—¿No estás para nada nervioso porque te están investigando?— ya Samuel tenía conocimiento de que alguien estaba escarbando en su pasado, era solo que era muy perezoso para hacer algo, quería esperar para ver hasta dónde podía llegar esa persona.—Suegro, no te preocupes, quiero ver qué es lo que quiere.Anthony veía a Samuel muy relajado con este hecho y claro, él solo esperaría hasta que su hijo decidiera hacer algo, los dos hombres estaban sentados viendo las noticias con dos grandes sonrisas en sus rostros, por fin el plan que Samuel había ideado se había vuelto a su favor, los Michelson que no sabían cómo las cosas habían tomado ese rumbo estaban desesperados, pues una gran empresa extranjera los estaba demandando por falsificación de documento en uno de los proyectos que ya estaban al mercado, Samuel sabía que esa era una trampa que le estaban haciendo por eso mismo se lo dio a los Michelson sin importarle nada.El documento por en sí era un muy buen negocio, aunque el hombre se
Cuando Olga llegó a livor se topó con la noticia de que Samuel había tenido que viajar por negocios a otro país, por lo que demoraría una semana en volver.Lo que llenaba de alegría a la mujer era saber que ya estaba en el mismo país donde posiblemente estaba su hijo, todavía tenía muchos pensamientos y no sabía cómo hacer para acercarse a él. No quería decir algo o equivocarse al estar frente a él.Lo que no sabía era que un muy informado Anthony sabía que alguien estaba investigando a Samuel, eso no le preocupaba, pues tenía los medios necesarios para proteger a su familia, no como hace algún tiempo, cuando casi pierde a su reina y princesa en ese atentado.Alía estaba terminando de firmar la serie hasta donde su aún para nada notable pancita se lo permitiera, aunque ya había comenzado a tener muchos mareos y síntomas de náuseas. La noche antes de que Samuel se fuera de viaje hicieron el amor, como nunca antes, aun de recordar los labios de su esposo recorrían su cuerpo mientras sus
Samuel estaba muy atareado, los planos que tenía que hacer a los japoneses lo tenían al borde, estos hombres eran muy llevados a la nueva arquitectura.Las juntas y las reuniones fuera, más el cambio de horario lo tenían muy mal, no había podido hablar muy bien con su mujer, pues cuando ella quiere hablar él tenía que salir a una reunión y su esposa ya estaba descansando, últimamente se la pasaba mucho tiempo durmiendo, aunque también la había notado un poco extraña.*Tiempo atrás*Ese mismo día, después de que Alía término de grabar, se fue a encontrar con la señora Olga, la verdad es que era una mujer rubia, muy guapa y tenía unos hermosos ojos grises azulados, tenía un parecido con alguien, pero ella no podía saber de quién era.—lo siento, me demoré un poco más, el director, a lo último nos dispuso a hacer algunas cosas y cambiar otras.— dijo Alía muy apenada, pues no sabía que se demoraría media hora más, cuando entró vio a la mujer un poco impaciente y con una mirada triste.Olg
Alía y Olga se habían vuelto muy inseparables en esos días, mientras Alía terminaba las grabaciones la hermosa señora la esperaba ya sea para comer algún postre rico o charlar, Olga se le había hecho una señora muy consentida y carismática a Alía quien estaba encantada.Como Alía era muy mala para ocultar las cosas, tuvo que decir su secreto a alguien antes de que le dijera sin querer a su esposo, aunque ella ya había notado que su esposo preguntaba más de lo debido esos días.—Hija mía, mi hermosa niña. ¿Qué es lo que te pasa? ¿Que es lo que te tiene tan pensativa en estos días?.— y si allí estaba su madre como siempre preocupada por ella, Alía de verdad no podía pedir una familia más perfecta que la suya, con dos padres que se aman tanto o más desde el primer día que se vieron, en su familia nunca hubo la falta la respeto o desconfianza y es qué a eso le tenía que retribuir a ellos el no poder mentir? —Mamá, es solo que no sé qué hacer o simplemente por donde comenzar.— habla tranqu
Al día siguiente de la llegada de Samuel, Alía y Olga estaban muy impacientes cada una a la distancia y se preguntaba si lo que estaban haciendo era lo correcto. Alía no se dejaba de preguntar y en qué ella misma sabía que no había necesidad de una prueba de ADN, pues tanto el padre como el hijo eran dos gotas de agua, palabra de la chica, ya que la señora Olga le mostró la foto de su difunto esposo, la foto era la del día que los dos viajaron a su país y es que se veían tan felices y esa sonrisa que tenía Olga cuando veía a su esposo y su hijo al momento de tomar la foto. —¡Dios, si me estás escuchando, ayúdame!— Alía era una tormenta en su cabeza, ella esperaba que todo saliera muy bien, dio instrucciones en la cocina de que prepararán la comida que a su esposo le gustaba y esas eran las pastas, y ahora la muchacha sabía de donde su adorado tenía la afición por esa comida italiana.Olga no estaba para nada peor, sus nervios la traicionaban, Francesco tuvo que hacerle una agua aromá
—¿Cariño estás bien?-Alía sin dudas estaba muy preocupada por su esposo, verlo tan afligido y perdido en sus pensamientos, tratando de recordar momentos que no lograba y batallando en su mente la tenía muy ansiosa, Olga se encontraba igual que Alía. Pues aún no lograba imaginar la magnitud de lo que le estaba pasando.—querida, él está un poco en shock, yo la verdad tengo todas mis esperanzas y no quiero que piensen que soy una mala mujer, pero de todas maneras me gustaría realizar la prueba de ADN y si Samuel es mi hijo que sé con todo mi corazón que así es, volver a tener el nombre que le corresponde, quiero que todos sepan que el heredero de los Rinaldi aún está vivo, mi adorado bruno por fin debe de estar feliz por volver a vernos estar juntos.— Alía era toda lágrimas, su esposo por fin no estaba solo, ahora tendrá a dos familias que lo aman como el gran hombre que es y en el que se logró convertir.—Yo… Si me gustaría hacer esa prueba, mañana mismo podemos ir a hacerla, ya que ta
—¿Olga Rinaldi? ¿Querida eres tú?— Samuel y Alía quedaron en blanco cuando escucharon el jadeo y la voz de Mía hablarle a la mujer, ellos no sabían qué estaba pasando.—¿Mía Anderson?— Mía enseguida asintió con su cabeza y se levantó de la silla para ir a abrazar a su querida amiga, después del accidente que había tenido Bruno, la mujer no quería saber más del país donde habían perdido la vida sus seres más queridos. “¿Mamá, acaso ustedes se conocen?” —Claro, que si hija, su difunto esposo, el querido Bruno Rinaldi era un gran socio de tu padre, nos conocemos muy bien y en ese entonces éramos la comidilla del país por haber pescado a los solteros de modas, claro está estos hombres fueron los que cayeron por nosotras— su madre se mofaba y recordando aquellos tiempos donde podían están juntos.— ¡Pero hija! ¿De dónde la conoces?—Madre, recuerdas que te había comentado de una situación por la que estábamos pasando con mi esposo, pues ella es la mujer que probablemente sería la madre de
El siguiente día de la reclamación de la prueba,,, Samuel les había dicho que sería el quien quería buscar los resultados, después ellos podrían reunirse en una sala privada en un lujoso restaurante de estilo Oriental, quería tener todo preparado para lo que pudiera pasar, los nervios y la desesperación lo tenían al borde de un colapso mental en ese momento, no sabía qué hacer, mientras caminaba dando vueltas por el pasillo del hospital donde esperaba a que el médico le diera la autorización de pasar. Hablaba por teléfono con su esposa y quien poco a poco lograba calmarlo.~Amor, no estés tan preocupado, sé que es una situación difícil, pero sé que todo saldrá bien, pronto vas a tener la dicha de encontrar lo que siempre habías buscado.Las palabras de Alía le transmitían paz y eso era algo que en ese momento agradecía.~¿Pequeña y si no es así? ¿Cómo voy a superar otro golpe en mi vida?— esas palabras descolocaron a su esposa, pues también estaba muy nerviosa, solo que no quería hacé