[BRISA]Franco, o, mejor dicho, mi esposo, es un experto quitando los miedos uno a uno. Sus labios me besan y sé que casarme con él ha sido la mejor decisión de mi vida. Sus amigos tosen falsamente y nosotros sonreímos —La noche de boda es mas tarde— Se queja Ian, haciéndonos reír.—No te pongas celoso amigo— Bromea mi esposo y lo mira —Ya te llegara esa mujer que tanto esperas— Le deja saber y él niega.—No es lo que busco, pero si poder bajar en el puerto— Anuncia entre risas y mi esposo me mira.—¿Bajamos a festejar?— Me propone y asiento.—Si, pero déjame cambiar de ropa ¿de acuerdo?— Le pido y es que sé que esta no es la boda típica donde después de la ceremonia nos espera una fiesta con todos los invitados donde bailaremos una romántica canción y más tarde yo lanzare el ramo de flores. Esto es una boda al fiel estilo de nuestro amor; diferente.—Vayámonos todos a cambiar y nos encontramos en el hall central en media hora ¿sí?— Sugiere y sus amigos asienten de inmediato mientras
[FRANCO]Voy entrando de la mano con ella al fuerte de San Lorenzo, y todavía no me creo que esto sea verdad, que nos hayamos casado, y mucho menos que ahora estemos aquí disfrutando de estos bellísimos paisajes. Mis amigos van un poco más delante de nosotros y supongo que lo hacen apropósito para que ella y yo disfrutemos de este momento a solas —¿Te imaginaste algo así alguna vez?— Me pregunta de repente y la miro a los ojos.—¿Algo así? ¿A qué te refieres? ¿Al canal de Panamá? ¿Al fuerte?— Indago divertido y me da un leve golpe en el hombro.—¡No, eso no!— Me regaña.—Oye, no me pegues— Bromeo y con la inercia de mi cuerpo, la jalo para que pegar su espalda a mi pecho y rodearla con mis brazos —Mejor bésame— Le digo al oído mientras continuamos caminando de esta manera un tanto cursi, pero muy romántica.—Es que mira lo que me preguntas— Se queja sonriente y sé que es un juego.—Lo sé, y lo entendí, solo te quería ver así. Me gusta cuando entrecierras tus ojos y frunces el ceño— Le
[BRISA]Al día siguiente: 22 de octubreNo puedo creer que ya estemos llegando a la mitad de nuestro recorrido en este crucero que definitivamente me ha cambiado la vida para siempre. Lo veo dormir a mi lado y me pierdo en la perfección de su rostro, en esa leve barba que adorna su rostro, en esas pestañas que cuando se mueven me quitan el aire, y ni hablar de ese cabello donde se me ha vuelto costumbre enredar mis dedos cada vez que me hace el amor y siento que voy a morir de placer. Este hombre de cuerpo atlético, pero de músculos no exagerados, se ha vuelto la razón de cada uno de mis suspiros. Observo el anillo en su dedo que va a juego con el mío, y sigo sintiéndome la mujer con más suerte del planeta por saber que estaremos juntos siempre, o al menos hasta que la vida lo decida.Sus ojos se abren y el verde de su mirada se fija en mi haciéndome sonreír —Buenos días preciosa— Me saluda y se mueve un poco para acercarse a mí y rodear mi cintura con sus brazos.—Buenos días, ¿Cómo
[FRANCO]No cabe duda de que Brisa y yo estamos disfrutando de cada sitio al que vamos juntos. Los paisajes nunca me han parecido tan hermosos como en esta ocasión, y es que tal vez estoy mirando todo de una manera distinta. No es la primera vez que estoy en Puerto Limón, pero se podría decir que si es la primera vez que lo estoy disfrutando así. Mi ahora esposa, ha insistido en que le dedique un poco de tiempo a mis amigos mientras que ella se ha perdido en un local de ropa donde vio vestidos que le han encantado, así que aquí estoy disfrutando de unos tragos con ellos en este bar a orillas del mar.—Finalmente te liberaron un poco— Bromea Ian haciéndonos reír a todos.—Cuando Martin se case, ya me va a entender— Digo en mi defensa y Martin me mira como si hubiera dicho una locura.—¿Yo? Amigo, siento decepcionarte, pero llevo años encerrándome en una habitación con Maite, créeme que cuando vayamos a Italia de luna de miel, no seremos tan intenso como tú, pero tranquilo, no te culpo…
[FRANCO]Tal vez mis amigos tengan un poco de razón en algunos consejos que me han dado, pero también tengo muy claro que es lo que quiero de mi vida y de la familia que estoy formando con Brisa. Es muy pronto para muchas cosas, eso lo tengo claro, pero tampoco voy a vivir a medias por el miedo a lo que puedan decir de nosotros. Sin embargo, debo tener en cuenta las cosas a las que nos podemos enfrentar y por supuesto, debo comunicárselo a ella para evitar malentendidos.Camino por la calle donde me dijo que estaba, y observo los diferentes puestos de esta feria para encontrarla. Paso por uno que vende vestidos, miro a detalle y no la encuentro allí. Continúo prestándole atención a cada puesto por el que paso, hasta que la veo y sonrió como un idiota ante la imagen que tengo frente a mis ojos. Puede que en este momento se me haya olvidado absolutamente todo lo que le quería decir.La veo sentada alrededor de una de las mesas de este puesto de comida callejera junto a un niño que posib
[BRISA]Conocer a la mamá de Dani ha sido toda una lección de vida. Franco parecía estar afectado de gran manera por la situación y no es para menos, después de todo su esposa Tamara falleció a causa de esa enfermedad. Fue tanto lo que genero la situación en él, que allí mismo en el hospital, hablo con el doctor que atendía a la mujer y le pidió que la trasladaran al mejor hospital del país, y si eso no funcionaba, que buscaran un tratamiento en Estados Unidos. Realmente me quede admirada de lo solidario que es.Dani no podía creer lo que estaba ocurriendo, porque Franco no solo pago por todos los gastos, sino que se comprometió a hacerse cargo de los gastos futuros, y le ofreció cubrirle los gastos de una escuela privada a Dani. Nadie de la familia podía creer que Franco estaba haciendo y por supuesto que le agradecieron de todas la maneras que pudieron, y hasta lo declararon un padrino caído del cielo para el pequeño.Fue un día tan hermoso, que no creo que vaya a olvidarlo nunca —
[FRANCO]Seis días después: 28 de octubreNo puedo creer que el recorrido del crucero haya llegado a su fin. Hemos pasado los últimos seis días disfrutando de nuestro amor y recorriendo los últimos destinos que nos quedaban, entre ellos Belice, Cozumel, y la isla de Ocean Kay. Brisa y yo hemos aprovechado cada momento para disfrutarnos el uno al otro, pero sobre todo, para conocernos mucho más y empezar a planificar lo que será nuestra vida juntos en Miami.Ella me mira como preguntándome si estoy listo para esto y sonrió en respuesta —¿Te venía a buscar alguien?— Le pregunto bajito mientras que vamos esperando que todos los huéspedes vayan bajando del crucero.Mi esposa niega con la cabeza —No, lo único que se supone que mañana cenaría con mis padres, ya sabes, para entregarles sus regalos y todo eso— Me cuenta y se muerde el labio inferior dejándome saber lo nerviosa que esta.—¿Empezamos con las presentaciones mañana?— Propongo y su cara lo dice todo. Le aterra la idea, pero al mis
[BRISA]Todavía no puedo creer que me vaya a ir de este departamento. Sé muy bien que soy solo una inquilina de este lugar, pero me costó mucho trabajo conseguir todo esto que hoy siento mío. Todavía recuerdo el primer departamento al que me mude sola y lo pequeño que era, y ni hablar de los muebles de segunda mano que pronto se dañaron. Sin embargo, al mismo tiempo sonrió ante los motivos que me hacen ir de aquí y es que después de todo si tuve una historia romántica como esas que alguna vez soñé.—Me encanta tu departamento— Escucho su voz y al voltear, lo veo observando las fotografías que tengo en el muble de la sala.—Sabes, justo pensaba en lo mucho que me tomo estar aquí. Hacia memoria de mi primer departamento, de los muebles feos que tenía, de la comida barata que comía porque no quería perder mi independencia… Son muchas cosas las que se me vienen a la cabeza— Le cuento y se acerca a mí.Franco me abraza por la cintura y me mira —Tengo la sensación de que me gane la lotería