Narrador Omnisciente.
Abigaíl estaba junto a Rogelio en el mismo restaurante de lujo que fue con Bruno a la reunión con los clientes nuevos para la empresa. Abigaíl lamentó la casualidad, allí solo recordaba como Bruno la tocó por segunda vez bajo la mesa, soltó una risita al recordar cómo le machacó las pelotas.
—Estás muy contenta mi cielo. — Le dijo Rogelio sonriendo junto a ella en una pequeña mesa, Abigaíl de nuevo se sintió culpable de no sacar de su mente a Bruno Lambert.
—Estoy muy feliz mi amor, no quiero pelear más contigo —, Abigaíl tomó la mano de Rogelio en la mesa y lo decía en serio, quería poder dejar atrás de una vez por toda esta aventura ilícita que manten&i
Narrador Omnisciente.Sofía estaba hecha una furia sin saber qué debía hacer porque notaba la incomodidad de Bruno así que pidió algo para comer y luego entró a la oficina de Bruno quien seguía hablando por teléfono.—¿Qué quieres Sofía? — hizo Bruno el teléfono a un lado tapando el micrófono para preguntarle, ya que le pareció desagradable la manera en la que ella entró sin apenas pedir permiso.—Bueno... ya casi se pasa la hora del almuerzo y tú no has comido nada, creo que podemos comer algo aquí o no sé; si deseas vamos a un restaurante— le propuso la asistente jugando con sus dedos.— No tengo hambre— dijo seco y ella se qued&oa
Narrador Omnisciente.En el momento que Abigaíl llegó junto a Rogelio a la oficina Bruno levantó la vista respirando más calmado, puesto que al menos ya habían llegado, salió con rapidez y aprovechando la presencia de Rogelio anuncio.— Señora Cisneros preparé todo porque debemos salir a un viaje de negocio que durará tres días, — Abigaíl se tensó pues tres días a solas con Bruno representaba un problema mayor, en cambio, Rogelio se alegró de escuchar eso porque en ese lapso de tiempo puede aprovechar la ausencia de Bruno para poder hacer el transporte ilegal que tiene pendiente y ganarse esa plata extra con la que podrá pagar el departamento de Camila.— Pero… señor Lambert tengo una familia…. &
Narra Bruno.—Consideras que tus palabras causan algún efecto en mí—, sonreí cuando la vi negar con la cabeza— que bien que lo tienes claro, porque todo debe girar a mi alrededor así me gusta y de ese modo será siempre.—Creo que me equivoqué contigo Bruno, no eres un niño, eres un demonio cabrón que estás lleno de oscuridad la cual quieres desbordar sobre otros más débiles para sentirte grande.Dejó de mostrarse molesta y estas son las conductas de ella que me confunden y no logro dilucidar.—Entonces aceptas que me perteneces— ignore sus palabras y ella me sorprendió cuando se encogió de hombros y después acercó la cara un poco y susurr&oa
Narra Abigaíl.Salí armada con una tarjeta de crédito negra y sin bragas, la situación diera risa, sino fuera que lo que está involucrada es mi dignidad, pero no me da la gana de ser un títere de Bruno Lambert y debe aprender, así sea solo con algo insignificante para él; sin embargo, sé que me dará una victoria de alguna manera.Me dirigí al centro comercial cercano y entré a la boutique de lencería femenina que siempre quise entrar, pero no me atrevería porque sé que todo es absolutamente costoso aunque sean piezas muy lindas, mi primer arrebato fue reponer las bragas que él rompió como bestia salvaje, libidinosa y ardiente, bruto infeliz que me dejó con las ganas, mejor no sigo por ahí, porque me mantengo convencida que este juego termin&oacut
Narra Abigaíl.Disimule mi rabia a su prepotencia y sonreí, me bajo del escritorio y él se para con la arrogancia de un rey, lo miré una vez más por el día de hoy soltar su cinturón y bajar su pantalón junto a su bóxer, debo reconocer que ese falo rosado es lo más apetecible y erótico que he visto en mi vida, porque no acostumbro a ver ni siquiera películas eróticas, me arrodillé, tomé la vara con perversidad que no sé de dónde me sale, lamiendo la gota pre seminal lo miré, su cara linda y agradecida casi me hace sonreír, no pienso más, lo metí en mi boca hasta el fondo y chupé con fuerza pasando mis dientes por toda la extensión del largo y grueso falo en mi mano que también utilicé para volverlo loco.&
Narrador.Wilmer la miró un instante y Lara podría jurar que vio deseo en su mirada, pero apretó con fuerza el volante y miró de nuevo la carretera.—Lara, hemos trabajado de manera excelente, me caes bien y es normal que después de pasar juntos tantas horas…—Eh, para allí querido —Lara lo interrumpió—, no me vengas con un cuento de caballero andante, no estás interesado y punto.—Tengo novia, Lara y es algo serio y aunque reconozco que no soy un santo, sé que contigo no tendría un rollo de solo una noche.—Está bien, no he dicho nada acerca de la lujuria— entonces. Wilmer rió con iron&ia
Narrador.Mientras tanto en el antro Emiliano salía del servicio de caballeros, de regreso en la atestada pista de baile en seguida una chica frente a él comienza a mover las caderas al son de la música, Emiliano pone sus manos a cada lado de su cadera y está bailando, la otra chica con quien pensaba pasar la noche lo dejó abruptamente cuando recibió una llamada de su mamá o niñera, Emiliano no tenía ni idea y tampoco le importaba en lo más mínimo, se concentró en la nueva chica, la música cambió por algo más movido y se separaron ligeramente, en eso una mujer se acerca a la chica y le dice algo en el oído, Emiliano a pesar de la oscuridad y las luces parpadeantes, identifica a la chica, es Arantza, su nuevo infierno personal.Emiliano trata en vano de obtener la atenci&oa
Narrador.El alboroto en la empresa era un caos cuando Abigail llegó al vestíbulo notando las cámaras y las modelos que caminaban de un lado a otro mientras observaba a su jefe con el rostro totalmente rojo.«Oh Dios líbrame de este loco, seré feliz si al menos hoy no tengo que aguantar sus desafíos» pensó hastiada respecto a Bruno, y bastante molesta porque los mensajes y llamada de la noche anterior no salía de su mente como ese depravado la amenazó con Jeremías y aunque ciertamente es un hombre le enfureció que Bruno lo utilice para su macabro entretenimiento.Sabía que había llegado tarde como siempre, pero poco le importaba, había tenido una mala noche, por dos razones; la primera era por qué Rogelio la ha