[FRANCO]Al día siguiente: 20 de octubreEl sonido de un portazo me abrir los ojos completamente desorientado, y al mirar a mi lado, Brisa no está en la cama. Me siento, y al ver que la luz del baño esta encendida a través de la parte inferior de la puerta, me quedo más tranquilo, pero esto cambia cuando escucho que está volviendo el estómago. Un poco preocupado me levanto de la cama y camino hacia allí —Brisa, ¿estas bien?— Pregunto mientras que golpeo, pero solo la sigo escuchando hasta que de pronto corre el agua.—Ya voy— Responde finalmente y me quedo aquí parado hasta que ella abre. Se ve pálida —No dejes que tome agua ardiente nunca más por favor— Me pide y sonrió.—La resaca es tremenda ¿no?— Le pregunto abriendo mis brazos para que ella se acomode entre ellos.—Horrible… me duele el estómago, tengo nauseas, es que de verdad no me gusta sentirme así— Continua y sonrió mientras que beso su cabello.—Lo sé, pero ven te pediré algo para que te sientas mejor ¿sí?— Le dejo saber y
[BRISA]Hacer el amor con él tiene un significado completamente diferente. No es simplemente placer, es sentir que me entrega su vida en cada beso, sus sueños en cada caricia, y su amor entero en cada movimiento que hace dentro de mí. Sus ojos se clavan en los míos cuando vamos llegando a la cima del placer y sonreímos cómplices al saber lo que significa estar haciendo esto aquí en esta suite que para él era sagrada. Me dejo llevar por esta corriente eléctrica que lo consume todo y su beso calla mis gemidos y los suyos. La falta de aire nos obliga a separar nuestro labios y allí esta esa mirada llena de fuego en mí.—No puedo más con todo esto, es demasiado fuerte… ¿Qué es lo que me haces que me llevas contra las cuerdas?— Pregunta mientras intenta recuperar la respiración y pasa la yema de sus dedos por mi rostro delicadamente —Eres espectacularmente hermosa— Susurra y me muerdo los labios.—Si me sigues hablando así, te juro que no voy a querer salir de aquí y vamos a perder el hora
[FRANCO]Su mirada y la mía no se apartan mientras que mi cuerpo se rinde una vez más en ella. Las respiraciones agitadas y nuestras manos que rozan la piel sensible del otro hacen del momento aun más sublime haciéndonos sonreír mutuamente —¿De verdad te casarías conmigo?— Le pregunto en un susurro.Ella asiente —Cometamos locuras juntos— Responde y la vuelvo a besar.Sonrió sobre sus labios —Cometamos todas las locuras que queramos…— Afirmo y de pronto siento la yema de sus dedos en el centro de mi espalda haciendo que enloquezca.—Nunca pensé que llegaría un hombre como tú a mi vida y me hiciera sentir tan segura de cada decisión que tomo— Menciona y asiento.—Te entiendo, yo me siento igual contigo… y si me preguntas, quisiera que nos casáramos pronto, o mejor dicho ya…— Le confieso y ríe.—¿De qué hablas?— Indaga.Clavo mi mirada en la suya color oscura y sonrió —Cásate conmigo en la capilla del crucero— Le propongo sin rodeos y nunca vi a alguien mirarme de la manera que lo hace
[BRISA](Esa misma noche)Se supone que las mujeres soñamos toda nuestra vida con nuestra boda, con ese vestido blanco de princesas que usaremos ese día y con todos los detalles de la fiesta. Sinceramente, yo solo soñaba con encontrar un amor de esos de verdad y no con lo que vendría después, y en eso apareció Franco que hace que todo sea increíblemente especial. Él aprieta mi mano un poco más fuerte mientras que caminamos hacia el restaurante del crucero, y me mira con una sonrisa tatuada en su rostro —¿Estas preparada para hablar con nuestros únicos testigos?— Me pregunta divertido y asiento.—¿Crees que lo entiendan? ¿O crees que nos trataran como dos locos?— Pregunto y sonríe.—Seremos dos locos, tanto para ellos como para el mundo entero. Imagínate, vengo a una despedida de soltero, y en cuestión de días me caso— Expone y cuando lo dice así, suena más loco todavía.—Ahora si estoy nerviosa— Murmuro y nos quedamos en silencio cuando vamos entrando al restaurante y no muy lejos de
[FRANCO]—No nos fue tan mal ¿no?— Le pregunto cuando ya vamos entrando a nuestra suite y la rodeo desde atrás con mis brazos.—Definitivamente nos fue mejor de lo que creía— Responde y al sentir mi aliento en su cuello, ella mueve su cabeza a un lado para así darme un mejor acceso a su piel, esa piel que se ha convertido en mi vida.—Hoy es nuestra última noche de solteros… sabes, los chicos me propusieron que fuera con ellos a una fiesta, pero para ser honesto, prefiero pasarla contigo— Le confieso y de pronto ella se gira entre mis brazos.—Muy buena elección señor San Martín, porque tengo la idea de volverlo absolutamente loco— Me dice de una manera extremadamente sensual y arqueo mis cejas en respuesta.—¿Absolutamente loco?— Inquiero y asiente.—Así es, después de todo es tu despedida de soltero ¿no?— Explica y de manera muy sexy y sonrió en respuesta.—Estas en lo cierto— Respondo y me doy cuenta de que llegamos a la cama cuando mis piernas chocan con esta.Ella me da una media
[FRANCO]Al día siguiente: 21 de octubreDefinitivamente volver a casarme no estaba en mis planes, ni siquiera el amor como tal lo estaba, pero la vida no se planea, al menos no cuando se trata de sentimientos. Bien dice por ahí aquella frase que “la vida es aquello que te va sucediendo mientras estás ocupado haciendo otros planes.” Definitivamente yo estaba haciendo otros planes cuando Brisa llego y lo arraso todo. Hoy me encuentro aquí en esta suite colocándome el traje para nuestra boda y sonrió como un tonto frente al espejo.—¿Estás nervioso?— Me pregunta Emanuel y niego con la cabeza.—Sorpresivamente no, y es que tal vez nunca estuve tan seguro de algo en toda mi vida y es por eso por lo que estoy así de feliz— Explico y me sonríe.—Me hace muy feliz verte así de feliz, sé lo que esto significa para ti, y siéndote sincero, no me importa si parece una locura o no, solo importa que has podido encontrar el amor una vez más— Pronuncia y volteo a verlo.—Gracias, no sabes lo que tu
[BRISA]Franco, o, mejor dicho, mi esposo, es un experto quitando los miedos uno a uno. Sus labios me besan y sé que casarme con él ha sido la mejor decisión de mi vida. Sus amigos tosen falsamente y nosotros sonreímos —La noche de boda es mas tarde— Se queja Ian, haciéndonos reír.—No te pongas celoso amigo— Bromea mi esposo y lo mira —Ya te llegara esa mujer que tanto esperas— Le deja saber y él niega.—No es lo que busco, pero si poder bajar en el puerto— Anuncia entre risas y mi esposo me mira.—¿Bajamos a festejar?— Me propone y asiento.—Si, pero déjame cambiar de ropa ¿de acuerdo?— Le pido y es que sé que esta no es la boda típica donde después de la ceremonia nos espera una fiesta con todos los invitados donde bailaremos una romántica canción y más tarde yo lanzare el ramo de flores. Esto es una boda al fiel estilo de nuestro amor; diferente.—Vayámonos todos a cambiar y nos encontramos en el hall central en media hora ¿sí?— Sugiere y sus amigos asienten de inmediato mientras
[FRANCO]Voy entrando de la mano con ella al fuerte de San Lorenzo, y todavía no me creo que esto sea verdad, que nos hayamos casado, y mucho menos que ahora estemos aquí disfrutando de estos bellísimos paisajes. Mis amigos van un poco más delante de nosotros y supongo que lo hacen apropósito para que ella y yo disfrutemos de este momento a solas —¿Te imaginaste algo así alguna vez?— Me pregunta de repente y la miro a los ojos.—¿Algo así? ¿A qué te refieres? ¿Al canal de Panamá? ¿Al fuerte?— Indago divertido y me da un leve golpe en el hombro.—¡No, eso no!— Me regaña.—Oye, no me pegues— Bromeo y con la inercia de mi cuerpo, la jalo para que pegar su espalda a mi pecho y rodearla con mis brazos —Mejor bésame— Le digo al oído mientras continuamos caminando de esta manera un tanto cursi, pero muy romántica.—Es que mira lo que me preguntas— Se queja sonriente y sé que es un juego.—Lo sé, y lo entendí, solo te quería ver así. Me gusta cuando entrecierras tus ojos y frunces el ceño— Le