Los Michelson pensaban que esta vez podían hacer caer a Samuel Anderson, se sentían con la victoria. Esta vez él sería el ganador de esta victoria.—Pablo, esta vez lo vamos a destruir. Esa escoria nunca debió salir de ese barrio marginal — habló el hermano de Pablo, Camilo, un magnate arquitecto que había estado interesado en Alía, de quien se había enamorado cuando la vio en una cena de gala para un premio.Pero después se enteró de que Anthony había prometido a Alía y a Samuel. Eso lo llenó de furia. Quería más que nada estar en conjunto con la familia Klaus, una de las familias más poderosas de Ciudad Livor. Quería hacerse con todo lo que tenían, llevarlos a la quiebra, tomar todo de ellos y, claro, en eso también entraba Alía. No por algo ya intentaron acabar con ellos hace años, solo que las cosas por ese miserable chico no salieron como ellos querían. Hasta el momento no hubo sospechosos y nadie pensó que fueron ellos los que lo hicieron. Eso los tenía en mucha ventaja.Se creí
Sin duda, la pareja estaba pasando una gran noche, pero de quien no se podía decir lo mismo era de David.—Ese estúpido me va a pagar la humillación que estoy viviendo— David pensaba que el culpable de que Alía no estuviera con él era Samuel.—¿Cómo pudo preferir a un huérfano que a mí?— La persona que estaba al lado de él lo miraba con decepción.¿Cómo su amigo va a creer eso cuando fue la misma Alía la que le dejó en claro que no se hiciera ilusiones con él, pues solo lo veía como un amigo y colega de trabajo?La obsesión que tenía David por Alía era muy grande y ahora a él le estaba dando miedo de que este tonto hiciera una tontería.—Pienso que deberías calmarte, David. No eches por la borda tu carrera con una historia que tú mismo has fabricado en tu cabeza— fue todo lo que pudo decir ese conocido para después levantarse de la silla y marcharse.—¿Crees que me como ese cuento? Alía definitivamente siente algo por mí, ja, ja, ja, ya verás pronto hace que esté a mi lado— Nadie le
—¿Eres tonta, Alía? ¿Cómo no puedes estar feliz? Estás nominada a actriz del año. Por fin, todas las noches de trasnocho para grabar y viajes a Dios sabe dónde, estás recogiendo los frutos—, dijo Sofía, quien estaba feliz e incluso más eufórica que la misma Alía.—Amiga, por favor, no es para tanto. Sé que es uno de los mejores premios, pero lo más importante es que tengo a mi familia bien—, decía una Alía pensativa. —Mi familia es lo más fundamental, incluso más que eso—, terminó de decir para mirar a Sofía. Las chicas se estaban alistando para salir al centro comercial, tenían que comprar las cosas para poder tener todo para la ceremonia que se realizará en una semana.Alía había ido a visitar a su madre unos días atrás y se llevó la sorpresa de que esta estaba con las viejas brujas de sus amigas, envidiando su vida con Samuel y también ya planificando a sus hijos. Ni a Alía ni a su madre les gustaron los comentarios de esas mujeres recatadas de la alta
En la oscuridad de un cuarto destartalado a las afueras de la ciudad, observando a una mujer inconsciente, muchas veces había fantaseado con hacer a esta chica suya, casarse con ella y tener un hogar, pero todo lo había destruido ese hombre, incluso querer decir su nombre haría que su estatus bajara a su nivel.Estaba feliz de por fin poder estar con la mujer que amaba, la iba a hacer suya para toda la vida, nunca dejaría que se fuera de su lado, así sea que le tocara recurrir a los peores castigos posibles. Alía tenía que ser solo suya.Mientras tanto samuel con el pasar de las horas estaba que perdía la paciencia, para el que secuestraran a Alia y aun sin tener el conocimiento de quien fue la persona que lo había hecho —Agente, ya perdí la paciencia y estoy en el punto límite para que me diga que me calme, es mi esposa la que fue secuestrada, quizás por algún lunático—, Samuel Anderson estaba fuera de sus cabales, sin saber quién fue la persona que se llevó a su esposa y sin poder
—¡Carajo! Esto no puede ser posible. ¿Cómo puede haber una diferencia de unos minutos en la cámara? ¿Quién es el bastardo que está detrás de mi esposa?—Samuel no sabía qué más hacer.—Calma, señor Anderson. Estamos revisando las cámaras de los locales más cercanos a los hechos. Estamos seguros de que encontraremos a su esposa — dijo el oficial a cargo. Toda la ciudad estaba hecha un caos. Las noticias no daban abasto y la gente quería estar pendiente a cada segundo de lo que estaba pasando con la reciente desaparecida Alía.Los Michelson creían tener el poder para acabar con Anderson, pero lo que no sabían era que detrás de este poderoso hombre había otro mucho más grande que se mantenía en la mira de todos, pero ocultando su fuerza.—Pienso que es el momento de poner mano dura a esto. Este desgraciado no ha llamado, eso quiere decir que no es un secuestro para una extorsión. Esto es algo mucho más grande. — dijo Anthony, el padre de Alía, quien había sido el general en jefe del ejé
—Ya les dije, no tengo ni idea de dónde pueda estar Alía. La verdad, también estoy preocupado. Desde que desapareció, las grabaciones pararon y pronto será la entrega de premios, si es que también nolo cancelan —dijo David, aunque hablaba tan confiado que, si no fuera porque los policías ya lo tenían identificado a través de una de las cámaras que estaba cerca del atentado, habrían creído su cuento.Quien estaba furioso era Samuel.—Ja, ve lo cínico que puede ser este tipo. Me dan tantas ganas de golpear este estúpido rostro que tiene. ¿En qué condiciones tendrá a mi esposa? —preguntó Samuel, y todos se hacían la misma pregunta. Aunque Samuel sabía que Alía se podía defender y armar un plan, nada le quitaba el hecho de que se preocupara por su mujer.—Samuel, trata de calmarte un poco. Lo bueno es que ya sabemos que este hombre tiene a Alía. No lo eches a perder y sigamos el plan para que todo pueda salir bien y tener a nuestra pequeña sana y salva—. Después de escuchar a su suegro, S
—Maldita, estúpida, qué me diste — le gritaba un furioso David a Alía. Esta última lo había drogado. David intentó ponerse de pie, pero no podía. Todo su cuerpo se sentía relajado, pero estaba muy consciente de lo que estaba pasando a su alrededor.— ¿Qué pasó, David? ¿Tu teatro de esposo bueno se acabó? ¿Qué pensabas que me ibas a hacer, estúpido? No sé cómo no eres un poco más inteligente.Alía estaba más relajada ahora. Ella creía hacer una locura como la de tener que quemar esa hermosa cabaña para que el hombre le permitiera salir, pero después de buscar un rato más, encontró una gaveta con seguro. No fue difícil para ella abrirla, pues con un poco de fuerza esta cedió. Se notaba que su madera ya estaba podrida. Después encontró las pastillas que David había guardado en el lugar.Se hizo la desentendida y para no levantar sospechas, preparó un té para hacer caer a David. Ella tenía que salir de allí y volver con su familia. No en vano, van a fallas las técnicas de defensa personal
Después de que Alía llegó a casa, le dieron un té relajante para que pudiera descansar y luego esperar para ir al hospital y hacerle unos exámenes y curar la herida que aún tenía, pero que la hacía ver muy agotada. Quien también se acostó a su lado fue Samuel. Solo Dios sabía lo preocupado que había estado por su esposa. Soltó suaves sollozos mientras tenía a su esposa abrazada, solo de pensar que le hubiera pasado algo peor o no volver a verla por culpa de un desquiciado.Tocó suavemente el cabello de Alía, luego le dio un beso en su frente y después un suave beso en sus labios. La veía cansada, pero estaba bien, y estaba con él.En la sala, todos estaban esperando a que los efectos del té terminaran de hacer su efecto para llevar a Alía al hospital. Anthony no se había querido mover aún al búnker hasta no saber si ese tipo le pudo hacer algo a su hija, pero de algo estaba seguro: se lo haría pagar el doble.—Querido, ¿puedes calmarte? —dijo Mía viendo la mirada colérica que tenía s