EL ADN NO MIENTE.

Narrador Omnisciente.

Ya eran más de las 9:pm y aún Emiliano estaba en casa de su padre; sin embargo, él descansaba y Arantza se ocupó de que Emiliano comiera, lo hizo dentro de la habitación de su padre, en el espacio donde su madre tomaba el té en un balcón, él  no quería tropezar con Cintia, incluso no quería ver ni siquiera a Arantza, su obsesión hacía ella le pesaba, ya era hora de alejarse, al día siguiente podría llamar, pero era mejor alejarse, sin embargo su plan cambió porque  el grito de Arantza lo hizo correr hacia la cama, Marcelo tenía un fuerte dolor de pecho, la enfermera rápidamente suministró medicamento y masajeó el pecho del enfermo y les pidió calma y que avisaran al doctor, que notificó ir en camino.

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