Instantes 1

Amanda.

Por andar pensando tonteras, me dejé al descubierto, y Dom, casi me cacha en mis pensamientos oscuros hacia él.

Pero el tiene la culpa, siempre con su doble sentido cada vez que habla de alguna reunión conmigo.

Desde adolescentes, siempre que nos quedábamos de ver en la casa del árbol, el hacía esas caras, y su voz ¡DIABLOS!

Es que enserio, esa voz que Dom posee, es algo, ardiente, profunda, que hace que las piernas te tiemblen y tu amiga se haga agua.

Bendito güero, que suerte tiene el desgraciado, y una aquí aguantando no más las ganas de por lo menos, una tocadita.

En fin, voy por el bendito helado de doble chocolate y llevo uno de vainilla para el postre con vino.

No sé con cuál irá mejor, por si las dudas llevo como cinco botellas diferentes, entre tintos y rosados.

Creo que blanco no lleva, lo medito un poquito, y por si las dudas mejor si me llevó una de vino blanco.

Bien, ahora solo falta la charola de quesos y también llevaré una carnes frías.

Los maratones de pe
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