Narrador Omnisciente.
Bruno le contó su plan a los chicos quienes lo miraron, negado a esa locura, y Emiliano se aguantó las ganas de decirle que sus impulsos no eran buenos, pero es Bruno y sabe que ya no podría hacerlo cambiar de opinión, incluso pensó que haría él en su lugar y exactamente actuaría igual porque le duele algo dentro del pecho solamente de imaginar que algo parecido podría pasarle a Arantza.
— Sabes que estás demente, ¿verdad? — le palmeó Emiliano el hombro a Bruno y él sonrió.
— Si lo estoy, por ella, creo que haría muchas locuras.
Bruno se acercó a su caja fuerte y sacó el dinero que supuso que era la cantidad correcta, ya que
Narrador Omnisciente.No pasó mucho para que Nancy llegara al hospital encontrando a Bruno sentado en el área de espera, tecleando en su teléfono y era que no paraba de enviarle mensajes a la mujer que no abandona sus pensamientos, la dueña de su frustración, pero al mismo tiempo la dueña de ese sentimiento que aún no le pone nombre ni etiqueta porque ella se le ha metido bajo la piel como una droga que es dañina; sin embargo, que no quiere ni desea dejar de consumirla, aunque lo arrastre al mismo infierno.— Te ves pálido— dijo ella un poco preocupada y él para disimular se levantó y empezó a caminar.— Son suposiciones tuyas, dime que es tan importante. — Ella cargaba un bolso bastante grande y detuvo sus pasos provocando que &ea
Narrador Omnisciente.Se dejó llevar y con ella sentada en su rodilla y su cuerpo recostado en el sofá de la pequeña sala, Wilmer sintió como Lara tenía la sincronía perfecta mientras lo besaba y acariciaba, se iba introduciendo su palpitante viril dentro de esa cavidad que acogía cada centímetro de su carne erecta.Con la boca entreabierta y su pelo echado en la espalda y suspirando al sentir las caricias de su amado a medida que la llenaba, Lara se sintió en la gloria, aumentaba sus movimientos y él no se perdía ningunos de sus hermosos gestos, Wilmer la abrazó con fuerza y pegó la boca a su cuello limitándose a succionar con fuerza para no crearle ninguna marca que luego ella debiera tapar. En cambio, ella bajaba y subía lenta y profundamente, acogiéndolo con avidez y d
Narrador Omnisciente.Emiliano entró a la mansión de su padre, pensó con un poco de molestia que ahora entra como perro por su casa y aunque decidió perdonar a Marcelo, bien podría mantenerse apartado, pero Arantza insiste en darle a su padre felicidad familiar y tratarlo a él como hermano ahora que él la desea más que a nada; pasó directo al pasillo que da al aposento de su padre porque lo más irritante de venir a esta casa es tropezar con Cintia, entonces ve al doctorcito recostado al marco de la puerta de la habitación de su padre y sonriendo de forma seductora a Arantza y ella a su vez tiene una gran sonrisa dirigida al galeno.—Buenas noches… —dijo Emiliano más alto de lo que debería y disfrutó de ver al doctor pararse firme como un soldado al escuchar la diana.<
Narrador Omnisciente.Emiliano la tomó entre sus brazos, poniendo sus manos grandes y calientes en su cintura descubierta y se le hizo agua la boca, se acercó a su cuello y aspiró su fragancia, sintiendo como despertaba su entrepierna de forma furiosa.Arantza mantuvo su rostro desviado y apretó los puños sintiendo como su piel se erizaba cuando sintió la corta barba de Emiliano raspar la columna de su cuello.—¿Qué crees tú que es el amor Arantza?, es solo la justificación social para que sea aceptado el deseo y reproducirnos como especie en civilización, el amor no existe como en los cuentos nena; mi padre amó a mi madre y le fue infiel, me amaba a mí y me desterró por culpa, al final todos los seres humanos solo ven por sí mi
Narrador Omnisciente.—Es suficiente Cintia, no atormentes más a tu propia hija —dijo Marcelo furioso y en voz alta como dueño y señor de la casa Garces—, eso no te lo permitiré, tú le haces daño y pensé que era malo apartarte de su vida, pero es lo mejor ¿crees que quedaste bien, que tuviste la última palabra?, solo quedaste como una desvergonzada, una víbora que solo la motiva el dinero, jamás supiste apreciar el regalo que te dio la vida con esta hija, ahora es tarde, no me importa que no lleve mi sangre; eso nunca me importó, ella es mi hija y eres tú quien sobra en esta casa, ya que tanto Emiliano como ella te corrieron.—Pues me largo, total para lo que me sirves, tú siempre un poco hombre, esta niña una mala agradecida y tú un pobre inf
Narrador Omnisciente.Al otro día en la mañana Bruno despertó con un dolor de cabeza bestial, su camisa estaba lavada y planchada, podía ir directo a la oficina, allá tenía ropa y la herida le dolía mucho menos que la noche anterior.Se arregló y salió de la habitación de invitados y lo recibieron para desayunar, Arantza afanada ayudando a las chicas del servicio con las viandas de comida y atendiendo a Marcelo que la miraba como padre orgulloso cuando ella le dio un beso en la mejilla.—Buenos días, querido… —le dijo Emiliano con voz fina bromeando junto a él sonriendo, Bruno también lo hizo.—Ahora tu casa es un sitio familiar y feliz. —, Bruno palmeo su hombro burlón, sin embargo, y aunque Emiliano puso los ojos en blanco, Bruno siente alegr
Narrador Omnisciente.«Pero que creí es Rogelio, un egoísta que no haría nada por nadie» pensó sintiéndose más desengañada de él, ese último gesto la hizo sentir que él no se merece nada de su parte y para cumplir como persona iría a saber de él, pero nunca sería amiga de un hombre tan terrible como él, que nunca le sumó a su vida, sino que le retó demasiado tanto que hoy se siente estúpida.Abigaíl se despidió de Daniel evadiendo darle una respuesta sobre la invitación a pasar tiempo con sus hijos y es que ya con la mala experiencia vivida no quiere mezclarse con hijos de otro y tomarle cariño sintiéndolo suyo propio, además que nota el interés de Daniel y sabe que en estos momentos no tiene cabeza para d
Narrador Omnisciente.Por su parte, Bruno había vuelto al hospital, pero no porque ya se sintiera culpable ni nada por el estilo, sino porque pensó en la posibilidad de encontrar a Abigaíl allí, puesto que, conociendo su manera de ser, sabía que ella iría a visitar a los Cisneros por qué es una mujer bondadosa.En cuanto la vio a punto de subir a un ascensor alterno al que él había llegado la jalo del brazo, causándole un susto porque ella no esperaba ser jalada por nadie y sin ver quién era ella forzó para que la soltara hasta que giró y lo vio.—Tenía que ser tú, déjame en paz, Bruno— le reclamó irritada y sintiendo como su corazón traicionero saltaba y su toque le picaba en la piel, en