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Un chico de ojos verdes claros, estaba siendo embestido por alguien que nunca se imaginó que fuera capaz de hacer algo como eso con él. Sus pequeñas manos se aferraban lo más que podían al barandal que estaba en una de las ventanas de la última planta de la iglesia. El pequeño pueblo estaba iluminado por los grandes faroles que el demonio que estaba abusando de él había regalado.
Todos pensaban que era un Dios, un Ángel mandado por los dioses o que simplemente era alguien que había llegado para ayudar a las personas sin ningún tipo de beneficio o de recompensa por hacerlo.
El menor sabía qué clase de persona era, quien era el causante de su insomnio por las noches y que sus días fueran los más dolorosos
Unas semanas más tarde, Harry estaba sentado en la gran ventana de esa habitación, estaba seguro de que en cualquier momento buscaría la manera de tirarse por ese sitio y morir, ya estaba harto de todo. Ahora su vientre que anteriormente estaba plano, se notaba.Liam no había encontrado la navaja, sus noches eran las más largas de su vida, se despertaba y tenía que pedirle permiso a Liam para que lo dejara ir al baño, con su vigilancia porque éste no lo dejaba ir solo.Salía muy pocas veces de la habitación, y cuando lo hacía era cuando el mayor llegaba a la casa y se encerraba en su estudio, permitiéndole salir al menos una vez a la semana al jardín. No tenía la más remota idea de que se trataba la vida oculta del mayor, sólo sabía que e
Después de mi boda con Liam pasaron meses estando tranquilos en nuestra nueva casa, la cual era enorme. Salía muy poco de ésta, pero no me molestaba porque me entretenía con Gideon como mi vecino y de vez en cuando me quedaba solo con mi hijo. Años más tarde, quedé en cinta de mis gemelos Noah y Nathan, estaba realmente feliz porque Jedward tendría compañía.Pero no fue como planeaba. No pude decirle que estaba embarazado hasta el tercer mes. Por el simple hecho de desear salir de la casa, ya tenía un golpe en el rostro. No era que no deseara salir de ese sitio, sino que no podía hacerlo. En más de una ocasión busqué algún pasadizo para salir, pero era imposible encontrarlos si Liam tenía cámaras por todos lados. Harry salió de la casa, y miró hacia el jardín en donde estaban sus hijos jugando con varios balones. El sol estaba en su mejor apogeo, por lo que Liam había construido un pequeño fuerte para cuando ellos desearan descansar. Habían pasado casi cinco años desde que dio a luz a sus bebés, y desde que conoció al demonio que atormenta sus días y noches.Para su buena suerte, éste había estado la mayor parte del día en la iglesia durante las últimas dos semanas con motivo de que eran las festividades y que se debían de hacer la nueva reconstrucción que él estaba pagando. Su vida sólo se debía a estar en esa casa, ahora le temía el tener que salir y no conocer nada de lo que hay allí afuera.— ¡Pap&Capítulo 9.
Harry echó dos gotas en la bebida que le llevaría a Liam , más las pastillas que éste tomaba para dormir. Era medianoche, y sabía el tipo de bebida alcohólica que Liam bebía. Los niños estaban durmiendo en la habitación contigua a la de ellos, por lo que no se preocupó mucho por lo que ellos escucharan.Estaba nervioso, tenía todo lo que necesitaba para irse del país y con sus conocimientos tecnológicos podía largarse. Sus hijos ante cualquier persona, no deseaba que estos perdieran la poca fe y esperanza que tenían sobre la vida gracias a ese monstruo que tanto odiaba.Aún tiene pesadillas de la primera vez que leyó ese diario, de sólo pensar que estaba en peligro, deseaba que todo terminara.
Cinco años mástarde.Harry movía el destornillador de un lado a otro en su taller, eran mediados de diciembre y el frío en ese país estaba al máximo y casi rebasando el límite, sus hijos estaban viendo alguna película con su hermano más pequeño. Kaleb llegó a su vida cuando menos lo pensaba, y lo que más odiaba era que se parecía a Liam en todo.Dios, ni siquiera tenía la edad suficiente y ya tenía el mismo temperamento que su padre, sus hermanos le daban consejos de cómo debía tratar a las personas, y éste algunas veces los cumplía. Terminó de poner el seguro a la puerta del garaje y salió con destino a la cocina para lavarse las manos. Harry caminaba hacia la iglesia, con pasos cautelosos. Ni siquiera sabía cómo podía seguir caminando después de todos esas semanas en las que su verdugo entraba a su habitación y usaba su cuerpo a su uso y antojo. Había mantenido una distancia prudente entre su amigo y él, por orden de esa persona que por más que intentaba saber quién era, fracasaba.Se sentó lo más alejado posible, cuidando de que su trasero no saliera más jodido de lo que ya estaba, ver al padre Liam dar la misa había sido algo muy bueno para él, se sentía tranquilo al escucharlo, por lo que tal vez pensó que diciéndole lo que le estaba pasando podía tener un poco de paz.— Padre Liam —jaló la túnica de éste, llamaCapítulo 12.
Harry dejó los anillos en una cajita, y los metió dentro de su maletín, en donde los llevaría a una caja fuerte en el banco. No había visto a Liam otra vez después de esa noche, era de esos días en los que llevaba a sus hijos al trabajo, y se mantenía lo más alejado posible de las redes sociales.Kaleb no había mencionado más a su otro padre, ni siquiera se atrevía a mirarlo a los ojos. Se sentía estresado por todo lo que estaba pasando en su vida.— ¿Señor? —levantó la vista de su computador—le llegó esto.— ¿Quién lo trajo? —se puso de pie, y caminó hasta la puerta.— No lo sé, pero tiene
Diez años después.Harry estaba terminando de arreglar las cosas de su casa cuando sus hijos mayores entraron con cara de pocos amigos. Puso los ojos en blanco, era lo mismo de siempre con los padres del niño que vivía a su lado. Ellos deseaban tener una relación normal, y los padres no aceptaban que su hijo menor estuviera con estos dos cuatro.— ¿Ahora qué pasó?— Sus padres no lo quieren dejar salir —dijo Mason—. Lo vamos a secuestrar.— ¿Qué harán qué?— Lo llevaremos con nosotros a casa, con papá Liam —dijo Ethan, como si estuviese hablando de algo sencillo—. Él está de acuerdo.