Tu único dueño soy yo

—¡Aaron Black Anderson! ¡Capitán condecorado de la milicia inglesa! que no sé te olvide quién es tu madre, te exijo una explicación— habla molesta su pelirroja madre. —eres el militar pero, no te he dado permiso de irte.

—Tengo 24 años madre, soy un adulto.

—¡Y sigues siendo mi hijo!

Deja en claro la mujer del coronel general haciendo que su hijo le responda con incomodidad que lo lamenta pero que esto es algo problemático resumiendo todo a una misión por lo que se le ocurre necesita su ayuda, ella definitivamente no entiende, la familia Black, Hardy y compañía son inseparables y leales pero en este caso Aaron antes los ojos de todo está tratando mal a Zamir cosa que no es correcto.

El hijo le explica a la madre que debe interferir para que Cielo no duerma con Zamir y eso hace todo más confuso.

—¿Estás loco? él es tu primo ¡Dios mío! ¿Te gusta esa chica?— se sorprende Bonnie y tiene miedo, sabe que sus hijos al igual que su marido son algo egoístas pero esto se trata de la familia.

—Aaron.

—Ni un poco madre, yo amo a Cassy, me voy a casar con ella, lo que necesito es que confíes en mí y me ayudes, inventa lo que sea pero que ellos no duerman juntos— pide el capitán y aunque Bonnie no entiende nada, respira hondo preocupada y regresan a la mesa.

—Antes de seguir ofrezco disculpas por mi actitud, estoy algo estresado y sorprendido. ¿Para cuándo es la boda?

Pregunta Black, disimulando la molestia pero casi se atraganta igual que todos cuando escucha que la unión será mañana a primera hora. La rapidez de todo es extraña y Paloma pregunta feliz si Cielo está embarazada haciendo que la joven se ponga tan nerviosa que derrama el vino que no ha tocado queriendo llorar, sabe que será castigada, atada al hombre que solo quiere su cuerpo para usarlo y luego botarla cuando se cansé, es una mujer hermosa pero se odia por ser débil, todos actúan sin darle importancia, es un poco de vino pero los nervios sin saber que mañana será una mujer casada.

—lo siento mucho— se le caen las lágrimas con facilidad preocupando, a todos pero Zamir la abraza diciendo que ella es muy sensible.

—mucho cuidado Cielito— la amenaza bajo sus brazos.

—lo mejor es que nos vayamos a descansar.

—mejor no —interviene Bonnie —ustedes deben amarse mucho para casarse tan rápido pero en mi país se dice que la novia debe tener su noche a solas, no es una despedida de soltera —bromea pero Zamir no se ríe del todo.

—ya sé, parece loco pero van a estar juntos toda la vida, una noche no es nada.

La intervención de la pelirroja es extraña para Evans, su esposo y para casi todos menos Aaron que se quiere hasta reír por las ocurrencias de su madre pero lo agradece, Cielo la mira como si fuese una salvación pero sabe que no será así del todo. Zamir acepta por complacer a su tía pues es la otra cara de la moneda que siempre muestra y con ello el hombre besa los labios de Cielo con fervor, ella casi no responde pero, así es como la reunión termina y cada quien toma su camino.

—mi amor te enseñare el hermoso jardín que tiene Amira, mi prima —Zamir se lleva a Cielo y a solas le deja en claro su poder. — ¡Escúchame bien!— presiona con fuerza su rostro. —eres una perra y tú único dueño soy yo, si por alguna razón me traicionas juro que de aquí no sales viva, ese lindo rostro— soba sus mejillas mientras ella súplica —será marcada para siempre, te sacaré los ojos si actúas en mi contra, pague mucho por ti así que pon tu mejor cara que mañana nos casamos.

El dolor es terrible, estar sola realmente la hace sentir una mujer sin valor haciendo que se pregunte porque sus padres la dejaron así, Zamir la hace tomar una rosa a la fuerza haciendo que se pinche con las espinas y sabe que al lado de ese hombre un infierno mayor está por desatarse.

—¿Y si tú primo sabe?— se atreve a susurrar.

—ese imbécil se cree lo máximo, sus medallas son m****a para mí, él no sabe nada y no sé te ocurra mirarlo, él no es mejor que yo.

La sentencia está dada, lamentablemente para Paloma y Austin sus familiares no podrán asistir como es la tradición pero la felicidad de su hijo es lo más importante, el amor a veces pone una venda en los ojos y es así como el compromiso es aceptado, Cielo es consultada de que vestido prefiere, sus gustos y más pero ella apenas habla mientras que el capitán se ocupa de lo suyo.

—ahora sí explícame ¿Por qué nuestra madre inventó eso? — interroga Alexander a su hermano.

—es necesario, necesito que me consigas a algunos contactos, con urgencia, vamos a ver quién es quién

Pocas personas pueden darle una orden a Alexander Black, pero tratándose de su hermano y después de que le cuenta sus planes aunque parece descabellado no se negaría nunca a ayudarlo, mientras Zamir habla con sus padres de lo “enamorado” que está de Cielo, la muchacha tiembla a escondidas suplicando un milagro que no llega, el poder y dinero de aquella familia es inmenso por lo que ya tienen un vestido perfecto para la pelinegra que intenta fingir lo mejor posible pero no es suficiente, Paloma se desvela pidiendo flores, manteles y cosas que decoren el lugar además del juez y todo lo necesario haciendo que la noche sea larga, feliz para algunos pero extremadamente triste para la mujer comprada.

El medio día ha llegado, el jardín luce hermoso y la novia también, el vestido blanco la hace ver cómo un ángel pero la felicidad no llega a sus ojos haciendo que se pregunten ¿Qué pasa? pero Zamir aparece respondiendo por ambos que son los nervios.

—es de mala suerte ver a la novia antes de la boda— dice Paloma pero su hijo responde que nada podría arruinar el momento. —es nuestro día madre, por fin mía— deja un beso yéndose al altar.

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El juez ha llegado —informa el personal de servicio y con ello todos están listos, la ceremonia es muy íntima y solo familiar, el color blanco resalta al igual que las lágrimas de la mujer que camina entre flores sintiendo espinas en el corazón agradeciendo tener el velo aunque eso no será para siempre, las ganas de correr, morirse y huir son enormes pero no tiene cómo defenderse, se siente sin voz ni voto y todo es absolutamente peor cuando cree que se volvió loca, el velo que lleva deja ver sus ojos hermosos e hinchados con el pulso detenido porque su comprador no es quien está ahí.

—sígueme la corriente— la voz de Aaron Black vestido de novio es una hecatombe no solo para ella si no para todos que no pueden entender dónde está Zamir y por qué otro ocupa su lugar.

Los ojos miel del hombre recorren a la mujer que no puede dejar de temblar, quiere mirar a algún lado donde encuentre a su verdugo, se muere de miedo, quiere pensar que esto es una broma más cruel, Zamir la podría matar, no confía en nadie y al no responder al capitán, este toma su mano con fuerza firmando el acta matrimonial con las siguientes palabras haciendo que solo ella escuché “Necesito tu ayuda, he descubierto que mi primo no es lo que parece, necesito demostrarlo a mi familia, firma que solo así serás libre.”

Las palabras retumban en sus oídos, las voces de todos son de reclamos, sorpresa y furia, Zamir no aparece, Alexander se ríe y Austin está furioso tanto que quiere ir por Aaron pero, Evans, su hermano le dice que se calme pues nadie toca a sus hijos menos su propia sangre. El enfrentamiento entre hermanos jamás debió ocurrir pero esto es tan necesario que Cielo llora suplicando al militar que la dejen en paz, que ella no quiere ser la señora Black, que tiene miedo pero no tiene de otra, el grito de Zamir con un golpe en la cabeza se escucha pero Aaron toma fuerte de la mano a Cielo haciendo que se pierda en la altura y rasgos del hombre.

—¡No me puedo casar con usted! por favor, él viene por mí— sufre Cielo. —se lo suplico.

—¡Deja a mi mujer en paz!— grita Zamir tratando de ser calmado por su madre.

—¡Firma!— Aarón levanta la voz —es mejor mi infierno que el suyo, te aseguro que esto no es lo que parece. Firma si quieres ser libre— pide el enérgico capitán apretando la mano de la mujer, está vez no con fuerza si no con cierta sutileza mientras pasa sus nudillos por su mejilla limpiando una de sus lágrimas que caen al documento que termina por firmar.

—Aaron Black y Cielo de Black, los declaro marido y mujer.

Literalmente el infierno se desató.

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NOVELA DE LA ESCRITORA PALACIO Y ALESSI SALAZAR

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