Amanda.Gracias al cielo estoy sentada, porque de lo contrario ya estaría con el trasero en el suelo.Siento que floto, todo se vuelve rosa a mi alrededor, mis manos suben a su cuello y no permito que se separe de mi.Su beso es cálido, tierno, sus manos están en mis mejillas y la verdad es el mejor beso que he recibido en la vida.A lo lejos escucho como papá se aclara la garganta y a mamá reprendiendolo, Dom y yo, sonreímos al mismo tiempo y nos alejamos de a poco, pegando nuestras frentes.Siento la cara hirviendo, y no es de vergüenza, todo mi ser se llena de un calor cálido, pero apasionado a la vez.Mentalmente lloro, sino fuera por ese contrato, jamás hubiera probando de los labios de mi amigo.Y ahora, lo poco que creía sentir por él, se ha intensificando por millones, no quiero separarme de él.Y para colmo de mis males, él ya tiene a quien darle su amor, ese hermoso rubio. ¡Hay no! Ahora si lloro, le gustan güeras. Pero no importa, ya me hice a la idea, de que voy a aprovec
—Mi vida, no sabes lo feliz que me haces, en el fondo ambas queríamos que algún día, nuestros hijos fueran pareja—sí, mamá y la de Dom, son amigas de infancia —esto es un sueño hecho realidad.Suspira y pone ojos soñadores, tomando mis manos entre las suyas, ruedo los míos internamente y niego con la cabeza. Esta señora bella es un caso, veo que Dom y su madre se acercan y por fin podemos salir de la casa de mis padres. Vamos en su auto y la verdad el silencio en el que vamos, se torna un tanto incómodo. —Nos salió bien ¿No crees? —me pregunta de repente.—Creo que si, solo no sé si tu mami estará bien.Iniciamos una conversación que no tiene nada que ver con él beso, creo ni caso tiene tocar el tema.—Más que bien, de echo, cuando estaba con ella hace un rato, aprovechamos para mandar a cambiar las chapas y de una vez le pedimos al abogado que empezará a redactar el acuerdo, el hombre más que encantado, nos dijo que se ponía de inmediato a ello, enserio, creo que todos nos dábamos
Dominic.—Mandy y Dom contra el mundo, siempre bebé, siempre, yo también te amo hermosa, siempre serás mi pequeña Mandy, perdona por esto.Afirmó con media sonrisa en mi rostro, la misma que o alcanza para sonar sincero, aunque lo soy. —¡Ey! No, no hay nada que disculpar.Dice mientras limpia mi lágrimas con su pequeñas manos, la vuelvo a abrazar y ella acaricia mí espalda. Le doy un beso tronado en la mejilla y continuamos nuestro camino, Mandy pone Girls just want to have fin de Cyndi Louper, y ambos vamos cantando a todo pulmón. Descapoto el auto y ella se retira el cinturón y se levanta levantando sus brazos para gritar. —Deberías de intentarlo, es muy liberador —dice con la más hermosas de las sonrisas. Le devuelvo el gesto y se me ocurre una genial idea, cambio el destino a su casa y tomó la pista. —¿A donde vamos Dom? —cuestiona cuando se da cuento que el camino no es el que conoce. — Ya lo veras preciosa, ya lo verás, pero te aseguro que te va a encantar. Unos treinta
Se da cuenta de lo que acaba de decir y de inmediato trata de arreglar las cosas, nuevamente se pone roja. —Osea, no en ese aspecto, bueno si, digo no, hay. Olvidalo —no debería, pero me sale una pequeña carcajada que hace que me gane un golpe en el brazo. —Te veo a las nueve en tu departamento, espero tengas helado de doble chocolate. Me encanta. Me adelanto al auto, la pobre se queda paralizada en donde la dejé, es divertido verla de esa forma. Hace tanto que no teníamos un momento a solas, como antes. Al reaccionar, se da cuenta que ya no estoy a su lado y corre para que le abra la puerta de su lado. Se adentra tan rápido que me arrebata la puerta, tapa su cara y grita nuevamente. Ahora si que no entendí que pasó acá. Un poco confundido, ingreso al auto y alcanzo a notar de reojo, que mi pequeña Mandy, sigue muy, pero muy roja de la cara. Arrancó el vehículo e inicio la marcha, empiezo a llamarla, pero no responde, giro rápido la vista y está perdida. —Mandy... Mand
Amanda.Por andar pensando tonteras, me dejé al descubierto, y Dom, casi me cacha en mis pensamientos oscuros hacia él.Pero el tiene la culpa, siempre con su doble sentido cada vez que habla de alguna reunión conmigo.Desde adolescentes, siempre que nos quedábamos de ver en la casa del árbol, el hacía esas caras, y su voz ¡DIABLOS!Es que enserio, esa voz que Dom posee, es algo, ardiente, profunda, que hace que las piernas te tiemblen y tu amiga se haga agua.Bendito güero, que suerte tiene el desgraciado, y una aquí aguantando no más las ganas de por lo menos, una tocadita. En fin, voy por el bendito helado de doble chocolate y llevo uno de vainilla para el postre con vino. No sé con cuál irá mejor, por si las dudas llevo como cinco botellas diferentes, entre tintos y rosados. Creo que blanco no lleva, lo medito un poquito, y por si las dudas mejor si me llevó una de vino blanco. Bien, ahora solo falta la charola de quesos y también llevaré una carnes frías. Los maratones de pe
Levanta las manos en son de paz, pero su último comentario, es de lo más hiriente. — Esta bien, me voy, los dejo solos, para que sigan poniéndole el cuerno a Amanda, eso no se hace Dominic, ella acaba de pasar un mal trago, y tú, no eres diferente a Josh. —Largo de aquí, si no quieres que olvide que eres mi amigo. Me reta con la mirada, con el rostro por completo serio, se nota lo molesto que está. No dice nada, solo da un paso atrás y se va empujando a todo aquel se atraviese en su camino. —Nos vemos el lunes, creo que ahora no es un buen momento para hablar lo nuestro. —Estoy de acuerdo, no olvides hablar con ella, es la única que debería saber la verdad. Menciona, y creo que tiene razón, así que me despido y me dirijo al apartamento de Mandy. Son las siete de la tarde, y se que son dos horas antes de lo que habíamos acordado, pero debo hablar con ella. Me debato unos minutos en como debo abordar el tema, no quiero que sienta que la he hecho a un lado. Ya con algo medio ar
DominicLa cara de la sanguijuela es épica, no puede creer que la dulce Amanda, le haya dicho todo eso.Me tapó los labios con la mano para evitar que salga una sonora carcajada de ellos. —No puedes hablar enserio Amanda, sabes que si no aceptas...—Sí, sí, sí, ya vete, el lunes que se comunique tu abogado con el mio, ahora largo de aquí, no ves que interrumpes nuestra noche romántica. Le dice Mandy, empujandolo por el pecho, el zapallo ese, no sabe ni donde meter la cabeza. —Esto no se queda así, vas a regresar Amanda, vas a regresar. Me desesperan sus amenazas y lo tomo del cuello de la camisa y arrastró a la salida. Cierro la puerta en su nariz cuando está a punto de decir otra barbaridad, se queda golpeando la puerta. Amanda, ya habló a seguridad del edificio y también, pidió que no se le dejara pasar nuevamente. Instantes después, se escucha como llegan algunos elementos y se lo llevan, esta gente es algo serio. —Gente loca, hoy fue el día de todos vengan a mi casa a jode
Y así, hasta que llegamos a Guerras de sangre, y justo en el momento que Theo James, aparece, lanza un grito tan fuerte que casi me deja sordo. Francamente no se que le ve, ni que estuviera tan guapo, estoy más guapo yo. Me tuve que aguantar toda la película entre gritos y pellizcos, para cuando terminó la película ambos ya estábamos bastante pasados de copas. —Y ahora tú ¿Qué tienes? Ha ya se, no me digas, estas celoso por mi novio Theo, pero es mio, mio, mio, de mi. Hay ya tengo hambre, iré a calentar la pizza y voy por las cervezas, recoje un poco para hacer espacio ya vuelvo. Trata de brincar mis pies y tropieza con ellos, cayendo con su redondo trasero en mi regazo. —No te muevas, no te muevas —le suplico. —Perdón, perdón, no fue mi intención. Ambos nos quedamos viendo y nos empezamos a acercar lentamente, pero antes de que pueda llegar a su rostro, se levanta sin decir nada. Va a la cocina y minutos después regresa con la pizza en una mano y en la otra un six de cervezas