Dominic.Demoré un poco más en llegar a casa de Mandy, había un tráfico terrible, más nunca imaginé que encontraría a la traidora aquí. Más sorprendido quedé cuando Mandy, la tomo del cabello y la sacó a rastras de su hogar. Esa mujer si que es de armas tomar, chiquita pero picosa, hermosa, pero nada delicada. Me gusta que sea tan fuerte, tenía que serlo, tanto ella como yo aprendimos desde muy pequeños que así debería ser. Nuestros padres se la pasaban de viaje de negocios y llevaban a nuestras madres a todos ladosY nosotros, bueno pues, solo nos teníamos a nosotros mismos y las niñeras. Pero verla en acción fue un deleite a la vista, ja, más con ese atuendo revelador, uff. Mi pequeñita, creciste muy rápido y ahora eres una mujer que no necesita que la rescatenPienso mientras acarició la delicada piel de su rostro, ambos disfrutamos del momento. Por un instante somos nuevamente esos niños que solían reunirse en la casa del árbol, para tramar travesuras o simplemente a hacern
Dominic.Ahora si que me quedé con los ojos de huevo, esta niña tiene un arsenal de mentiras por todas partes.Lo dicho, Mandy es demasiado lista y de mente ágil, tanto sus padres como los míos se quedaron sin argumentos. En especial mi padre, ya era hora de que alguien lo pudiera poner en su lugar, a ver ahora como responde a eso. —Pues ya lo oyeron, así ustedes no estén de acuerdo, nosotros nos amamos desde hace tanto, que no voy a permitir que nadie me aleje del amor de mi vida. Mi madre me ve con una sonrisa en los labios, asiente con la cabeza, por al fin haberme parado de frente a su esposo. Papá está tan callado viéndonos, no sale ninguna palabra de su boca, es lógico, el daba por hecho tantas cosas de mi. Que ahora está en un tobogán de pensamientos, yo creo que ya había planeado hasta desheredarme. —¿No dirán nada? —pregunta Mandy un poco confundida. Ambos nos preparamos mentalmente para hacerles frente a este cuarteto cascarrabias, y ahora simplemente nadie dice nada.
—¿Una simple chica? Mi hija no es ninguna simple chica, es la vice presidente de Sophistic, mi hija, una mujer fuerte, inteligente, independiente, que junto a tu hijo, han hecho crecer la empresa en mucho menos tiempo, del que nos costó a nosotros levantarla, así que si no tienes, un mínimo de respeto por eso, con toda la pena del mundo, te voy a pedir que te retires de mi casa.—¿Me estas corriendo?—Te estoy invitando a respetar a mi hija, no es mucho pedir.—Es una mujer.—¿Y? El hecho de que sea una dama, no significa que sea menos, al contrario, te recuerdo que Dom, es el presidente, solo porque tu convenciste a la junta, pero quien tiene mejor desempeño, es Amanda.—Una mujer, jamás podrá llevar las riendas de mi empresa, no mientras yo viva.—Nuestra empresa, te recuerdo que tenemos una sociedad con igualdad de activos, así que no es tu empresa solamente, y como veo que no eres lo suficientemente capaz de entender algo tan simple, te pido que te retires.—Todo este embrollo por
Amanda.Gracias al cielo estoy sentada, porque de lo contrario ya estaría con el trasero en el suelo.Siento que floto, todo se vuelve rosa a mi alrededor, mis manos suben a su cuello y no permito que se separe de mi.Su beso es cálido, tierno, sus manos están en mis mejillas y la verdad es el mejor beso que he recibido en la vida.A lo lejos escucho como papá se aclara la garganta y a mamá reprendiendolo, Dom y yo, sonreímos al mismo tiempo y nos alejamos de a poco, pegando nuestras frentes.Siento la cara hirviendo, y no es de vergüenza, todo mi ser se llena de un calor cálido, pero apasionado a la vez.Mentalmente lloro, sino fuera por ese contrato, jamás hubiera probando de los labios de mi amigo.Y ahora, lo poco que creía sentir por él, se ha intensificando por millones, no quiero separarme de él.Y para colmo de mis males, él ya tiene a quien darle su amor, ese hermoso rubio. ¡Hay no! Ahora si lloro, le gustan güeras. Pero no importa, ya me hice a la idea, de que voy a aprovec
—Mi vida, no sabes lo feliz que me haces, en el fondo ambas queríamos que algún día, nuestros hijos fueran pareja—sí, mamá y la de Dom, son amigas de infancia —esto es un sueño hecho realidad.Suspira y pone ojos soñadores, tomando mis manos entre las suyas, ruedo los míos internamente y niego con la cabeza. Esta señora bella es un caso, veo que Dom y su madre se acercan y por fin podemos salir de la casa de mis padres. Vamos en su auto y la verdad el silencio en el que vamos, se torna un tanto incómodo. —Nos salió bien ¿No crees? —me pregunta de repente.—Creo que si, solo no sé si tu mami estará bien.Iniciamos una conversación que no tiene nada que ver con él beso, creo ni caso tiene tocar el tema.—Más que bien, de echo, cuando estaba con ella hace un rato, aprovechamos para mandar a cambiar las chapas y de una vez le pedimos al abogado que empezará a redactar el acuerdo, el hombre más que encantado, nos dijo que se ponía de inmediato a ello, enserio, creo que todos nos dábamos
Dominic.—Mandy y Dom contra el mundo, siempre bebé, siempre, yo también te amo hermosa, siempre serás mi pequeña Mandy, perdona por esto.Afirmó con media sonrisa en mi rostro, la misma que o alcanza para sonar sincero, aunque lo soy. —¡Ey! No, no hay nada que disculpar.Dice mientras limpia mi lágrimas con su pequeñas manos, la vuelvo a abrazar y ella acaricia mí espalda. Le doy un beso tronado en la mejilla y continuamos nuestro camino, Mandy pone Girls just want to have fin de Cyndi Louper, y ambos vamos cantando a todo pulmón. Descapoto el auto y ella se retira el cinturón y se levanta levantando sus brazos para gritar. —Deberías de intentarlo, es muy liberador —dice con la más hermosas de las sonrisas. Le devuelvo el gesto y se me ocurre una genial idea, cambio el destino a su casa y tomó la pista. —¿A donde vamos Dom? —cuestiona cuando se da cuento que el camino no es el que conoce. — Ya lo veras preciosa, ya lo verás, pero te aseguro que te va a encantar. Unos treinta
Se da cuenta de lo que acaba de decir y de inmediato trata de arreglar las cosas, nuevamente se pone roja. —Osea, no en ese aspecto, bueno si, digo no, hay. Olvidalo —no debería, pero me sale una pequeña carcajada que hace que me gane un golpe en el brazo. —Te veo a las nueve en tu departamento, espero tengas helado de doble chocolate. Me encanta. Me adelanto al auto, la pobre se queda paralizada en donde la dejé, es divertido verla de esa forma. Hace tanto que no teníamos un momento a solas, como antes. Al reaccionar, se da cuenta que ya no estoy a su lado y corre para que le abra la puerta de su lado. Se adentra tan rápido que me arrebata la puerta, tapa su cara y grita nuevamente. Ahora si que no entendí que pasó acá. Un poco confundido, ingreso al auto y alcanzo a notar de reojo, que mi pequeña Mandy, sigue muy, pero muy roja de la cara. Arrancó el vehículo e inicio la marcha, empiezo a llamarla, pero no responde, giro rápido la vista y está perdida. —Mandy... Mand
Amanda.Por andar pensando tonteras, me dejé al descubierto, y Dom, casi me cacha en mis pensamientos oscuros hacia él.Pero el tiene la culpa, siempre con su doble sentido cada vez que habla de alguna reunión conmigo.Desde adolescentes, siempre que nos quedábamos de ver en la casa del árbol, el hacía esas caras, y su voz ¡DIABLOS!Es que enserio, esa voz que Dom posee, es algo, ardiente, profunda, que hace que las piernas te tiemblen y tu amiga se haga agua.Bendito güero, que suerte tiene el desgraciado, y una aquí aguantando no más las ganas de por lo menos, una tocadita. En fin, voy por el bendito helado de doble chocolate y llevo uno de vainilla para el postre con vino. No sé con cuál irá mejor, por si las dudas llevo como cinco botellas diferentes, entre tintos y rosados. Creo que blanco no lleva, lo medito un poquito, y por si las dudas mejor si me llevó una de vino blanco. Bien, ahora solo falta la charola de quesos y también llevaré una carnes frías. Los maratones de pe