[FRANCO]Ya son más de las once de la noche, y por alguna razón ella aún no ha venido a acostarse «¿y si se siente mal?» me cuestiono cerrando el libro que estaba leyendo y sin poder aguantar mi curiosidad, me levanto de la cama y salgo de la habitación —Preciosa, ¿te sientes bien?— Pregunto, pero al verla de pie frente a la mesa del comedor con su auriculares puestos, me acerco con cuidado para no asustarla.Ella levanta su mirada al percatarse de mi presencia y sonríe quitándose los auriculares —Hola— Dice y sonrió.—Hola, ¿Qué haces? Ya me estaba preocupando porque no venias a dormir— Cuestiono y miro los pequeños trozos de papel que hay sobre la mesa con los nombres Thiago, Dylan, Kai, Aitana, Mar, y Atenea escritos.—Trato de decidir la combinación de nombres, es que nuestros hijos deben tener primer y segundo nombre, ¿no crees?— Se defiende haciéndome sonreír.—Estoy completamente de acuerdo— Afirmo y observo la manera que los ha puesto —Atenea Aitana San Martín— Leo con orgullo
[FRANCO]Al día siguiente: 13 de eneroQuisiera mantenerme en la burbuja que Brisa y yo hemos creado en este lugar, pero sé que eso es prácticamente imposible, al menos por ahora. Hojeo los reportes que me han enviado para revisar, y de repente la notificación de un nuevo correo electrónico me hace desviar mi atención hacia la pantalla de mi computadora.“Investigación” dice el sujeto e inmediatamente abro ya que es un correo de Luis, y es él quien lleva la investigación que le pedí acerca de lo que ocurrió. Comienzo por leer lo que me ha enviado y me sorprendo al darme cuenta de que se trata de algunos artículos de revista, documentos de la demanda, y hasta algunos memorándums que se enviaron los abogados en aquella época.Leo todo a detalle hasta que uno de esos documentos me llama la atención. Mi atención se centra únicamente en este documento y me quedo sin palabras al ver que los abogados de ambas partes llegaron a un acuerdo para evitar ir a juicio. «¿Cómo han podido hacer esto?
[BRISA]Los pasillos de este hospital parecieran ser mi peor pesadilla. Sé que debo tratar de mantener la calma por mis hijos, pero ¿Cómo se supone que debo hacerlo cuando no sé cómo se encuentra mi esposo? Voy hacia el mostrador que está en la recepción del área de urgencias y me apoyo en este —Estoy buscando a Franco San Marín, lo llevo por delante un auto— Resumo desesperada y noto como la mujer mira a un hombre y supongo que no me ha entendido nada.—Yo la ayudare señora— Indica el hombre y en francés le pide a la mujer que busque el nombre de mi esposo. Yo solo observo como hablan entre ellos y de pronto él me mira de una manera extraña —Venga conmigo por favor— Me pide y definitivamente esto no es nada bueno.—Dígame como esta por favor— Insisto.—Señora, es que yo no sabría que decirle, no soy doctor, por eso la estoy llevando a ver a alguien que sepa más— Me explica y sé que está siendo lo más amable que pueda, pero tengo tanto miedo de perder a Franco que no puedo ni siquiera
[BRISA]Mi cabeza trata de comprender como es que ahora estoy entrando a una habitación de hospital para ver a mi esposo. Todo estaba bien, y de repente pasa esto, es simplemente muy difícil de entender. La enferma me lleva hasta al lado de la cama donde esta él, y ni siquiera presto atención a que su padre está aquí —Mi amor— Es la primera frase que sale de mi boca mientras sujeto su mano —Por favor, recupérate, no puedes dejarnos, ¿lo entiendes?— Le digo y cuanto más lo veo, peor me siento. Jamás pensé que lo vería conectado a todas estas máquinas. Por si fuera poco, los golpes, cortes, y vendas que le han puesto hace que me preocupe más —Te amo mi amor, por favor no me abandones— Continuo e inevitablemente apoyo mi frente sobre el dorso de su mano y cierro mis ojos dejando que todo ese miedo salga de mí.—Brisa— Escucho de repente.La voz de su padre me regresa a la realidad y al levantar mi mirada, por primera vez lo miro a detalle. Él es alto, su cabello es grisáceo, y sus ojos v
[BRISA]Un mes después: 14 de febrero¿Cuánto tiempo puede durar una pesadilla? ¿Cuánto dolor se puede soportar? Esas son las preguntas que me hago hace un mes. Apenas puedo ir a ver a mi esposo al hospital, pero es que en este último tiempo me ha tocado decidir entre mantener a mis hijos con vida, o pasar más tiempo con su padre en el hospital. Sé perfectamente que Franco querría que cuide a nuestros hijos y es por eso por lo que saco fuerzas de donde no tengo para sobrellevar esta situación.—Feliz San Valentín mi amor— Digo al profundo silencio que hay en este cuarto. Me acomodo en la cama apoyando mi espalda en el respaldo de la cama cuando escucho que alguien llama a la puerta —Adelante— Indico.—Hola hija, ¿Cómo te sientes hoy?— Me pregunta Raquel, quien se acerca a mí con una bandeja donde trae el desayuno.—Hola, sinceramente he pasado una pésima noche. Estoy preocupada por Franco, no despierta…— Respondo angustiada.—Lo sé hija, yo también quiero que mi hijo despierte, pero l
[BRISA]—¡Enfermera! —exclamo una y otra vez—. Mi amor, has despertado —digo emocionada y las lagrimas ahora son de absoluta felicidad.Noto como él trata de darse cuenta de lo que está sucediendo, pero algo ocurre, esta confundido, y no es para menos.—Señora, por favor déjenos hacer nuestro trabajo —escucho de repente que me dice una de las enfermeras.—No, por favor, llevo un mes esperando este momento —le pido, pero todos mis esfuerzos se ven reducidos a la nada cuando alguien me saca en la silla de ruedas.—Señora, déjenos tratar a su marido —habla uno de los doctores mientras que entra al cuarto.—Hija, ¿Qué ocurre? —me cuestiona Raquel quien se acerca a mí y me mira un tanto confundida.—Franco abrió los ojos —explico emocionada y tal y como era de esperarse, ella se emociona también.—¡No lo puedo creer! Finalmente —dice y noto como sus ojos se llenan de lágrimas que supongo que son de felicidad.—Me sacaron… —murmuro.—Tranquila Brisa, lo tienen que atender, es normal —me int
[BRISA]Quedarme en esta sala de espera mientras que Raquel y Leonardo están allí dentro con Franco, es de lo más difícil que me ha tocado hacer. No puedo entender como su cabeza ha podido olvidar todo lo que hemos vivido, y no solo eso, su cabeza ha borrado a nuestros bebés y eso es algo que no sé como soportar.¿Qué se hace en una situación como esta? ¿Cómo se hace para estar a su lado entendiendo que no puedo hablarle de nada de lo que vivimos ya que no lo recuerda? ¿Cómo sobrellevo este dolor?«Acuérdate pronto de nosotros por favor» pido por dentro, y una vez más me toca creer en los milagros.Fijo mi mirada una vez más en aquella puerta hasta que finalmente esta se abre y allí veo a los padres de Franco saliendo del área donde están las habitaciones. Al verme ellos no sonríen ni nada, solo se acercan y toman asiento en las sillas que están enfrente de donde yo estoy.—Hija —pronuncia Raquel y acerco la silla de ruedas para disminuir la distancia.—Díganme por favor como esta, no
[BRISA]Me he quedado sin reacción ante su pregunta, no podía decirle la verdad, pero tampoco me sentía capaz de mentirle, asique mi mejor solución fue huir de aquella habitación. Avanzo lo más rápido que puedo por los pasillos de este hospital, pero mis brazos se cansan moviendo esta silla de ruedas y me veo obligada a detenerme. Estoy tan triste que rompo en llanto y es que no sé cómo Franco y yo vamos a salir de esta situación tan difícil.—Brisa —escucho la voz de Raquel, y por más que intento secar mis lágrimas, es tarde cuando ella se agacha frente a mi—. Hija, ¿Qué sucedió? — me pregunta preocupada.—Esto es demasiado para mi Raquel, no puedo estar cerca de Franco ahora —admito con todo el dolor del mundo y ella me mira como tratando de entender lo que ocurre.—¿Qué fue lo que sucedió? —averigua preocupada.—Me pregunto si el bebé era suyo, yo no puedo mentirle, pero tampoco pude decirle la verdad. No puedo con esto, no puedo con la idea de que no se acuerde de mí y que tal vez