MADRE ABNEGADA.

Narrador.

Wilmer la miró un instante y Lara podría jurar que vio deseo en su mirada, pero apretó con fuerza el volante y miró de nuevo la carretera.

—Lara, hemos trabajado de manera excelente, me caes bien y es normal que después de pasar juntos tantas horas…

—Eh, para allí querido —Lara lo interrumpió—, no me vengas con un cuento de caballero andante, no estás interesado y punto.

—Tengo novia, Lara y es algo serio y aunque reconozco que no soy un santo, sé que contigo no tendría un rollo de solo una noche. 

—Está bien, no he dicho nada acerca de la lujuria— entonces. Wilmer rió con iron&ia

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