La vida pintaba triste y melancólica para Emma, con lágrimas en los ojos abordó el taxi al salir del aeropuerto, tenía miedo de abandonar a su esposo, pero sabía que el estaría bien sin ella, era un hombre fuerte y se repondría de su pérdida. Respiró hondo antes de tocar el timbre.—Emma—susurró Adeline, cuya melena rubia estaba sujetada en un moño alto.—Tía—Emma la abrazó, con cuidado de no lastimar a su bebé en el proceso, la mujer le devolvió el abrazo, notando la tristeza en sus acciones.—Cuéntamelo todo—dijo con astucia sirviéndole una taza de té a su sobrina.Emma respiró profundo, antes de proceder a contarle todo, aunque se guardó algunos detalles para ella, tal y como lo era el hecho de que su matrimonio comenzó siendo una mentira, se limitó a hablar de la ex celosa que haría todo por destruirla.Adeline era una mujer astuta, cuya vida estuvo regida por las ambiciones, se casó tres veces y todas ellas enviudó, viudez que la ayudó a incrementar la fortuna que ahora poseía, m
Stephanie estaba cometiendo un error, ella lo sabía, no podía negárselo, pero estaba dispuesta a tomar el riesgo solo por disfrutar de la compañía de Chris, el hombre que alguna vez abandonó en el altar cegada por la ambición. Ahora era una mujer poderosa aunque sola e incluso tenía un hijo con el que aun no lograba conectarse, había arruinado su vida por buscar estrellas brillantes cuando tenía el sol a sus pies.—Su esposo se recuperará con el tiempo—le recordó el doctor tratando de ser amable.—Lo entiendo, es una fase temporal producida por el fuerte golpe en la cabeza—Stephanie suspiró sin emociones.—Se que es difícil, pero él esta vulnerable ahora y habrá cosas que no entenderá por eso es importante su apoyo—acotó el médico seriamente, pensando que ella planearía zafarse de los cuidados del hombre.—Estaré para él todo el tiempo de ser necesario—ella le sonrió honestamente—. Él es el amor de mi vida y no pienso abandonarlo, no esta vez, yo daré todo de mí para cuidarlo.—Esta v
Esa noche soñó que estaba en sus brazos, la mujer delgada y de curvas sensuales le sonreía con amor, sin tardanza la alcanzó y besó sus labios tiernos, era como sentirse en el paraíso, ella era joven, amable, su tacto tan familiar, deseaba hacerla suya, pero era solo un sueño.La realidad le golpeó de repente, se despertó notando la respiración pausada de Stephanie a su lado, ella era real no como la chica de sus sueños, aun así algo dentro de su ser le hacía creer que en algún lugar del mundo existia esa mujer, capaz de enamorarlo con con una sonrisa.—Christopher—susurró Stephanie levantándose de su sueño.—Todo esta bien—besó su frente con ternura, ella era real, la otra solo un sueño—, duerme un rato—la joven se acomodó sobre su pecho y el le acarició el cabello con ternura.—Ella era su todo y no podía lastimarla de esa maneraHabía cosas que no entendía, sabía que la pérdida de memoria sería temporal, pero a veces se frustraba por no conseguir ayuda que lo ayudase a entender lo q
Tres meses después...Sin duda conocer Stephan había sido lo mejor que pudo ocurrirle a la vida de Emma, después de un par de citas, se enteró de que el ya estaba comprometido con una chica, pero por sus diferencias de clases sociales su familia la rechazaba, sin embargo el necesitaba una esposa adecuada para encargarse de controlar a su familia, asegurándose con eso un lugar privilegiado en su empresa familiar.La bella Emma, ya no era una joven inocente e humilde por ello aceptó ser parte de este montaje, ese matrimonio le beneficiaría a su hijo y al final de cuentas no traicionaría el amor que aun sentía por Chris.—Este me parece perfecto—susurró Stephan señalando un anillo de brillantes ostentoso.—Ese grita zorra arribista al acecho—suspiró Emma mirando las vitrinas.—¿Me podría enseñar un diseño clásico?—pidió la joven al vendedor.Este le hizo caso sacando una gran variedad de solitario.—Ese me parece adecudado—soltó Emma señalando un anillo con un diamante tallado en forma d
—Hoy es mi despedida para ti—Emma suspiró abriendo la cajita de madera que conservaba desde niña, misma que Jenna había recuperado para ella.Con cuidado vacío el contenido de la misma sobre su cama, allí estaban las fotos que se tomó junto a Blackthorne y su hijo, ya no las podría conservar y aunque le doliera debía desaparecerlas para iniciar una nueva vida.—Mi primer anillo de compromiso—Emma suspiró ante el recuerdo de Blackthorne, en realidad lo amó y aun lo hacía, quizás fue un acto de inconsciencia o una rebeldía de su parte, pero sin pensarlo arrojó dentro de la caja su anillo de compromiso actual, para sustituirlo con el que le dio su único y gran amor.—No puedo olvidarte todavía—se dijo colocándose el anillo.—Chloé—su tía le interrumpió y la joven dio un Respingo.—Me asustaste—dijo la joven, arrojando todas las fotos dentro de la caja.—Tenemos que prepararnos para la cena de esta noche—la emoción de la mujer era evidente. Emma solo pudo sonreír, aunque fuera una farsa.
El vestido de Emma era de un tono azul, combinaba perfecto con los lentes de contacto usados desde que vivía con su tía y se vio obligada a adquirir una una nueva personalidad.Miró con detenimiento su imagen en el espejo de cuerpo entero y no se encontró en ella, la pequeña figura femenina que le devolvía la sonrisa parecía una muñeca perfecta e impecable, sin embargo ella no era así, la Emma real real estaba a años luz de aquella figura. Estaba rota por dentro, sin corazón, sin amigos y sin un amor.Solo le quedaba su hijo, ese pequeño que vino al mundo sin que lo planeara, pero desde de llegó lo iluminó todo con su luz.—Todo lo hago por ti—suspiró tomando al pequeño entre sus brazos.—Mi sacrificio será por ti—se recordó y su pequeño sonrió.Por el todo valía la pena, era lo único que la ayudaría a sanar su heridas, su corazón estaba maltratado, pero el ver a su pequeño sonreír le hacía creer que estaba haciendo lo correcto por primera vez en su vida.Así era el amor de madre, nos
El restaurantes que les serviría de escenario para su compromiso lucia impecable, rosas azules decoraban los rincones y lámparas de araña colgaban sobre sus cabezas iluminando las mesas. Emma tuvo que respirar profundamente para controlar el mareo que amenaba con derrumbarla.—Luce impecable—su tía estaba orgullosa y Emma no pudo más que asentir. Odiaba lo que estaba haciendo, pero más odiaba a la mujer que le acompañaba esa noche.—Chloé—Stephan llegó hasta y besó su mano con cortesía—, luces hhermosa la miró de arriba abajo y sonrió. Eso hizo incomodar a Emma, aunque entendía que debían comportarse como una pareja de enamorados ante todos.—Gracias, cariño—ella sonrió coqueta y él le ofreció su brazo, invitándola a recorrer el lugar.—Con su permiso tía— se despidió de la mujer mayor, no sin antes besar el dorso de su mano a modo de cortesía.—Gracias por sasacarme de ahí— suspiró Emma en cuanto se alejaron.—Tus bonitos ojos pedían ayuda a gritos—le acarició la mejilla con ternura
Emma despertó en el frío hospital, su vena conectada a una vía que le suministraba suero. Aun se sentía aturdida, intentó levantarse, pero el mundo le dio vueltas, oportunamente entró una enfermera para ayudarle.—Debe tener cuidado señorita Miller, aun no esta totalmente recuperada—Emma asintió sin ánimos mientras la mujer le ayudaba a recostarse y le acomodaba una almohada tras de su cabeza.—¿Cuánto tiempo he estado aquí?—se atrevió a preguntar, sus voz rasposa por la falta de líquidos.—Veinticuatro horas, se desmayó durante su compromiso, ¿lo recuerda?—dijo la mujer con cortesía y ella se llevo la mano a la cabeza, los recuerdos golpeando contra ella una y otra vez.Claro que lo recordaba, estaba a punto de comprometerse con Stephan para asegurarle un mejor futuro a su hijo y poderse librar del yugo opresor de su tía quien la engañó al verla necesitada de afecto. Justo cuando iba a decir sí, aceptó escuchó su voz y era como si un coro de ángeles cantara de alegría, lo vio y allí