeza. Le molestó ver el descaro de su padre, lo miró indignada, quería gritarle a la cara lo que sentía pero decidió callar por el momento, porque en esa junta están los compradores de sus acciones en la empresa y para nada les ayuda hacer un espectáculo en ese lugar.
El comprador se ve agradecido, un árabe arrogante acompañado de su hijo y su sobrino, hombres hermosos que derrochan lujo y dinero en su forma de vestir y actuar.
- Gracias por tan maravillosa presentación, sino es mucha molestia quiero que Kenji trabaje junto a mi hijo un par de meses mientras se acopla al trabajo, ya que es su primera responsabilidad fuera de mi mentoría y veo que su hijo ha hecho un buen trabajo, por supuesto que lo recompensaré como se merece - dijo el señor Alí.
Ante ese comentario Akiro y Kenji se miran las caras, mientras Aiko sonríe queriendo ver cómo su padre abordará la situación.
- Mejor que trabaje con mi hija Aiko, ella lo sabrá orientar – dice Akiro.
- ¿Tienes una hija?- pregunta el hombre desconcertado lo que le produce más dolor a la joven.
Los accionistas la miran y miran a su padre como comprendiendo por primera vez porque la joven siempre estaba atrás del hombre.
Por lo que Akiro se aclara la garganta.
- Aiko es mi hija adorada, soy muy celoso lo confieso, por eso no la presento a nadie, pero quiero que su hijo se adapte bien – dice con una sonrisa hipócrita.
Aiko bajó la mirada, decepcionada y deprimida, quedando pensativa por un instante.
- ¡Que linda chinita! - dice Alí mirando a Aiko y le da un codazo a su hijo, mal entendiendo las palabras del viejo empresario.
- Ya Habraham tiene prometida – dice con respeto, acción por la cual Aiko se sonroja y a la vez pierde la paciencia necesitando explotar y decir todo lo que siente.
- No es lo que mi padre quiso insinuar – dijo impulsivamente y llena de ira, levantándose de la silla en un segundo – solo que soy yo quien ha trabajado en la empresa por dos años y no mi hermano, soy muy eficiente, el informe que acaban de oír es muestra de ello y aprecio que les haya gustado el resultado, pero ya tengo un nuevo proyecto laboral y mi pasaje de avión comprado, aunque quisiera ayudarle, no puedo hacerlo – terminó de decir y tomo asiento, con el corazón acelerado y apretando sus manos por la vergüenza y ansiedad.
- Ok entiendo – dice Alí, con una sonrisa comprensiva en el rostro.
Narra Aiko.
Levanto la mirada y Habraham me está mirando al igual que su primo. Abraham con una sonrisa pícara me guiña el ojo, su primo muy serio me observa con una mirada penetrante que me intimida.
Bajo mi mirada, pero siento que aún me observa, es un joven muy apuesto, vestido con un traje negro, camisa corbata, saco y pantalón, todo del mismo color, con ropa a medida que deja ver que tiene un cuerpo fornido.
El hombre tiene ojos cafés, hermosos labios carnosos, barba, cabello grueso y lacio como de quince cm., de largo. Me intimidó mucho y no sé cómo actuar.
Muerdo mi labio inferior y me quedo ausente de la realidad, mirando hacia abajo repasando en mi mente todo lo que había sucedido. Siento como van dejando la sala vacía y me doy cuenta de que la reunión ha terminado, no tengo idea de cuál es el acuerdo final, no pude oír más nada por estar sumergida en mis pensamientos, soy la última en levantarse de su silla, sabiendo que en casa me espera una gran discusión.
Me pongo de pie y camino hacia la salida, un hombre se atraviesa en mi camino y me detengo abruptamente, lo miro a los ojos y es el sobrino del señor Alí, siento que pierdo el aliento al tenerlo tan cerca, su olor es exquisito y varonil, su cuerpo es increíble, solo de verlo me siento seducida y al mismo tiempo siento temor, tiene un aire de hombre malo y despiadado, a la vez de varonil y encantador.
- Señorita Aiko, tome – su voz varonil y grave me impresiona, lo miro con atención mientras él me entrega una tarjeta – llámeme en un par de horas, quiero hablar con usted.
Tomo la tarjeta sin pronunciar palabras, él se voltea y lo veo alejarse, deleitando mi mirada en su amplia y fornida espalda, miro como las mujeres lo observan a su paso, es un hombre increíblemente llamativo.
Observo la tarjeta, es negra con letras doradas dice “Karim Asghar” y muestra un número telefónico con código de Estados Unidos y esa es toda la información que posee, no entiendo por qué quiere que lo llame, ni que cree que tiene que hablar conmigo.
Observo a Karim alejarse y sin darme cuenta una sonrisa se dibuja en mi rostro, sacudo la cabeza para evitar que mi imaginación comience a volar y al darme cuenta de mi falta de disimulo me sonrojo, me avergüenza ser inexperta y a juzgar por la forma de actuar y el aspecto del hombre, deduzco que debe ser todo un cazador, un hombre que se complace con mujeres de una noche, y nada más, jamás se fijaría en mí y si lo hiciera no sería para nada que valga mi esfuerzo.
Guardo la tarjeta en el bolsillo de mi saco y camino a mi oficina, si así se le puede llamar, es un cubículo pequeño, cerrado y sin ventilación pensado como depósito de la oficina principal.
Paso por el despacho de mi padre para lograr llegar a mi espacio laboral, miro el lugar con nostalgia ya que es mi último día allí, busco una caja, recojo mis cosas y las guardo (un par de hermosos cactus que me acompañaron en este tiempo, el pequeño abanico de mi escritorio, mis bolígrafos, una agenda y el pequeño almohadín que evita dolores en mi espalda).
Cuando voy a salir de la oficina oigo la voz de mi padre y me detengo porque no quiero hablar con él en este momento, oigo su discusión con la secretaria, él la culpa por haber permitido que yo entrara en la sala de juntas.
Me siento culpable por la forma en que es sancionada y pienso en si debo salir a defenderla o seguir retrasando lo inevitable, se oye un silencio repentino, con cuidado y delicadeza abro la puerta y en un segundo me arrepiento de haberlo hecho.
Vi a mi padre desnudando a aquella mujer, subiéndola sobre el escritorio para tener sexo con esa secretaria veinte años menor que él, jamás había visto a mi padre como un viejo baboso y verde, pero hoy destruyó la poca bondad que veía en él.
Narra Aiko.>No lo podía creer, quería estar equivocada, caminé a un lado y al otro, no quería salir, pero mucho menos quería quedarme a escuchar sus sonidos.Saqué mi teléfono y le envié un texto a mi madre “¿por qué lo toleras, él no te merece”, guardé mi teléfono en mi maletín, tomé mi caja y empujé la puerta con fuerza.Mi padre y la zorra se separaron de golpe y buscaron vestirse con rapidez, caminé hacia la puerta, la abrí y grité a todo pulmón.- Continúa la fiesta con la zorra de la secretaria, tal vez prostituirse sea la única forma de ganar dinero porque es una pésima empleada.Me fui, dejando la puerta abierta, y a ambos en evidencia ante las personas que transitaban en el piso, me fui de prisa de la oficina, vi el auto negro de mi padre estacionado frente a la empresa, me subí a la parte trasera y dije con mi voz quebrada.- ¡Miguel llévame a casa!.El auto comenzó a andar directo a mi lugar de residencia, al llegar entré agitada, con el ros
Narra Aiko.Me levanté de la cama y salí de la habitación con cuidado hacia el recibidor, las luces estaban encendidas pero parecía que no había nadie en la casa, caminé en busca de la cocina y allí encontré una pequeña campanilla parecida a las qué usaban antiguamente en los hoteles, al no saber cómo llamar a la empleada toque la campanilla y al poco tiempo la mujer apareció.Me sentí indignada de la forma en cómo ella es tratada, me di cuenta que no podía trabajar con Karim por qué no toleraría estar con una persona como él, imponente, engreído y maltratador, ya con mi padre había tenido suficiente.Me acerqué a la mujer y le pedí disculpas por haberla llamado de esa forma, le expliqué que no conocía su nombre y por eso no sabía cómo llamarla.- Alicia – respondió de forma precisa.Ella me sonrío con dulzura y me preguntó si tenía hambre, hablando de una forma extraña como si tuviese algún acento extranjero.Mi respuesta fue afirmativa, la miré cocinar, cené y luego la mujer me i
La vida de Aiko ha sido complicada desde el inicio, aunque ella es totalmente inocente de todo lo que ha sucedido, también ha sido la primera afectada y eso ha determinado hasta los momentos su forma de ser.Todo inició con el matrimonio de sus abuelos, ambos herederos de familias adineradas en Corea del Sur con fuertes expectativas sobre sus hombros y una gran cultura ancestral que honrar, para Ha - naul la abuela de Aiko la decisión era clara, debía lograr ser sumisa e inteligente ante su pareja, ganar su voluntad y lograr verse eficiente para ser tomada como esposa y socia empresarial y no quedar relegada solo al hogar, por eso decidió casarse con Hyun Hung el pretendiente más sumiso y menos exitoso ante las opciones propuestas por su familia.La mejor forma de sellar la unión era ser madre y justo un año después de su matrimonio quedó embarazada de su primer hijo, que desafortunadamente resultó ser una niña y no un varón como creía conveniente, pero eso no importaría si Hyo- ri hu
Narra Karim.Después de que Aiko se fue a la habitación de huéspedes su presencia en mi hogar comenzó a inquietarme, vinieron recuerdos a mi mente que podían sacarme de mis cabales por lo que necesité irme a un bar para beber alcohol y pensar muy bien como jugar mis cartas.Mientras conducía no podía evitar repasar lo sucedido el día de hoy en mi mente. La mujer inicialmente me dio la imagen de ser insegura, sumisa, callada y reprimida, toda una presa fácil para lograr mis objetivos, luego afuera de su casa la visualicé diferente.Verla enfrentarse a su padre y la manera en la que actuó conmigo me llamó mucho la atención, pensé que me vería como su salvavidas y me trataría con más amabilidad pero no lo hizo, más bien actuó distante, supongo que es lo correcto según su educación. También pensé que haríamos trato de inmediato y que me ayudaría el hecho de haber sido su salvador pero parece que me equivoqué, ni siquiera ha escuchado mi propuesta y ya me dijo que no le interesa, así que
Narra Karim. Salgo del bar directo al auto donde mi chofer me esperaba, me dirijo a un hotel dónde descanso un par de horas y al despertar, Sergio mi asistente, chofer y amigo, ya me ha traído algo de comer y beber para mejorar mi estado, ingiero todo, luego me doy una ducha renovadora y me dirijo a mi departamento. Llego en silencio, camino con cautela y me dirijo a la habitación dónde Aiko descansa, la miro dormir, se ve serena, joven y hermosa, aun usa la misma ropa de ayer, algo en mí quiere dejarla afuera de esto, pero no es posible, las acciones suelen tener efectos colaterales y ella será uno de esos. Me dirijo a mi habitación, busco una vieja camiseta de algodón, un bóxer y lo coloco en el buró junto a su cama, salgo de la habitación y le envío un texto a Sergio pidiéndole artículos de higiene femeninos, un camisón para dormir y un par de vestidos veraniegos talla pequeña, porque la mujer se ve pequeña, frágil y delgada. Camino a mi habitación y me recuesto en mi cama, ali
Narra Aiko. Busqué mi maletín, tomé mis lentes de montura plateada, saqué mi portátil y me senté en el centro de la cama, con mis piernas cruzadas en forma de agura y la pc sobre ellas, ingreso a internet haciendo un sondeo de las acciones de Inglaterra y la situación de la empresa, luego ingreso a mi correo y me consigo con un mensaje de mi hermano. “Aiko, padre está furioso, pero espera que tú y mamá regresen y le pidan perdón, sé que te molestó lo de la empresa pero no tuve opción, por favor vuelve, ¿a dónde irás sin dinero?, si no vuelves en un par de días padre no te permitirá ingresar a ninguna empresa, eliminará tus accesos, así lo ha dicho”. Me alegra que mi hermano me escriba y muestre algo de respeto hacia mí, a la vez me indigna que mi padre piense que mi madre y yo debemos pedirle disculpas y volver a él cuándo es Akiro Hung quien debería pedir disculpas. Mis ojos se llenan de lágrimas por la impotencia, un dolor de cabeza amenaza con aparecer. “No puedo disculparme y
Narra Aiko. Desayune y salí de la habitación, lavé los utensilios de comida y le pedí a Alicia que me indicara dónde lavar mi ropa, ella quería hacerlo por mí pero no se lo permití, metí la ropa a la lavadora y luego la guindé en un espacio de mi habitación junto a la ventana para que el sol y el viento hicieran su trabajo ya que la tela se encogería en la secadora y perdería mi único traje. Me acosté en la cama frente a mi computadora, me coloqué audífonos para escuchar música mientras escribía un mensaje para mi abuela. Necesito de su ayuda, aunque no sé si quiera dármela, pero debo intentarlo. Siento que no puedo seguir en el hogar de Karim, apenas y conozco al hombre y no sé si pueda sentirme segura en este lugar, llegué ayer y es más que suficiente para mí, nunca me había quedado en casa de un hombre y además éste es un desconocido. Narra Karim. Toco la puerta de la habitación de Aiko pero no contesta, aviso que voy a entrar y lo hago, la observo acostada en la cama boca aba
Sergio es un hombre muy observador y por eso se había convertido en la mano derecha de Karim, se daba cuenta muy rápido de los gustos de las personas, sabía como tratarlas y complacerlas, para él no era nada complicado ni forzado simplemente le salía natural.De solo ver a Aiko intuía la sencillez de la chica y su inocencia a pesar de su edad, veía en ella a una persona llena de temores e insegura a la hora de actuar.Cuando Sergio vio a Aiko con Miguel, se percató rápidamente de que era cercana a su empleado, también pudo entender que le tenía temor a su abuela y que no le mentía a Karim, en efecto no estaba sola ni desprotegida, tenía el apoyo y dinero de Ha-naul. Además pudo conocer el nombre de su abuela lo que le serviría a Karim para investigar mejor a la chica.…Aiko siguió a Sergio a la tienda de lencería, éste se quedó unos pasos atrás para darle espacio, pero la joven parecía perdida en el pasillo de finas y hermosas prendas, por lo que decidió pedirle a una vendedora que a