Harry se movió contra la cama, después del tiempo que duró en esa casa, en lo que ese hombre se burlaba de todo lo que le estaba pasando. Eso era algo que en verdad estaba creyendo, no debió de nacer híbrido en primer lugar. En sus manos estaba un viejo diario que había pasado de generación en generación en esa familia de locos a la cual pertenecía. Ya ni siquiera sabía qué creer.
15 de septiembre.
Todos en la escuela hablaban del gran temerario profesor que comenzaría a dar clases ese día. Toalath había ido a buscarme temprano ese día ya que no quería que nos pusieran una falta por estar llegando tarde.
No tenía problemas en ninguna de las asignaturas, durante años e
— ¿Por qué me haces todo esto? —se atrevió a preguntar—. ¿Qué le hice para que me trate de esta manera tan cruel?— No me has hecho nada, amor —hizo que la mejilla del menor quedara sobre su pecho—. No puedo resistirme a ti...— Somos hermanos —sus manos comenzaron a temblar—. No podemos hacer esto... iremos al infierno.— Tu irás al cielo, yo al infierno — o corrigió—. Sigue leyendo ese diario, estaré aquí para escucharte, pequeño conejo.Harry caminó tambaleante hacia la cama y tomó el diario sin dejar temblar, dejando que Liam le indicara que debía de leer, hasta que llegó la fecha que le había
ActualidadUn chico de ojos verdes claros, estaba siendo embestido por alguien que nunca se imaginó que fuera capaz de hacer algo como eso con él. Sus pequeñas manos se aferraban lo más que podían al barandal que estaba en una de las ventanas de la última planta de la iglesia. El pequeño pueblo estaba iluminado por los grandes faroles que el demonio que estaba abusando de él había regalado.Todos pensaban que era un Dios, un Ángel mandado por los dioses o que simplemente era alguien que había llegado para ayudar a las personas sin ningún tipo de beneficio o de recompensa por hacerlo.El menor sabía qué clase de persona era, quien era el causante de su insomnio por las noches y que sus días fueran los más dolorosos
Unas semanas más tarde, Harry estaba sentado en la gran ventana de esa habitación, estaba seguro de que en cualquier momento buscaría la manera de tirarse por ese sitio y morir, ya estaba harto de todo. Ahora su vientre que anteriormente estaba plano, se notaba.Liam no había encontrado la navaja, sus noches eran las más largas de su vida, se despertaba y tenía que pedirle permiso a Liam para que lo dejara ir al baño, con su vigilancia porque éste no lo dejaba ir solo.Salía muy pocas veces de la habitación, y cuando lo hacía era cuando el mayor llegaba a la casa y se encerraba en su estudio, permitiéndole salir al menos una vez a la semana al jardín. No tenía la más remota idea de que se trataba la vida oculta del mayor, sólo sabía que e
Después de mi boda con Liam pasaron meses estando tranquilos en nuestra nueva casa, la cual era enorme. Salía muy poco de ésta, pero no me molestaba porque me entretenía con Gideon como mi vecino y de vez en cuando me quedaba solo con mi hijo. Años más tarde, quedé en cinta de mis gemelos Noah y Nathan, estaba realmente feliz porque Jedward tendría compañía.Pero no fue como planeaba. No pude decirle que estaba embarazado hasta el tercer mes. Por el simple hecho de desear salir de la casa, ya tenía un golpe en el rostro. No era que no deseara salir de ese sitio, sino que no podía hacerlo. En más de una ocasión busqué algún pasadizo para salir, pero era imposible encontrarlos si Liam tenía cámaras por todos lados. Harry salió de la casa, y miró hacia el jardín en donde estaban sus hijos jugando con varios balones. El sol estaba en su mejor apogeo, por lo que Liam había construido un pequeño fuerte para cuando ellos desearan descansar. Habían pasado casi cinco años desde que dio a luz a sus bebés, y desde que conoció al demonio que atormenta sus días y noches.Para su buena suerte, éste había estado la mayor parte del día en la iglesia durante las últimas dos semanas con motivo de que eran las festividades y que se debían de hacer la nueva reconstrucción que él estaba pagando. Su vida sólo se debía a estar en esa casa, ahora le temía el tener que salir y no conocer nada de lo que hay allí afuera.— ¡Pap&Capítulo 9.
Harry echó dos gotas en la bebida que le llevaría a Liam , más las pastillas que éste tomaba para dormir. Era medianoche, y sabía el tipo de bebida alcohólica que Liam bebía. Los niños estaban durmiendo en la habitación contigua a la de ellos, por lo que no se preocupó mucho por lo que ellos escucharan.Estaba nervioso, tenía todo lo que necesitaba para irse del país y con sus conocimientos tecnológicos podía largarse. Sus hijos ante cualquier persona, no deseaba que estos perdieran la poca fe y esperanza que tenían sobre la vida gracias a ese monstruo que tanto odiaba.Aún tiene pesadillas de la primera vez que leyó ese diario, de sólo pensar que estaba en peligro, deseaba que todo terminara.
Cinco años mástarde.Harry movía el destornillador de un lado a otro en su taller, eran mediados de diciembre y el frío en ese país estaba al máximo y casi rebasando el límite, sus hijos estaban viendo alguna película con su hermano más pequeño. Kaleb llegó a su vida cuando menos lo pensaba, y lo que más odiaba era que se parecía a Liam en todo.Dios, ni siquiera tenía la edad suficiente y ya tenía el mismo temperamento que su padre, sus hermanos le daban consejos de cómo debía tratar a las personas, y éste algunas veces los cumplía. Terminó de poner el seguro a la puerta del garaje y salió con destino a la cocina para lavarse las manos. Harry caminaba hacia la iglesia, con pasos cautelosos. Ni siquiera sabía cómo podía seguir caminando después de todos esas semanas en las que su verdugo entraba a su habitación y usaba su cuerpo a su uso y antojo. Había mantenido una distancia prudente entre su amigo y él, por orden de esa persona que por más que intentaba saber quién era, fracasaba.Se sentó lo más alejado posible, cuidando de que su trasero no saliera más jodido de lo que ya estaba, ver al padre Liam dar la misa había sido algo muy bueno para él, se sentía tranquilo al escucharlo, por lo que tal vez pensó que diciéndole lo que le estaba pasando podía tener un poco de paz.— Padre Liam —jaló la túnica de éste, llamaCapítulo 12.