Amanda.Por andar pensando tonteras, me dejé al descubierto, y Dom, casi me cacha en mis pensamientos oscuros hacia él.Pero el tiene la culpa, siempre con su doble sentido cada vez que habla de alguna reunión conmigo.Desde adolescentes, siempre que nos quedábamos de ver en la casa del árbol, el hacía esas caras, y su voz ¡DIABLOS!Es que enserio, esa voz que Dom posee, es algo, ardiente, profunda, que hace que las piernas te tiemblen y tu amiga se haga agua.Bendito güero, que suerte tiene el desgraciado, y una aquí aguantando no más las ganas de por lo menos, una tocadita. En fin, voy por el bendito helado de doble chocolate y llevo uno de vainilla para el postre con vino. No sé con cuál irá mejor, por si las dudas llevo como cinco botellas diferentes, entre tintos y rosados. Creo que blanco no lleva, lo medito un poquito, y por si las dudas mejor si me llevó una de vino blanco. Bien, ahora solo falta la charola de quesos y también llevaré una carnes frías. Los maratones de pe
Levanta las manos en son de paz, pero su último comentario, es de lo más hiriente. — Esta bien, me voy, los dejo solos, para que sigan poniéndole el cuerno a Amanda, eso no se hace Dominic, ella acaba de pasar un mal trago, y tú, no eres diferente a Josh. —Largo de aquí, si no quieres que olvide que eres mi amigo. Me reta con la mirada, con el rostro por completo serio, se nota lo molesto que está. No dice nada, solo da un paso atrás y se va empujando a todo aquel se atraviese en su camino. —Nos vemos el lunes, creo que ahora no es un buen momento para hablar lo nuestro. —Estoy de acuerdo, no olvides hablar con ella, es la única que debería saber la verdad. Menciona, y creo que tiene razón, así que me despido y me dirijo al apartamento de Mandy. Son las siete de la tarde, y se que son dos horas antes de lo que habíamos acordado, pero debo hablar con ella. Me debato unos minutos en como debo abordar el tema, no quiero que sienta que la he hecho a un lado. Ya con algo medio ar
DominicLa cara de la sanguijuela es épica, no puede creer que la dulce Amanda, le haya dicho todo eso.Me tapó los labios con la mano para evitar que salga una sonora carcajada de ellos. —No puedes hablar enserio Amanda, sabes que si no aceptas...—Sí, sí, sí, ya vete, el lunes que se comunique tu abogado con el mio, ahora largo de aquí, no ves que interrumpes nuestra noche romántica. Le dice Mandy, empujandolo por el pecho, el zapallo ese, no sabe ni donde meter la cabeza. —Esto no se queda así, vas a regresar Amanda, vas a regresar. Me desesperan sus amenazas y lo tomo del cuello de la camisa y arrastró a la salida. Cierro la puerta en su nariz cuando está a punto de decir otra barbaridad, se queda golpeando la puerta. Amanda, ya habló a seguridad del edificio y también, pidió que no se le dejara pasar nuevamente. Instantes después, se escucha como llegan algunos elementos y se lo llevan, esta gente es algo serio. —Gente loca, hoy fue el día de todos vengan a mi casa a jode
Y así, hasta que llegamos a Guerras de sangre, y justo en el momento que Theo James, aparece, lanza un grito tan fuerte que casi me deja sordo. Francamente no se que le ve, ni que estuviera tan guapo, estoy más guapo yo. Me tuve que aguantar toda la película entre gritos y pellizcos, para cuando terminó la película ambos ya estábamos bastante pasados de copas. —Y ahora tú ¿Qué tienes? Ha ya se, no me digas, estas celoso por mi novio Theo, pero es mio, mio, mio, de mi. Hay ya tengo hambre, iré a calentar la pizza y voy por las cervezas, recoje un poco para hacer espacio ya vuelvo. Trata de brincar mis pies y tropieza con ellos, cayendo con su redondo trasero en mi regazo. —No te muevas, no te muevas —le suplico. —Perdón, perdón, no fue mi intención. Ambos nos quedamos viendo y nos empezamos a acercar lentamente, pero antes de que pueda llegar a su rostro, se levanta sin decir nada. Va a la cocina y minutos después regresa con la pizza en una mano y en la otra un six de cervezas
Amanda¡Madre mía! Si asi tiene los dedos. Tal vez esté más ebrio que yo, o quizás me esté confundiendo con el güerito, no sé, pero yo no lo dejo pasar. Y ni empieces Amanda, porque te conozco, él es tu novio, además es el hombre que has amado toda tu vida, esto está bien.Da dos pasos atrás en cuanto mi espalda toca el colchón, y lo veo sacar por su cabeza la playera.Su blanca piel me derrite por todos lados, sus manos viajan a su cinturón y lo quita en dos movimientos.Sí qué es hábil este muchacho, deja caer sus prendas y lo que veo me deja con la muchacha goteando. No pues con razón el rubio no lo deja ni a sol ni sombra, pero esta noche es solo para mi.Eso que tiene entre las piernas es casi del tamaño de mi antebrazo, y se ve tan besable.Me siento sobre mis chamorros y le extiendo la mano para que se acerque, el sonríe de lado y acepta mi invitación. Se acerca intentando hacerme para atrás, sin embargo, lo detengo y llevo mis manos traviesas a su gran amigo. Mi boca llega
Se separa un poco y sin salir, me gira quedando el debajo mio, acomodo mis rodillas en el colchón y empiezo a cabalgarlo. Mis manos se recargan en su pecho y mi cadera gira, subiendo y bajando sobre su longitud. Sus manos traviesas llegan a mis senos y los aprieta, se acomoda con sus codos y su boca se apodera de uno. Lo muerde y succiona mientras una de mis manos lo toma de la nuca, impidiendo qué se separe. Su lengua lo acaricia después de la gran mordida que me acaba de dar, una delicia qué quiero continuar sintiendo. Su mano libre viaja a mi glúteo y lo palmea fuertemente, mis labios aprietan su agarre en su grosor, y vuelve a repetir en continuas ocasiones. Aumento la velocidad de mis caderas al sentir que una gran ola de placer se acumula en mi bajo vientre. No paro hasta que consigo mi liberación y segundos después siento la suya, que me inunda mezclando sus fluidos con los míos. Me dejo caer sobre su pecho, descansamos un rato, pero el jamás salió de mi interior. Sien
Dominic. No podía seguir callado, desde luego que me di cuenta de su confusión y solo quería disipar sus dudas. Tampoco hace falta que ella me responda con palabras, pues su cuerpo lo hace con acciones. Nos entregamos al placer toda la mañana y por la tarde le preparé de comer. Este es un sueño hecho realidad, uno que tuve desde mi infancia, y que hoy puedo decir que lo he logrado. Sin embargo, necesito contarle toda la verdad, necesito que sepa todo lo que conlleva estar conmigo. Estamos en su cama viendo una película de romance navideño, esto va a ser un gran problema. Cada película que vemos, tiene un "novio" nuevo, y si, ya sé que me paso de celoso pero se supone que solo debe verme a mi. Abrazo una almohada haciendo pucheros y berrinche en el proceso, mientras ve al mentado Nick en pantalla.—Muy guapo y todo, pero como actor, es muy buen modelo ¿No crees?—Si tú lo dices.—No te pongas celoso bebé, tú crees que si uno de mis novios me hiciera caso, estaría aquí contigo.
—No se supone que es tu amigo, pareciera que más que eso, solo busca tu mal.—Lo he considerado. No es normal que insista tanto en querer que yo acepte algo que no soy. La veo que se queda pensativa, pasan varios minutos y es como si se hubiera ido a otro lugar. —Mandy ¿Sigues ahí? Paso mi mano por enfrente de su rostro, pues ya estoy empezando a preocuparme, no responde. De repente se levanta de la cama y corre a su cambiador, se escucha que revuelve algunas cosas y después de unos minutos regresa con un álbum en las manos. —¿Qué es eso? —cuestiono curioso. —Es un álbum de fotos, de nuestra infancia y adolescencia. Es que se me vino algo a la mente, pero quiero estar segura antes de abrir la boca. —Mandy... —trato de decirle algo pero me interrumpe. —Espera, espera. Abre el álbum de fotos y empieza a buscar y sacar fotos, las va acomodando sobre la cama, no se tarda mucho, y por fin termina. —¿Qué pasa? Mandy, me estas asustando —confieso al verla tan concentrada, pues no e