Harry echó dos gotas en la bebida que le llevaría a Liam , más las pastillas que éste tomaba para dormir. Era medianoche, y sabía el tipo de bebida alcohólica que Liam bebía. Los niños estaban durmiendo en la habitación contigua a la de ellos, por lo que no se preocupó mucho por lo que ellos escucharan.
Estaba nervioso, tenía todo lo que necesitaba para irse del país y con sus conocimientos tecnológicos podía largarse. Sus hijos ante cualquier persona, no deseaba que estos perdieran la poca fe y esperanza que tenían sobre la vida gracias a ese monstruo que tanto odiaba.
Aún tiene pesadillas de la primera vez que leyó ese diario, de sólo pensar que estaba en peligro, deseaba que todo terminara.
Cinco años mástarde.Harry movía el destornillador de un lado a otro en su taller, eran mediados de diciembre y el frío en ese país estaba al máximo y casi rebasando el límite, sus hijos estaban viendo alguna película con su hermano más pequeño. Kaleb llegó a su vida cuando menos lo pensaba, y lo que más odiaba era que se parecía a Liam en todo.Dios, ni siquiera tenía la edad suficiente y ya tenía el mismo temperamento que su padre, sus hermanos le daban consejos de cómo debía tratar a las personas, y éste algunas veces los cumplía. Terminó de poner el seguro a la puerta del garaje y salió con destino a la cocina para lavarse las manos. Harry caminaba hacia la iglesia, con pasos cautelosos. Ni siquiera sabía cómo podía seguir caminando después de todos esas semanas en las que su verdugo entraba a su habitación y usaba su cuerpo a su uso y antojo. Había mantenido una distancia prudente entre su amigo y él, por orden de esa persona que por más que intentaba saber quién era, fracasaba.Se sentó lo más alejado posible, cuidando de que su trasero no saliera más jodido de lo que ya estaba, ver al padre Liam dar la misa había sido algo muy bueno para él, se sentía tranquilo al escucharlo, por lo que tal vez pensó que diciéndole lo que le estaba pasando podía tener un poco de paz.— Padre Liam —jaló la túnica de éste, llamaCapítulo 12.
Harry dejó los anillos en una cajita, y los metió dentro de su maletín, en donde los llevaría a una caja fuerte en el banco. No había visto a Liam otra vez después de esa noche, era de esos días en los que llevaba a sus hijos al trabajo, y se mantenía lo más alejado posible de las redes sociales.Kaleb no había mencionado más a su otro padre, ni siquiera se atrevía a mirarlo a los ojos. Se sentía estresado por todo lo que estaba pasando en su vida.— ¿Señor? —levantó la vista de su computador—le llegó esto.— ¿Quién lo trajo? —se puso de pie, y caminó hasta la puerta.— No lo sé, pero tiene
Diez años después.Harry estaba terminando de arreglar las cosas de su casa cuando sus hijos mayores entraron con cara de pocos amigos. Puso los ojos en blanco, era lo mismo de siempre con los padres del niño que vivía a su lado. Ellos deseaban tener una relación normal, y los padres no aceptaban que su hijo menor estuviera con estos dos cuatro.— ¿Ahora qué pasó?— Sus padres no lo quieren dejar salir —dijo Mason—. Lo vamos a secuestrar.— ¿Qué harán qué?— Lo llevaremos con nosotros a casa, con papá Liam —dijo Ethan, como si estuviese hablando de algo sencillo—. Él está de acuerdo.
<<— Harry ¿Has escuchado hablar acerca de BDSM? —le preguntó, alejando su plato de su alcance, y Harry imitó su acción ya que había comido menos de la mitad.— Sí, pero muy poco, ¿Por qué? —se animó a preguntar.— Porque a eso es que me dedico, para eso te indique que vieras esta noche aquí. Quiero experimentar algunas cosas contigo —Harry se levanta de la silla tan rápido haciendo que esta cayera al piso.— E-Eso no, se lo suplico —dijo alejándose de Liam cuando este comenzó a caminar hacia él.— Te dije que no me gusta que me nieguen las cosas, así que harás lo
Liam apoyó su mejilla en la palma de su mano, miró por la ventana del avión todo el paisaje. Luego observó como sus puños se volvían cada vez más arrugados por la edad. No había podido asimilar todo lo que Harry le comentó antes acerca de su familia. Ni siquiera creía en Dios y en ese momento su esposo pensaba traer de entre los muertos a dos personas que odiaba por darles esa vida tan miserable.En sus años buscando la respuesta a su origen, lo que más pensaba era en poder matarlos a todos y ahora su esposo pretendía traerlos a la vida.Sus hijos mayores ya debieron de haber llegado a la isla hace unas horas, por lo que de seguro estarían con su pareja. Ese chico… era alguien extraño por estar con cuatro sujetos al mismo tiempo.
<< Liam acababa de llegar a ese lugar después de años. Después de que toda su familia fue destruida por ese monstruo. En particular con la hija más querida de Desmond. Era su primer día siendo profesor en una escuela que para su desgracia era la más costosa.Sus amigos estaban a la espera de él para que les dijera en el momento justo que podrían ir. Llegó a la escuela media hora después, tocándose el puente de la nariz al ver a todos esos mocosos corriendo por el pasillo y quienes al verlo fueron huyendo hacia sus salones de clases.Entró a su aula correspondiente y se quedó mirando a todos esos mocosos engendros del diablo por unos segundos antes de reaccionar.— Buenos d
<< — Vamos grita. Grita como la perra que eres —decía esa voz que reconoció al instante.Des Hamilton. Estaba violando a su chico, a su niño de ojos marrones, a su bebé, a su novio.— ¡Ya déjalo! ¡Lo estás lastimando! —gritó Liam, mientras intentaba quitar las cuerdas de su brazos y pies.— Oh, mira quien despertó, saluda, Pequeña zorra —levantó la cabeza de William, que estaba enterrada en las sábanas.— Liam, ayúdame —susurró con dolor, mientras sentía como una de las embestidas de Des que acabó por destruirlo.Último capítulo