[FRANCO]Su mirada y la mía no se apartan mientras que mi cuerpo se rinde una vez más en ella. Las respiraciones agitadas y nuestras manos que rozan la piel sensible del otro hacen del momento aun más sublime haciéndonos sonreír mutuamente —¿De verdad te casarías conmigo?— Le pregunto en un susurro.Ella asiente —Cometamos locuras juntos— Responde y la vuelvo a besar.Sonrió sobre sus labios —Cometamos todas las locuras que queramos…— Afirmo y de pronto siento la yema de sus dedos en el centro de mi espalda haciendo que enloquezca.—Nunca pensé que llegaría un hombre como tú a mi vida y me hiciera sentir tan segura de cada decisión que tomo— Menciona y asiento.—Te entiendo, yo me siento igual contigo… y si me preguntas, quisiera que nos casáramos pronto, o mejor dicho ya…— Le confieso y ríe.—¿De qué hablas?— Indaga.Clavo mi mirada en la suya color oscura y sonrió —Cásate conmigo en la capilla del crucero— Le propongo sin rodeos y nunca vi a alguien mirarme de la manera que lo hace
[BRISA](Esa misma noche)Se supone que las mujeres soñamos toda nuestra vida con nuestra boda, con ese vestido blanco de princesas que usaremos ese día y con todos los detalles de la fiesta. Sinceramente, yo solo soñaba con encontrar un amor de esos de verdad y no con lo que vendría después, y en eso apareció Franco que hace que todo sea increíblemente especial. Él aprieta mi mano un poco más fuerte mientras que caminamos hacia el restaurante del crucero, y me mira con una sonrisa tatuada en su rostro —¿Estas preparada para hablar con nuestros únicos testigos?— Me pregunta divertido y asiento.—¿Crees que lo entiendan? ¿O crees que nos trataran como dos locos?— Pregunto y sonríe.—Seremos dos locos, tanto para ellos como para el mundo entero. Imagínate, vengo a una despedida de soltero, y en cuestión de días me caso— Expone y cuando lo dice así, suena más loco todavía.—Ahora si estoy nerviosa— Murmuro y nos quedamos en silencio cuando vamos entrando al restaurante y no muy lejos de
[FRANCO]—No nos fue tan mal ¿no?— Le pregunto cuando ya vamos entrando a nuestra suite y la rodeo desde atrás con mis brazos.—Definitivamente nos fue mejor de lo que creía— Responde y al sentir mi aliento en su cuello, ella mueve su cabeza a un lado para así darme un mejor acceso a su piel, esa piel que se ha convertido en mi vida.—Hoy es nuestra última noche de solteros… sabes, los chicos me propusieron que fuera con ellos a una fiesta, pero para ser honesto, prefiero pasarla contigo— Le confieso y de pronto ella se gira entre mis brazos.—Muy buena elección señor San Martín, porque tengo la idea de volverlo absolutamente loco— Me dice de una manera extremadamente sensual y arqueo mis cejas en respuesta.—¿Absolutamente loco?— Inquiero y asiente.—Así es, después de todo es tu despedida de soltero ¿no?— Explica y de manera muy sexy y sonrió en respuesta.—Estas en lo cierto— Respondo y me doy cuenta de que llegamos a la cama cuando mis piernas chocan con esta.Ella me da una media
[FRANCO]Al día siguiente: 21 de octubreDefinitivamente volver a casarme no estaba en mis planes, ni siquiera el amor como tal lo estaba, pero la vida no se planea, al menos no cuando se trata de sentimientos. Bien dice por ahí aquella frase que “la vida es aquello que te va sucediendo mientras estás ocupado haciendo otros planes.” Definitivamente yo estaba haciendo otros planes cuando Brisa llego y lo arraso todo. Hoy me encuentro aquí en esta suite colocándome el traje para nuestra boda y sonrió como un tonto frente al espejo.—¿Estás nervioso?— Me pregunta Emanuel y niego con la cabeza.—Sorpresivamente no, y es que tal vez nunca estuve tan seguro de algo en toda mi vida y es por eso por lo que estoy así de feliz— Explico y me sonríe.—Me hace muy feliz verte así de feliz, sé lo que esto significa para ti, y siéndote sincero, no me importa si parece una locura o no, solo importa que has podido encontrar el amor una vez más— Pronuncia y volteo a verlo.—Gracias, no sabes lo que tu
[BRISA]Franco, o, mejor dicho, mi esposo, es un experto quitando los miedos uno a uno. Sus labios me besan y sé que casarme con él ha sido la mejor decisión de mi vida. Sus amigos tosen falsamente y nosotros sonreímos —La noche de boda es mas tarde— Se queja Ian, haciéndonos reír.—No te pongas celoso amigo— Bromea mi esposo y lo mira —Ya te llegara esa mujer que tanto esperas— Le deja saber y él niega.—No es lo que busco, pero si poder bajar en el puerto— Anuncia entre risas y mi esposo me mira.—¿Bajamos a festejar?— Me propone y asiento.—Si, pero déjame cambiar de ropa ¿de acuerdo?— Le pido y es que sé que esta no es la boda típica donde después de la ceremonia nos espera una fiesta con todos los invitados donde bailaremos una romántica canción y más tarde yo lanzare el ramo de flores. Esto es una boda al fiel estilo de nuestro amor; diferente.—Vayámonos todos a cambiar y nos encontramos en el hall central en media hora ¿sí?— Sugiere y sus amigos asienten de inmediato mientras
[FRANCO]Voy entrando de la mano con ella al fuerte de San Lorenzo, y todavía no me creo que esto sea verdad, que nos hayamos casado, y mucho menos que ahora estemos aquí disfrutando de estos bellísimos paisajes. Mis amigos van un poco más delante de nosotros y supongo que lo hacen apropósito para que ella y yo disfrutemos de este momento a solas —¿Te imaginaste algo así alguna vez?— Me pregunta de repente y la miro a los ojos.—¿Algo así? ¿A qué te refieres? ¿Al canal de Panamá? ¿Al fuerte?— Indago divertido y me da un leve golpe en el hombro.—¡No, eso no!— Me regaña.—Oye, no me pegues— Bromeo y con la inercia de mi cuerpo, la jalo para que pegar su espalda a mi pecho y rodearla con mis brazos —Mejor bésame— Le digo al oído mientras continuamos caminando de esta manera un tanto cursi, pero muy romántica.—Es que mira lo que me preguntas— Se queja sonriente y sé que es un juego.—Lo sé, y lo entendí, solo te quería ver así. Me gusta cuando entrecierras tus ojos y frunces el ceño— Le
[BRISA]Al día siguiente: 22 de octubreNo puedo creer que ya estemos llegando a la mitad de nuestro recorrido en este crucero que definitivamente me ha cambiado la vida para siempre. Lo veo dormir a mi lado y me pierdo en la perfección de su rostro, en esa leve barba que adorna su rostro, en esas pestañas que cuando se mueven me quitan el aire, y ni hablar de ese cabello donde se me ha vuelto costumbre enredar mis dedos cada vez que me hace el amor y siento que voy a morir de placer. Este hombre de cuerpo atlético, pero de músculos no exagerados, se ha vuelto la razón de cada uno de mis suspiros. Observo el anillo en su dedo que va a juego con el mío, y sigo sintiéndome la mujer con más suerte del planeta por saber que estaremos juntos siempre, o al menos hasta que la vida lo decida.Sus ojos se abren y el verde de su mirada se fija en mi haciéndome sonreír —Buenos días preciosa— Me saluda y se mueve un poco para acercarse a mí y rodear mi cintura con sus brazos.—Buenos días, ¿Cómo
[FRANCO]No cabe duda de que Brisa y yo estamos disfrutando de cada sitio al que vamos juntos. Los paisajes nunca me han parecido tan hermosos como en esta ocasión, y es que tal vez estoy mirando todo de una manera distinta. No es la primera vez que estoy en Puerto Limón, pero se podría decir que si es la primera vez que lo estoy disfrutando así. Mi ahora esposa, ha insistido en que le dedique un poco de tiempo a mis amigos mientras que ella se ha perdido en un local de ropa donde vio vestidos que le han encantado, así que aquí estoy disfrutando de unos tragos con ellos en este bar a orillas del mar.—Finalmente te liberaron un poco— Bromea Ian haciéndonos reír a todos.—Cuando Martin se case, ya me va a entender— Digo en mi defensa y Martin me mira como si hubiera dicho una locura.—¿Yo? Amigo, siento decepcionarte, pero llevo años encerrándome en una habitación con Maite, créeme que cuando vayamos a Italia de luna de miel, no seremos tan intenso como tú, pero tranquilo, no te culpo…