Sibel necesitaba odiar a este hombre, el temblor en sus labios cesó, y colocándose firme, se quitó la sábana y la dejó caer para quedar desnuda ante Iván.Levantó la barbilla, y lo dijo:—No podía esperar menos… adelante… Abusa de mí, porque no hay forma de que haga esto de forma espontánea…Fue inevitable para Iván no mirarla. Y aunque estaba ejerciendo todo su autocontrol, era un hombre. Una fuerte erección se apretó en su entre pierna mientras las corrientes nerviosas se avivaron.El cuerpo desnudo de Sibel fue toda una tentación, pero él era más que neuronas excitadas.Apretó una de las manos en su costado, y luego sonrió hacia Sibel. De hecho, soltó la risa de forma burlesca.—Necesitarás mucho de esto para que se me dé la gana de coger contigo… además… no es que me excite las violaciones… no es lo mío… —Dando un paso hacia ella, le empujó un poco el pecho y la hizo sentarse en la cama, se agachó un poco y se acercó a su rostro—. Ni siquiera te tengo que convencer… y lo haré en e
Sora intentó tomar a Sibel de los brazos, pero ella lo manoteó.—¡No me toques! —Iván masajeó su sien sin levantarse, y Sora se adelantó a decirle.—Jefe… recuerde que necesitamos a Sibel todavía… trate de tenerle un poco más de paciencia…—A veces quiero seguir el plan sin ella… lo juro… —se levantó de la silla, mientras Sibel trataba de sostener la respiración.Estaba vestida con el mismo pantalón rasgado de la primera vez, y aquella camiseta holgada, pero Iván podía ver su cuerpo desnudo en su mente.—Sibel…—¡No! ¡Mi padre está preso!—Pudo estarlo ayer… pero tú jodiste todo…Ella apretó la mandíbula indignada.—Nadie va a creerte… ¿Cómo puedes matar gente inocente para incriminar a alguien? Y esa droga… ¡Todo es tuyo! Ese hombre tenía una familia… Y tú lo asesinaste…A Iván se le agrió la boca ante el recuerdo, y Sora sostuvo la respiración.Él caminó dos pasos más llegando hacia Sibel, y esta vez no fue condescendiente con ella. Apretó su cuello duramente, y pegó su rostro como
—Que sean solo los vestidos… —Iván dijo cuando la vio salir, pero se sentó derecho cuando Sibel cerró el cierre pequeño con sus manos en la espalda baja del vestido.Su rostro se acostó hacia un lado, y ella caminó de forma seductora.—¿Cuántas vueltas se supone que debo dar? —Iván se giró hacia Sora, que ahora miraba a Sibel con aprensión.—Sal… espera afuera con los demás.—Sí, señor… —el hombre retiró parte de sus hombres hacia la puerta, y Sibel torció los ojos.—Ese es muy largo… —continuó Iván—. Mejor, desfila solo lo que llevarás hoy a la cárcel… —Sibel pudo ver su rodilla que se movía rápido.—¿Te has vuelto loco? ¡No voy a ponerme un vestido para ir a ver a mi papá!Iván sonrió.—¿Cuánto quieres apostar?Y el rostro de Sibel se puso serio y se quedó quieta.Iván se puso de pie en el siguiente segundo, y luego se dirigió a la vendedora.—Quiero algo corto… algo también que tenga escote… —la mujer pensó.—Creo que tengo algo… —Mientras Sibel detallaba los movimientos, pero cuan
Sibel miró a su padre con pánico.—Papá… ¿Qué? —pero Armand negó varias veces como si intentara decirle que no creyera. Iván caminó rápido para llegar a ellos, y sacudió a Sibel para tomarla del brazo.—Es hora de irnos…—No… Iván… te lo suplico… no… —Armand abrazó a Sibel por la cintura, y ella no pudo contener sus lágrimas.—¡Déjala! —Iván gritó, y luego sacó un arma que apuntó su cabeza.Pero, aun así, Armand se arrodilló abrazando a su hija.—Te lo ruego, no la lastimes, ella no tiene la culpa…Y todo se convirtió en un desastre cuando Iván disparó a su mano, y los gritos procedieron.Sora se interpuso en entre Ciro que vino a correr al ver a su hijo herido y Sibel que estaba perdiendo la cordura al ver la sangre de su padre, pero el mismo Iván sacudió al hombre, y ahora lo tenía colgado del cuello, como si se hubiese vuelto ciego de la ira.Sibel pudo notar como Iván masculló cosas en el oído de su padre, y se preparó para apuntarlo.—Vasíliev… —Ciro estaba rojo y a punto de ent
Iván pasó un trago difícil, sus ojos se abrieron, y su aire salió como si estuviera en cámara lenta. Sibel temblaba en su frente y no movía sus palmas de ninguna forma, cosa que lo torturaba más. De hecho, ella cerró los ojos con fuerza, mientras vio sus labios abrirse. ¿Y cuál era la verdad aquí? Una muy evidente. Se había metido tanto en el papel… había tomado esta investigación tan personal, que él tenía grabado en su memoria el cuerpo de Sibel. Sus expresiones, sus movimientos, aquella sonrisa que había desaparecido una vez él entró a su vida. Podía recordar cuando incluso dormida la vigilaba, cuando sus labios eran succionados por su novio y ella se ruborizaba. Culpaba a todos estos cinco años en silencio detrás de ella, y podía resumir, que, de cierta forma, había creado un tipo de obsesión por esta mujer. Pero sabía perfectamente el porqué. El que Sibel MacMillan se había convertido en una obsesión, era muy sencillo de explicar. Ella era un gran NO para él en todos los
Al día siguiente, Sibel abrió los ojos lentamente para ver la cama del lado de Iván vacía. Trató de sentarse en el instante, y recordó la noche anterior ante su ardor.Dormir con este hombre era peor que andar en el día con él, porque parecía que su mente desquiciada olvidaba todo lo que le había hecho, y dormía plácidamente a su lado.No había olvidado que debía hacer todo para él, así que se puso de pie para ir a tomar un baño, esperando que él mismo no viniera a buscarla de nuevo.Sibel estaba acostumbrándose a la ropa nueva, cuando llegando a la cocina principal, escuchó las noticias del día, porque Mari tenía prendida la pantalla plana del lugar.“Ahora el empresario Armand MacMillan se encuentra fuera de peligro, en el hospital de reposo, guardado por la policía nacional”Sibel se acercó más mientras su corazón dio un vuelco.“Dicen que fue un atentado de las personas con las que trabaja el empresario, lo nuevo para nosotros, es saber que pertenece a un grupo de la mafia que tra
Sibel no tenía qué preguntar cómo su documentación ahora estaba en sus manos, incluso trajeron algunas maletas de sus cosas personales, y se alegró de ver algo de ropa conocida, con la que ella se sentía más cómoda.Al menos, aunque fueran cosas, la hacían sentir que no estaba olvidada en este mundo.No hubo un policía en la casa de Iván por el hombre que asesinó ayer por la mañana, y ella tampoco sabía en lo absoluto de su padre, o del resto de la familia.Su corazón seguía palpitando con fuerza de imaginar cuál era el límite de Iván, o cuál sería el punto para que él terminara con todo esto. Eso, sumando a que cada día que pasaba, se daba cuenta de que había estado viviendo una mentira.La familia que solía tener, no lo era a ciencia cierta.Durante los días siguientes hubo movimiento en la gran casa de Iván, cambiaron la alfombra donde se derramó la sangre de ese hombre, y sin poder negarlo, sus hombros estaban menos tensos, cuando Iván no fue al menos por tres días seguidos.Sibel
Moscú, 4:00 pm. Eran apenas las seis de la mañana en California, y la diferencia de hora en cuanto a Rusia, hacía sentir a Sibel extraña. Todo fue mecánico desde que se bajaron del avión, y el frío también era diferente. Los autos que buscaron a Iván se desplazaron rápidamente, mientras ella notaba las calle, y los colores del lugar. Había una mezcla de modernismo y estilo antiguo que cautivaba solo con la mirada. Nunca había venido aquí, y ahora iba con Sora, en un auto diferente al de Iván. Como siempre. En veinte minutos llegaron a una zona boscosa. Sibel incluso pudo ver otro lago dentro de la propiedad, con una gran zona verde que se extendía sin fin hasta perderse en los árboles. Y ella se dio cuenta de que este era el estilo de Iván. Abrieron grandes rejas, y comprobaron los autos. Pasaron una larga entrada y Sibel se dio cuenta cómo todos los autos se estacionaron frente a la gran mansión. Ella esperó un poco para ver que Iván se bajaba del auto, y notó que su abuela,