Amanda Ya ha pasado un mes desde que falleció Leila, aproveché este tiempo para poner todo en orden en la empresa. Ahora estoy en el panteón, le vine a dejar flores por última vez, hice todo lo humanamente posible para que tuviera un entierro digno. Pero ya no hay más nada que hacer, las cosas que se hicieron y se dijeron, ya quedaron en el pasado. Y como tal, dejo aquí mi último signo del cariño que alguna vez le tuve, después de hoy no volveré a venir. Arreglo un poco la tumba y le doy el último adiós, ojalá la vida le perdone por todos sus errores. Salgo con los ojos aún húmedos, pero me repongo antes de subir al auto, ya llevo mi equipaje en el maletero. Durante el camino me voy despidiendo por un tiempo de esta ciudad que me vio crecer, amar, sufrir. Al llegar al aeropuerto hago el registro y me voy a la sala de espera, tomo un libro para pasar el tiempo en lo que sale el vuelo. Serán unos meses lejos pero se sienten eternos, jamás pudimos hablar con mis padres ni con la
Dominic Un mes en el que nos tuvimos que separar, el infeliz de mi padre ha estado apelando cada orden que el juez dicta. Tanto mi madre como yo, ya estamos agotados de pelear tanto. Aún así no paramos de insistir hasta que logramos una condena justa. Veinticinco años de presión, sin derecho a fianza y en un penal de máxima seguridad. Entre los cargos, el maltrato tanto físico como psicológico, que mi madre y yo vivimos por años. Más la condena por el desvío de fondos de la empresa, y todo lo que fue saliendo cuando se abrió la cloaca. Amanda se fue hace unas horas y no pude alcanzarla, no me despedí ni le pude dar un beso. Salgo del aeropuerto y me voy directo a la oficina, no voy a perder tiempo, no mas de lo que ya lo he perdido. Llego y subo corriendo a su oficina, rebusco entre sus cosas pero no encuentro nada. —Señor Dallas ¿puedo ayudarlo en algo? —entra su asistente y llegó como cauda del cielo. —Si, necesito saber a donde fue Amanda, es de vida o muerte, por favor —
Amanda Escucho su voz y de inmediato me levanto, froto mis ojos esperando que no sea una alucinación mía. —Eres tú, eres tú, pero ¿cómo? Se supone que estabas en lo del juicio de ese ser oscuro —aun no puedo creerlo. —Bien dices, estaba. Ya todo quedó resuelto y ese ser oscuro, ya no será un impedimento. El juez ya dictó sentencia y al ver que sus intentos de apelación fallaron y que ya no tenía recursos, pues, no le quedó de otra más aceptar la sentencia. No saldrá de ahí nunca, son muchos los cargos, después te cuento con calma todo. —Está bien, pero no se te olvide contar todo con detalles, me encanta el chisme y lo sabes, ja, ja, ja, ja. Pasamos un lindo momento juntos, solo recostados en la cama y hablando de boberias, todo con tal de no recordar malos momentos. Mi estómago interrumpe nuestra conversación, desde que baje del avión no he probado bocado. Me sentía tan mal, tan vulnerable, tan sola, triste. Siento mi cara arder, pues el gruñido es demasiao fuerte. Dom,
Dominic —Amanda, deja de jugar. ¿Estas enferma o no? —no puedo entender lo que dice, creo que ahora si la desespero, pues se da media vuelta y camina al baño. —No, no estoy enferma y dejame en paz. Cierra la puerta tan fuerte que la señora corre a donde estamos, su cara de preocupación se convierte en una sonrisa. —Así me puse yo, cuando tuve a primer hijo. Ya para el segundo todo es más tranquilo. Me da unas palmaditas en el hombro y regresa por el pasillo. Ni tiempo me dejó para aclararle qué Mandy, no está... Em ba ra za da. Siento que la sangre abandona mi cuerpo, las piernas me tiemblan y la boca se me ha secado. Trago en seco y en este momento es que soy consciente de lo imbécil que soy, con razón esta tan enojada. Dominic, en verdad sufres de retraso de comprensión,me auto regaño por lo torpe que soy, cubro mi rostro con las manos en señal de frustración. Trato de pensar, pero a mi mente le dio por quedarse en blanco, un bebé, mio, de Mandy, nuestro. Grito de
Amanda —Tranquilo, ya te cuento, pero antes que te suelte el chisme, mejor vamos a intentar comer, este bebito, no ha dejado que mamá coma, apenas amanece y corro al baño, tomo agua y corro al baño, trato de comer y corro al baño. Yo creo que me tendré que llevar un balde a todos lados. Me ve tiernamente y a mi el corazón se me derrite cuando se acerca y deja un beso en mi mejilla. —Hagamos algo, vamos al médico a que nos revise y nos diga si hay algo que te ayude a retener el alimento, has bajado de peso y tienes ojeras. —Me veo horrible ¿cierto? —siento como mis ojos se llenan de lágrimas —debes querer estar lejos de mi. Intento alejarme, siento su mano sujetar la mía, no me dice nada, me sonríe y se acerca y me besa los labios. Un beso tierno, uno donde me dice que me ama, sujeta mi cintura y acaricia mi espalda. —Nunca, nunca más digas semejante cosa, yo siempre querré estar a tu lado, para mi no importa si te ves como una princesa o una vagabunda, a mis ojos siempre ser
Ocho meses después Estamos celebrando el baby shower de mi pequeña, o si, yo no quise revelación de género ni nada de eso. Yo quería estar bien segura de que sería, no iba a comprar cosas al azar, la habitación fue decorada en todos los colores, pero en tonos pastel. El mes pasado fue el lanzamiento oficial de la línea de maquillaje, y ha sido un éxito total, eso con respecto a Sophistic. La semana pasada, fue la inauguración oficial de la empresa de Dom con Roman, y obviamente, la esposa del amigo de mi esposo, es la presidenta de esa empresa. Tendría que ser Dom, pero el se tiene que seguir haciendo cargo de la nuestra, más ahora que estaré fuera unos meses. Estoy que quisiera brincar de la felicidad, pero los catorce kilos que subí, no me lo permiten. Mi pequeña barriguita fue creciendo día a día, hasta convertirse en un enorme balón, ahora no puedo no amarrarme los listones de los zapatos. Pero por suerte tengo al mejor de los prometidos, tras regresar de China, no
AmandaLlegamos a urgencias donde de inmediato me ingresan, llaman a mi doctora y me llevan a la sala de expulsión.Ni idea de que sea eso, pero suena muy feo, voy en un grito, le pido a medio mundo que me coloquen la epidural, pero la doctora dice que ya está media cabecita afuera.—En cuanto sientas la contracción, necesito que pujes con todas tus fuerza Amanda, no grites, puja como si de eso dependiera tu vida —da las indicaciones. Siento el dolor intenso y pujo, no sale, a los segundos se siento una más intensa y vuelvo a pujar. Siento como mis uñas calan en la mano de Dom, el llanto de mi pequeña inunda la sala, ya nació. Levanto un poco la cabeza, buscando con la mirada a donde esta mi niña, la enfermera la lleva con el pediatra y la limpian. Segundos después regresan con la bolita de carne más bella, que mi ojos hayan visto. Lágrimas corren por mis mejillas, Dom me ayuda a sostener la cabeza, y pega la suya a la mía, ambos viendo como llega nuestra bebé a nosotros. Me per
AmandaDos años despuésEs nuestro segundo aniversario de bodas y le tengo una sorpresa preparada a Dom, espero que sea de su agrado.Enserio que la vida nos ha dado tanto, es un hombre excelente, el mejor padre, el mejor esposo y el mejor amante.Pero sobre todo el mejor padre, Lucil, es su princesa, la luz de sus ojos, pero Mariano, es su orgullo.Sí, así se llama nuestro pequeño, que con tan solo un añito, ya tiene al pobre de mi Dom, planeando a que equipo de fútbol lo va a meter o en que escuela de natación irá.Simplemente es el mejor, aun con los temores que carga de su pasado, trata de ser mejor cada día.A veces siento que se exige demasiado, el no es su padre, y jamás seguiría ese camino.Estamos yendo a terapia para aprender a sanar, tanto el como su madre ya se han perdonado, pero aún falta para que se liberen de tanto daño.Estoy saliendo de la oficina, voy rumbo a casa, necesito dejar todo en orden antes de salir.A pesar de que mamá y mi suegra se quedarán con los niños