[BRISA]
Después de haber cenado con el hermano de Franco, decidí dejarlos solos un rato para que ambos se pongan al día respecto a sus vidas, y es que de cierta manera me siento un poco culpable por el hecho de que él se haya tenido que alejar de todos. La reacción de mi padre fue sin duda alguna muy exagerada. Yo fui testigo de todo lo que tuvimos que pasar cuando perdió la casa, como incluso termino en el hospital con un infarto a causa de la angustia, pero no es algo de lo que Franco sea responsable, al menos así lo veo yo. Después de todo, Franco tendría como 20 años cuando eso sucedió.
A veces pienso que es culpa mía que él se haya tenido que alejar de todos, que tengamos que estar aquí aislados de la realidad… «si yo fuese una mujer normal, si no tuviera un embarazo de alto riesgo… si…» pienso cuando de repente la puerta de la habitación se abre y allí aparece él.
—Saíl ya se fue— Me cuenta mientras que cierra la puerta detrás de él y se acerca a la cama.
—Me cayó bien tu hermano— Comento tratando de simular una sonrisa, pero claramente él no me cree.
—¿Qué ocurre, preciosa?— Me pregunta subiéndose a la cama y al llegar a mi lado acaricia mis mejillas —Te ves triste, ¿acaso paso algo de lo que no me he enterado?— Averigua y niego con la cabeza.
—No, todo está bien— Miento.
Mi esposo entrecierra sus ojos y juega con mi cabello dulcemente —¿Esperas que te crea?— Inquiere y su manera de conocerme me hace dibujar una leve sonrisa.
—A veces me molesta mucho que me conozcas tanto— Me quejo mientras de que me abrazo a la almohada y ahora es él quien sonríe.
—Quiero saberlo todo de ti, esto es un camino de a dos y para transitarlo juntos debemos tener confianza en el otro, ¿no lo crees?— Me explica y asiento.
—Lo sé, es solo que no te quiero agobiar con todo lo que me pasa, ya demasiada paciencia me tienes— Comento sincera y él se acomoda a mi lado para después abrazarme haciendo que acomode mi cabeza sobre su pecho.
—Mi amor, lo único que quiero es que estemos bien. Sé que todo lo que nos pasa es difícil, pero quiero que sea más simple a través de la confianza, ¿entiendes?— Relata.
Sé perfectamente que tiene razón, pero decirle todo lo que me pasa por dentro no es fácil —Tengo miedo de lastimarte— Admito y siento su mirada sobre mí.
—No, no hay manera que me lastimes… y si lo haces, lo hablaremos— Aclara y besa mi cabello.
Respiro profundo tratando de encontrar las palabras en mi mente y cuando siento que lo he hecho, finalmente abro mi boca —Me siento culpable por esta situación— Comento finalmente.
—¿Culpable? ¿De qué?— Averigua.
—De estar aquí solos, de que te hayas tenido que alejar de tu familia… de que tengas que rehacer tu mundo tan lejos de todo— Explico.
—No te tienes que sentir culpable. Estamos aquí porque los dos queremos, porque necesitamos cuidarnos y cuidar a esos bebés. Para mí es un placer estar a tu lado, y tener esta vida que estamos construyendo los dos— Me dice.
—Mi amor, tu ni siquiera tienes la culpa de lo que le paso a mi papá. Él no debió enojarse contigo, mucho menos pedirte que te alejaras de mí, ¿entiendes?— Relato frustrada.
Besa mi cabello con dulzura y yo solo cierro mis ojos —Hay que entender a tu padre, no es fácil lo que le paso. Tiene rabia, y es normal; yo también me llenaría de rabia. Prometí que iba a investigar lo que paso, tratar de comprender la situación, pero por ahora no he podido. Algún día conseguiré llegar al fondo de todo y podre mirar a la cara a tu padre y decirle que paso, pero por ahora solo quiero enfocarnos en nosotros, en que tú y nuestros hijos estén bien.— Expresa con ilusión.
—Pero mientras tanto estas aquí lejos de tu familia— Sentencio triste.
—Tú y nuestros hijos son mi familia, entiéndelo— Me pide.
—Eres imposible— Me quejo entre sonrisas cómplices.
—Te amo— Habla y me mira a los ojos y luego me besa de manera tierna —No quiero que te culpes nunca más porque estemos aquí. Sé que no es lo que teníamos en mente desde el principio, pero entiende que es nuestra responsabilidad como padres de esos bebes cuidarlos de todo lo malo, y no importa si es nuestra familia o un extraño, pero si alguien no nos hace bien, debemos alejarnos— Expresa y sonrió.
—Es imposible no amarte más de ti a cada día— Susurro y ríe.
—¿Te quejas de amarme más?— Me pregunta divertido y sonrío.
—No, no me quejo… todo lo contrario, me encanta, es solo que no sabía que se podía— Me explico y me vuelve a besar.
—Créeme que sí, a mí me pasa lo mismo contigo— Me confiesa y definitivamente es él quien me da fuerzas para seguir adelante a cada momento a pesar de lo difícil que a veces resulta todo esto.
[FRANCO]Dos días después: 27 de diciembreUna vez más, el sonido de ella levantándose de la cama a toda prisa me hace despertar antes de que suene la alarma y al abrir mis ojos, la veo corriendo hacia el baño. «Definitivamente nuestros hijos le están dando guerra» Pienso y me levanto de la cama para ir detrás de ella —Mi amor, ¿te encuentras bien?— Le pregunto cuando me asomo al baño ya que ha dejado la puerta abierta.Al darme cuenta de que le cuesta levantarse por lo mucho que se le ha revuelto el estómago, me acerco y con mucho cuidado la ayudo a levantarse —¿Cuánto tiempo durara esto de las náuseas?— Se queja y a pesar de que trato de no sonreír, no lo puedo evitar —No te rías, no es gracioso— Me regaña y despacio va hacia el lavamanos.—No me estaba riendo, solo sonreí porque nuestros hijos se hacen sentir a su forma— Explico mientras que ella se cepilla los dientes y me mira a través del reflejo del espejo.Una vez que termina, se gira para mirarme de frente y respira profundo
[BRISA][HORAS MÁS TARDE]Franco tiene el poder de hacer que incluso algo que ya parecía mágico, se convierta en algo mucho más especial. Estaba claro que no iríamos en un avión comercial a Praga, pero tampoco imaginaba un banquete en el avión privado, mucho menos que todo estuviera preparado para que yo no me cansara o hiciera ningún tipo de esfuerzo. A veces pienso que me cuida más que a una muñequita de cristal, pero me gusta que sea así, me gusta darme cuenta de que los príncipes aquellos de lo que algún día escuche hablar, existen en la realidad.Praga es un viaje en el tiempo, sus calles de adoquines, estructuras de aquellas que han quedado de la época medieval, y la nieve adornando sus calles hacen que te sientas en un cuento encantado —¿Hermoso? ¿No?— Me pregunta mientras que sigo admirando el paisaje desde el enorme ventanal que hay en la habitación.—Creo que no hay otro sitio como este en el mundo entero— Respondo en medio de suspiros que se vuelven inevitables.—Praga es ú
[FRANCO]Al día siguiente: 28 de diciembreEncontrar a Brisa en aquel crucero, fue encontrar una oportunidad nueva para vivir. Había dado por perdida la felicidad en mi vida, pero ella cambio todo y ahora esa palabra forma parte de mi día a día. Hoy nos veo aquí caminando de la mano por las mágicas calles de Praga, y me doy cuenta de que esta ciudad jamás había sido tan increíble como ahora, y es que gracias a ella todo se siente diferente.Sonrió al verla soltándome la mano para acercarse a uno de los puestos del mercado navideño y me pierdo mirando lo feliz e ilusionada que esta —¡Amor, mira esto!— Me llama mostrándome unos pequeños conjuntos de bebé con dibujos típicos del país.Me acerco a ella y los observo más de cerca —Están preciosos, ¿quieres que los llevemos?— Le propongo y una vez más las dudas están en ella.Piensa un instante en lo que le propuse, y luego los deja sobre la mesa que estaban para así alejarse del puesto. Una vez más la sigo y la tomo de la mano para que ell
[BRISA]Desde que conozco a Franco, es él quien siempre me da paz en medio de cada tormenta que atravesamos juntos. Por si todo esto fuera poco cada noche se encarga de que con sus besos y sus caricias se me olvide el mundo entero. Soy consciente de que en algún momento vamos a tener que regresar a Miami y enfrentar aquella realidad que dejamos en pausa, pero por ahora solo quiero disfrutarlo, solo quiero vivir nuestro amor de la manera que lo estamos haciendo ahora.Me tiene abrazada a él con mi cabeza apoyada sobre su pecho mientras que acaricia mi cabello de manera dulce y yo solo puedo suspirar sintiendo todo este amor que siento por él —¿En qué tanto piensas preciosa?— Me pregunta de repente rompiendo el silencio entre las dos.Sonrío y me acomodo un poco mejor para poder mirarlo a la cara —En lo feliz que me haces y también pienso que en algún momento nos va a tocar regresar a la realidad—Admito y su mirada representa esa urgencia por terminar con este tema.—Ya lo hemos hablado
[BRISA]Dos días después: 31 de diciembreDesde que Franco me dijo que había enviado a alguien a investigar todo lo que había sucedido en el pasado, los nervios no me han abandonado ni un solo momento. No sé qué pensar de toda esta situación, tengo miedo de la información que se puede llegar a encontrar, ¿ y si las cosas no sucedieron como mi padre cree? ¿y si la familia de Franco realmente tuvo todo que ver en que no solo nosotros, sino muchas otras personas perdieran sus hogares y pertenencias? ¿qué es lo que va a cambiar si descubrimos la verdad? Todas estas son preguntas que no me dejo de hacer, y es que en el fondo sé que de alguna manera u otra nos afectará.Sus brazos rodeándome desde atrás interrumpen mis pensamientos regresándome a esta realidad que parece el paraíso en medio de la guerra —Te ves increíblemente hermosa—Me dice al oído y luego besa mi cuello haciéndome sonreír como si nada de todo lo que estaba pensando me pudiera afectar.Por momentos tengo la sensación de qu
[BRISA]1 de eneroLa celebración de anoche fue algo único, jamás había tenido un fin de año tan especial como el de anoche. Conocí perfectamente esa sensación de sentirme sola, de ver como todos a su alrededor abrazaban y besaban a su pareja. Me imagine mil veces que para ellos la celebración no terminaba, que les quedaba la mejor parte por delante, esa que terminaría en la cama recibiendo el año como se debe. No sé si idealizaba que todos terminarían celebrando de esa manera, pero que en realidad solo caían rendidos en la cama por el cansancio y el alcohol. Sin embargo, sin importar como fuera el resto de su noche, yo si sabía cómo sería la mía.Cada 31 de diciembre terminaba sola abrazada a mi almohada y triste por darme cuenta de que el amor no era como lo pintaban. El hombre de tus sueños no llegaría a tu vida en la calle volcando un café en tu ropa, mucho menos ayudándote a cambiar la llanta del auto después de un percance en la ruta. Recuerdo muy bien mis mañanas tristes pensan
[BRISA]Un par de semanas después: 12 de eneroDespués de aquellos días mágicos en Praga, regresamos a Marsella para continuar con la vida que de alguna manera establecimos aquí. No voy a negar que fue bastante difícil regresar a la rutina, sobre todo cuando me había acostumbrado a tener a Franco completamente para mí. Sé perfectamente que no estamos en Francia de vacaciones, sino en un exilio temporal que ha coincidió perfectamente con las oficinas de la empresa aquí. Por mi parte, sigo abriéndome paso en mi carrera, no es nada fácil comenzar un proyecto propio, y mucho menos intentar hacerlo de manera remota.Supongo que por ahora es lo mejor que ambos podemos hacer por nuestra tranquilidad, y obviamente nuestros hijos, esos que hoy, si tenemos suerte sabremos su sexo. Estoy nerviosa y muy ansiosa por saberlo todo… «¿se dejarán ver hoy?» Les pregunto a mis hijos mientras que acaricio mi abdomen y sonrío al verme así frente al espejo. La vida realmente cambia, y los milagros, sin dud
[FRANCO]Cada visita al doctor es vivir con los nervios a flor de piel, y es que siempre estará ese miedo a que nos diga que algo está mal, pero afortunadamente las noticias siguen siendo buenas. La observo sentada a mi lado en este auto y sonrió ante la forma en que acaricia su vientre —¿Eres feliz?— Le pregunto cuando el semáforo se pone en rojo y me mira.—Muchísimo, ¿tú?— Me pregunta y respira profundo.—Demasiado, siento que no me cabe toda esta felicidad y orgullo en mi pecho— Admito y allí están esos ojos iluminando mi vida una vez más.—Tenemos que ir pensando en nombres, sé que es pronto que tal vez algo pueda salir mal todavía, pero…— Trata de decir, pero rozo sus labios con la yema de mis dedos para pedirle que no continue.—No lo digas, tengamos fé en que todo saldrá bien. Pensemos en nombres, en sus cuartos, en todo lo que tú quieras que pensemos— Le propongo y a pesar de los miedos, ella sonríe y asiente.Por alguna razón mi esposa mira la hora en el reloj que trae puest