Narrador Omnisciente.
Emiliano entró a la mansión de su padre, pensó con un poco de molestia que ahora entra como perro por su casa y aunque decidió perdonar a Marcelo, bien podría mantenerse apartado, pero Arantza insiste en darle a su padre felicidad familiar y tratarlo a él como hermano ahora que él la desea más que a nada; pasó directo al pasillo que da al aposento de su padre porque lo más irritante de venir a esta casa es tropezar con Cintia, entonces ve al doctorcito recostado al marco de la puerta de la habitación de su padre y sonriendo de forma seductora a Arantza y ella a su vez tiene una gran sonrisa dirigida al galeno.
—Buenas noches… —dijo Emiliano más alto de lo que debería y disfrutó de ver al doctor pararse firme como un soldado al escuchar la diana.<
Narrador Omnisciente.Emiliano la tomó entre sus brazos, poniendo sus manos grandes y calientes en su cintura descubierta y se le hizo agua la boca, se acercó a su cuello y aspiró su fragancia, sintiendo como despertaba su entrepierna de forma furiosa.Arantza mantuvo su rostro desviado y apretó los puños sintiendo como su piel se erizaba cuando sintió la corta barba de Emiliano raspar la columna de su cuello.—¿Qué crees tú que es el amor Arantza?, es solo la justificación social para que sea aceptado el deseo y reproducirnos como especie en civilización, el amor no existe como en los cuentos nena; mi padre amó a mi madre y le fue infiel, me amaba a mí y me desterró por culpa, al final todos los seres humanos solo ven por sí mi
Narrador Omnisciente.—Es suficiente Cintia, no atormentes más a tu propia hija —dijo Marcelo furioso y en voz alta como dueño y señor de la casa Garces—, eso no te lo permitiré, tú le haces daño y pensé que era malo apartarte de su vida, pero es lo mejor ¿crees que quedaste bien, que tuviste la última palabra?, solo quedaste como una desvergonzada, una víbora que solo la motiva el dinero, jamás supiste apreciar el regalo que te dio la vida con esta hija, ahora es tarde, no me importa que no lleve mi sangre; eso nunca me importó, ella es mi hija y eres tú quien sobra en esta casa, ya que tanto Emiliano como ella te corrieron.—Pues me largo, total para lo que me sirves, tú siempre un poco hombre, esta niña una mala agradecida y tú un pobre inf
Narrador Omnisciente.Al otro día en la mañana Bruno despertó con un dolor de cabeza bestial, su camisa estaba lavada y planchada, podía ir directo a la oficina, allá tenía ropa y la herida le dolía mucho menos que la noche anterior.Se arregló y salió de la habitación de invitados y lo recibieron para desayunar, Arantza afanada ayudando a las chicas del servicio con las viandas de comida y atendiendo a Marcelo que la miraba como padre orgulloso cuando ella le dio un beso en la mejilla.—Buenos días, querido… —le dijo Emiliano con voz fina bromeando junto a él sonriendo, Bruno también lo hizo.—Ahora tu casa es un sitio familiar y feliz. —, Bruno palmeo su hombro burlón, sin embargo, y aunque Emiliano puso los ojos en blanco, Bruno siente alegr
Narrador Omnisciente.«Pero que creí es Rogelio, un egoísta que no haría nada por nadie» pensó sintiéndose más desengañada de él, ese último gesto la hizo sentir que él no se merece nada de su parte y para cumplir como persona iría a saber de él, pero nunca sería amiga de un hombre tan terrible como él, que nunca le sumó a su vida, sino que le retó demasiado tanto que hoy se siente estúpida.Abigaíl se despidió de Daniel evadiendo darle una respuesta sobre la invitación a pasar tiempo con sus hijos y es que ya con la mala experiencia vivida no quiere mezclarse con hijos de otro y tomarle cariño sintiéndolo suyo propio, además que nota el interés de Daniel y sabe que en estos momentos no tiene cabeza para d
Narrador Omnisciente.Por su parte, Bruno había vuelto al hospital, pero no porque ya se sintiera culpable ni nada por el estilo, sino porque pensó en la posibilidad de encontrar a Abigaíl allí, puesto que, conociendo su manera de ser, sabía que ella iría a visitar a los Cisneros por qué es una mujer bondadosa.En cuanto la vio a punto de subir a un ascensor alterno al que él había llegado la jalo del brazo, causándole un susto porque ella no esperaba ser jalada por nadie y sin ver quién era ella forzó para que la soltara hasta que giró y lo vio.—Tenía que ser tú, déjame en paz, Bruno— le reclamó irritada y sintiendo como su corazón traicionero saltaba y su toque le picaba en la piel, en
Narra Abigaíl.Aún siento mi corazón latir a mil por hora y mientras me alejo de Bruno siento un dolor persistente instalarse en mi pecho, como si me faltara el aire y a la vez me costara respirar, cierro los ojos y me concentro en respirar pausadamente y las lágrimas brotan de mis ojos sin autorización, no en un llanto agitado, no hay gimoteos, solo lágrimas que salen una tras otra, en mi mente se repite lo que acabo de vivir con él, siento que su mirada era diferente, sus palabras fueron diferentes, no había burla, me mostraba lo que cree sentir, porque también entiendo que es imposible, Bruno no puede quererme, aunque él quizás así lo crea, es una obsesión y eso no es amor.—El amor entrega y no exige —, una vocecita en mi cabeza me insiste en que debo dar el paso y entregarme y
Narrador Omnisciente.—Que tiene que ver el mocoso Lambert, vieja víbora, venenosa, que no se te olvide que tú y yo tenemos la misma edad.Camila se echó a reír a todo pulmón disimulando y sin demostrar que la manera de tratarla de Rogelio la hirió, él siempre fue muy atento y amoroso y ahora la ponía de lado por otra mujer, pero muy contenta porque estaba segura, que él se lamentaría de sus palabras, cruzó los brazos.—Ay Roge, ese es justo el problema, eres viejo, pasado de moda, pobre diablo y arrastrado, tu tierna esposa, esa mocosa que crees que puedes manejar, la acabo de ver con Bruno Lambert y como él le metía la lengua hasta las amígdalas.Rogelio se echó a reír
Narra Abigaíl. El día de hoy me levante bastante indispuesta con un dolor de cabeza horrible que me hace marear y por supuesto me produce náuseas, pero no hago caso, saldré con el agente de bienes raíces a ver la empresa y que según me están esperando, emocionada por ese proyecto salgo a tomar un taxi, de camino al centro donde me espera el agente me quedó con la boca abierta al observar una enorme valla publicitaria de Sky Limited conmigo en ella, me veo de cuerpo entero con el apretado traje de piloto con los brazos cruzados en el pecho y mi enorme sonrisa, ¡Dios mío!, de verdad esas son mis piernas, se ven de infarto y más con semejante tamaño, el conductor me observa, una y dos veces y me sonríe pidiéndome un autógrafo, pero qué locura, no puedo evitar pensar en Bruno, él no quería que yo fuera la modelo, siempre tan autoritario y dominante, cierro los ojos y lo recuerdo en esa escalera de emergencia y vuelvo a pensar que