AmandaLeila no sabe que responder, está parada frente a mi con los ojos desmesuradamente abiertos.Balbucea y vuelve a callar, sé que no debí utilizar sus debilidades, pero ya no podía soportar más.—Eres... Eres una maldita, sabía que tu pinta de niña buena solo es una careta, una bruja es lo que eres.—Y no te equivocas, pero yo no voy por la calle diciendo, hay miren soy la pobre Amanda que su novio la engaño con su mejor amiga, hay miren como estoy llorando —finjo llorar, hasta dramatizo ayudada de mis manos —buuuu, soy una mujer engañada, oh pobre de mi. Eso jamás, será una maldita perra pero no una mosca muerta y mucho menos pretendo causar lastima en los demás, y una cosa más, yo no culpo a otros de mis desgracias, me hago responsable por mis estupideces.Sus ojos se llenan de lágrimas, se aferra a no sé que, porque la muy cretina no derrama ni una sola. —Te odio, siempre lo he hecho. —Uy, que novedad, ni lo sospechaba —digo con ironía. —La vida es muy injusta, mientras tu
—¿Qué demonios te pasa Leila? Nos pusiste en una maldita situación de pánico ¿con un arma de juguete? Estas completamente desquiciada está loca. Su risa se escucha cada vez más desquiciada, su cuerpo cae de espaldas y nadie de los presentes podemos creer lo que hizo.La gente de seguridad intenta levantarla, pero empieza a sacudirse sin control. A estas alturas ya no se si es para que no la toquen o en verdad tiene un ataque. Tarda en calmarse, en cuanto se recupera se sienta aún sobre el piso, me ve con diversión, una mirada llena de locura, en verdad da miedo. —Debiste haber visto tu cara, no eres más que un chiste Amanda, no vales nada, mirame, te dejé en ridículo enfrente de tus empleados —sigue burlándose. —No Leila, la única que ha venido a quedar mal eres tú, pero yo ya no voy a discutir más contigo, para tu mala suerte, todo está en los videos de vigilancia de la empresa y desafortunadamente, voy a presentar cargos en tu contra, no pienso tolerar ni una más de tus locuras,
DominicLlegamos a la estación de policía, ayuda a mamá a bajar del auto y antes de entrar recibo una llamada de la empresa.Me disculpo con mi madre y regreso al auto, maldita loca, golpeó el volante con demasiada fuerza. ¿Hasta cuando nos dejaran ser felices? Una tras otra, parece que se pusieron de acuerdo para jodernos la vida, cuando no es un loco es el otro.Voy por la pista y salgo en la desviación a la ciudad, no hay tráfico por la hora, así que que no tardo mucho en llegar.Estaciono frente al edificio y veo el caos que hay, gente corriendo por todas partes, la alarma de la empresa a todo lo que da, patrullas rodeando el edificio, policías indicando los puntos de resguardo.Pero no veo a Mandy, por ningún lado, avanzó entre la gente que de alguna manera limitan mi paso. Estoy llegando a la parte de las escaleras de emergencia cuando la veo parada sin moverse. Corro en su dirección y alcanzo a sostenerla antes de que llegue al suelo, está pálida y su pulso es lento. La car
LeilaMaldita mi suerte, el dispositivo tenía que fallar y todo se fue al carajo, todo es culpa de Amanda, si ella no existiera todo sería mejor para todos. No importó cuanto grite, aun así, me trajeron a los separos, el lugar es horrible y huele peor, por suerte estoy sola en la celda. Llevo como dos horas encerrada, nadie viene, no me dicen nada, si pasan, se siguen de largo como si no les hablara. Se que todo lo que pueda decir Amanda, en mi contra no será suficiente para retenerme en esta pocilga.Solo me encontraron con esos tipos, puedo decir que me obligaron y ya está, seré libre para poder destruirla. Nadie va a creer en una secuestradora como ella, tal vez, la que termine tras las rejas sea ella y no yo.Muero por ver su rostro cuando la declaren culpable de secuestro, la harán decir donde esta mi Joshi, ella se quedará en la cárcel y Josh y yo, de vacaciones por el mundo. Sonrío saboreando la victoria, hay niña, jamás imaginaste que tu derrota llegaría de esta forma, es
Amanda Después de dar mi declaración y entregar las copias de los videos de vigilancia, ahora si vamos a casa, me siento harta, cansada, fastidiada, de todo esto. Llegamos a su departamento y me voy directo a la habitación, en el camino me deshago de la ropa. Todo en este momento me lastima horrible la piel, llego a la cama y me dejo caer sobre ella, mis ojos se llenan de lágrimas. No quiero que Dom, escuche que estoy llorando, intento no moverme, solo espero que en verdad esto sea el fin de tanta desgracia. Poco a poco mis ojos se cierran y me quedo por completo dormida, solo quiero eso, descansar. No se en que momento Dom, trajo mis cosas, pero a lo lejos escucho mi móvil sonar, trato de no hacerle caso, pero puede ser algo de la empresa y mejor me levanto. Veo mi bolso a lado de mi, lo tomo y saco el móvil, es número desconocido, me debato entre responder o no. Se corta la llamada y a los segundos vuelve a sonar, es el mismo número, termino por contestar. —Diga. —Amanda,
Mueve sus caderas para poder adentrarse, mientras una de sus manos viaja a mis pliegues y masajea mi botón para ayudarme a relajar.—¡AH! —un sonoro gemido abandona mis labios cuando logra entrar por completo.Se queda quiero unos segundos para que me adapte a su tamaño, sin embargo, mi cadera no piensa lo mismo, pues empieza a moverse de forma frenética.Es un nivel de placer que nunca había experimentado, y al cual, acabo de hacerme adicta.Sus manos golpean mi trasero una y otra vez, y en cada una mi trasero se contrae haciendo que ambos lancemos gemidos al unísono.Toma mi cabello en una coleta y lo hala hacia atrás, en un intento por sentirlo más al fondo, me pongo en cuatro dejando mi cuello expuesto.Siento sus dedos ajustarse alrededor de el, aprieta con algo de fuerza mientras me da otra nalgada, es fantástico, algo nunca antes experimentado. Arremete con fuerza, siento como sus testículos rebotan sobre mi pequeño botón y es una sensación maravillosa, dos por uno. Mi gargan
LeilaDespierto en una pequeña camilla, rodeada de ese típico olor a hospital, me duele todo, intento ponerme de pie.Un agudo dolor atraviesa mi vientre, me quejo en voz alta y enseguida llega una enfermera.—No se levante, por el momento lo mejor es que siga recostada.Su tono es plano, pero su mirada refleja una profunda lástima hacia mi, no creo que sea porque me la pasaré el resto de mis días aquí.—Señorita ¿que me hicieron?La enfermera me da la espalda y se pone a revisar el monitor que tengo conectado, me toma signos pero no hay respuesta.—Señorita.—No estoy autorizada para dar el parte médico, en cuanto el doctor llegue, será él quien hable con usted, descanse.No entiendo que pasa, veo como pasa los medicamentos por la intravenosa y a los pocos minutos me quedo dormida.Cuando abro nuevamente los ojos, la habitación donde me encuentro está a oscuras , sigo conectada y sin saber que hago aquí.—Buenas noches —alguien enciende las luces —soy el doctor James, señora, le info
AmandaTuve uno de los amaneceres más bellos del universo, solo que tuvimos qué apurar el paso.Con todo lo sucedido ayer, había un mar de pendientes en la oficina, sin contar el cotilleo que se hizo en los medios de comunicación.En fin, ahora ya estamos por terminar el día y le propuse a mi prometido, que bien se siente decirlo, una cena en el bistro del centro.Llego a casa y me alisto lo más rápido que puedo, me entretuve viendo unos folletos de nuevos productos y se me hizo tarde.En punto de las ocho entra Dom, se ve muy guapo, muy casual, tengo algo en mente, espero acepte.—Te ves hermosa —me susurra al oído y siento como cada vellito de mi piel se eriza.Me abraza por la cintura desde mi espalda y me deja un camino de besos, desde el cuello hasta mi hombro derecho.—Tú también te ves muy guapo —sigue besando mi brazo —amor, enserio que me encantaría quedarme, pero la reservación ya está hecha, y créeme, fue muy difícil conseguirla para hoy.Me sonríe de forma coqueta y alza s