Narrador.
El alboroto en la empresa era un caos cuando Abigail llegó al vestíbulo notando las cámaras y las modelos que caminaban de un lado a otro mientras observaba a su jefe con el rostro totalmente rojo.
«Oh Dios líbrame de este loco, seré feliz si al menos hoy no tengo que aguantar sus desafíos» pensó hastiada respecto a Bruno, y bastante molesta porque los mensajes y llamada de la noche anterior no salía de su mente como ese depravado la amenazó con Jeremías y aunque ciertamente es un hombre le enfureció que Bruno lo utilice para su macabro entretenimiento.
Sabía que había llegado tarde como siempre, pero poco le importaba, había tenido una mala noche, por dos razones; la primera era por qué Rogelio la ha
Narrador omnisciente.A bruno no le agradó la respuesta de Abigaíl, pero ofendido calculó que ella es una masoquista que se deja pisotear por ese viejo sin gracia así que asintió diciendo antes de alejarse un “bien”, sin embargo, luego de dos pasos se detuvo y le ordenó a Rogelio.— Vaya a trabajar señor Cisneros que no le pago para perder el tiempo—, Rogelio apretó los puños sintiendo humillantes las palabras de Bruno y miró a Abigaíl con una sentencia clara en los ojos antes de marcharse hacia el ascensor.Por su parte, Bruno subió a su oficina y Abigaíl se cambió en medio del llanto, y después de llorar a mares fue a trabajar ignorando los intentos de Lara por dialogar con ella, pues no tenía á
NARRA BRUNO. El despertador suena provocándome migraña, ¡Dios!, no debí beber anoche, no acostumbro a beber seguido, pero esta situación me tiene desubicado entre lo que siente mi cuerpo y mi cabeza, trato de que se pongan de acuerdo con algo de alcohol, pero aún sigo confundido con respecto a la señora Abigaíl Cisneros, porque aunque la lógica me indique que ella es una aprovechadora que utilizó a Rogelio para obtener una mejor vida, creyendo que Rogelio era el jefe de una gran empresa; ahora me goza para beneficiarse del auténtico dueño que si la excita, no puedo dejar de ver lo obvio y aunque no esté completamente seguro de lo que planea Abigaíl sí sé que es ingenua y su culpa se ve auténtica, quizás solo soy un imbécil que está cayendo en las redes de la mujer y por eso este fin de semana procuraré sacarla de mi sistema, porque no puedo permitirme tener distracciones ahora que estoy tan cerca de obtener mi venganza y
Narra Bruno.— Se puede saber de qué muere el jefe de seguridad por ver— preguntó Abigaíl con una de su hermosa y definida ceja alzada.Emiliano me miró y sonrió malicioso a punto de darle una respuesta de las que solo él sabe crear, pero le dediqué una mirada de advertencia; sé que poco le agrada Abigaíl, literal a él no le agrada nadie y a mí por igual por esa y por más razones compartimos muchas cosas en común.—Por ver la cara de tu esposo cuando te plante un beso aquí delante de él— me causo risa en la manera tan rápida que soltó su equipaje y tapó sus labios.—No te atrevas&mda
NARRADOR OMNISCIENTE.Camila sabía que Rogelio de seguro la visitaría como cada noche y ya se estaba fastidiando de su presencia, puesto que una cosa era soportarlo por momentos a tenerlo metido todo el tiempo en la casa, lo amaba, pero se había acostumbrado a su soledad, le gustaba tener tiempo para ella. Así que aprovechando que pronto sería la hora de almorzar, se puso el vestido que hace dos noches Rogelio le había comprado, luciendo muy bien y elegante para su edad.Le irritó tener que tomar un taxi, pero no le quedaba de otra, ya que quería ir a un restaurante muy exclusivo de California.Eligiendo la mejor mesa, como siempre presumida, se sentó con delicadeza pidiendo lo más costoso de la carta y luego de comer todo lo que había pedido incluyendo el vino
NARRA ABIGAÍL.Me quedé impresionada con la belleza y elegancia del hotel al que llegamos en New York, el hotel Larsson New York, pertenece a la cadena de hoteles Larsson, todos son cinco estrellas, debo reconocer que este es el viaje de más categoría que he hecho en mi vida, con Rogelio viajé algunas veces, pero no nos quedábamos en hoteles cinco estrellas ni siquiera porque pagaba la empresa, quizás él tiene razón y Bruno llevará a la empresa a la ruina, pues no es mi problema, la empresa es de él.Bruno de manera profesional reclama las habitaciones para ambos, una al lado de la otra en la planta vip, luego me ofrece la tarjeta de mi habitación junto con una tarjeta de crédito negra.—Ve de compras, hoy cenaremos y quisiera que asist
NARRADOR OMNISCIENTE.Bruno iba de camino al restaurante cuando se cruzó con el dueño del hotel, Bernhard Larsson. Tenía años sin verlo, pues él fue amigo de su padre.—Señor Bernhard, es un placer saludarle, soy Bruno Lambert.—Claro que sí Bruno, te recuerdo cómo estás muchacho —, Bernhard Larsson le dio una palmada en la espalda—, supe que tomaste el mando en Sky Limited.—Así es, para mañana tengo una reunión acá con empresarios a los cuales pretendo conseguir como clientes.—Me alegro, sé que tu padre estaría muy orgulloso de ti.—Pues quien sabe
NARRADOR OMNISCIENTE.Bruno no aguantó, necesitaba saber de ella, conocer sus razones, preguntó con temor de notar que su respuesta fuera una descarada mentira, tenía que escucharla decirlo y luego interpretarlo.—El amor no entiende de edad —, respondió Abigaíl de inmediato, era la respuesta que siempre había tenido, pero precisamente hoy no se sentía segura de eso, después de un minuto y cuando Bruno se sintió decepcionado, era una respuesta vacía y ensayada, pensó que no diría más ella continuó—, mi familia no aprobaba a Rogelio, yo apenas tenía 18 años, pero siempre fui muy madura y Rogelio era tan diferente a los chicos a mi alrededor, él no deseaba jugar, quería formar una familia, pues ya tenía un hijo; sé que Jerem&iacu
Narrador Omnisciente.Bruno la elevó hasta que ella abrazó su cintura con sus piernas, mientras él la devoraba como nunca, con exigencia, pero, aunque deseaba que esto durará muchas horas, frente a él esta vez había una cama, no un escritorio, no había cámaras que tapar, ni cristales que oscurecer, estaban solos y entre sus brazos tenía la hembra más apetecible que había deseado, se acercó a la cama y la puso de pie en ella.—Quítate la ropa sexi Abigaíl, quiero verte a mis anchas, embriágame con tus encantos —, la voz de Bruno era oscura y seductora, él aflojó su corbata y la tiró al piso, soltó su cinturón y Abigaíl de solo verlo se sentía arder, mordió su labio inferior sonriendo, sintiénd