—Entonces, cuéntame un poco más si quieres de tu vida, ¿qué edad tienes?, no sé cosas así. Creo que esas cosas se preguntan las vecinas o amigas ¿No? —dijo divertida mi vecina. La cual aún no sabía ella el nombre.
—Me llamo Briana, Tengo 24 años. Soy abogada, aunque actualmente no estoy trabajando de eso. En realidad sí estoy aquí fue porque, llegué de casualidad a la casa de Esteban. Nunca pensé estar tanto tiempo en su casa a decir verdad, en realidad al principio solo era un escape. Pero con el paso del tiempo ya empecé acostumbrarme, a su presencia y a verlo cada día junto a mí.—¿Y qué es lo que te pasó?, o sea si se puede preguntar —dijo con calma, de vez en cuando desviaba su mirada de mi , y la ponía centrada en su pequeña hija.—Básicamente, lo que me pasó fuSe acercó con preocupación y rapidez, tirándose al suelo sin ningún tipo de contemplación, tomó sus manos las cuales estaban congeladas y lo abrazó.—¿Acaso quieres morirte de hipotermia? — lo regañó como si fuera un niño de 2 años.—Yo pensé que te habías marchado, por eso camine corriendo hasta aquí. ¿Porque volviste, acaso te olvidaste algo? — dijo forma seca y se alejó con sutileza de ella—Esteban... no me estaba marchando de tu lado como simplemente estaba aburrida como porque no querías hablar conmigo. Entonces me pareció una mejor opción, ir a explorar como y ver si conocía a alguien más que a ti. Implemente, si me fuera a marchar, yo te lo avisaría. No me escaparía, yo no me siento tu prisionera. Más bien al contrario, me molesta que pienses eso de m&i
Briana en ese día, se levantó con un poco más de entusiasmo que el día anterior.Aunque a pesar de eso aún estaba bastante confundida. Le dolía, en lo más profundo del pecho todo lo que había pasado entre ambos.En el momento del desayuno, ella se sentó, como cada día esperando. Aunque esta vez, Esteban no estaba por ningún lado. Aquel acto, la confundía un poco. Esteban era de esas personas qué siempre madrugaba, y siempre tenían todo preparado. Briana lo ayudaba, no iba a negar que no lo hacía. Pero en ese instante se había levantado un poco más tarde, porque le da un poco de cosa tener que enfrentarlo a decir verdad.Por esa razón, se había aislado un poco de su lado y se había levantado poco más tarde.Le parece raro es que a pesar de eso Esteban no apareció, por un momento llegó a pensar que tal vez
Al llegar a ella, se inclinó a su altura, la ternera, dormía plácidamente. De pronto, al parecer entre sueños empezó a olfatear. Abrió los ojos, y enseguida, se tiró encima de su madre. Se sintió bastante feliz en ese preciso instante, la abrazó con fuerza contra su pecho. La acarició con el dorso de la mano, su cabeza lanuda.Briana, lanzó una risita y abrazo con más fuerza al animal. Después se levantó, por la protestas de la ternera. Al parecer tenía hambre, y ella sabía más que nadie, que cuando Camila tenía hambre: no había nada que lo pudiera frenar. Se dio cuenta como que era tiempo de preparar su mamadera.en cuando se paró, empezó a encaminarse hacia la cocina. Esteban, aún Estaba terminando de lavar los platos, y la miro con curiosidad.—La escuché, de seguro tiene hambre.—La descui
—Yo... nunca había recibido un regalo.—¡Esa maldita! —bociferó.—¿Qué cosa abuela? —interrogó sin entender muy bien.—Nada mi niña, que lo disfrutes. Puedes abrir tu regalo.Briana cómo le hizo caso . se sentó sobre la alfombra goma y colocó el paquete colorido, sobre su regazo. Empezó a desatar, el lazo que lo envolvía con mucha delicadeza. Quiso saborear el momento, a pesar de ser una niña. Nunca antes, había recibido un regalo en su cumpleaños, y quería hacerlo despacio y con cuidado. Si pudiera congelar el momento, lo haría.Cuándo desplegó, el último papel que se encontraba encima.una caja blanca y muy bonita con más le lleno su campo visual. Quito la tapa, encontrándose con una muñeca hermosa dentro de ella . sus ojos Se abrieron con amplitud, no so
—No, Esteban. Tienes que quedarte aquí, cuidar la casa y todo lo que conlleva en ella.—Bri..—Te quiero... — Brianna, tras murmurar esas palabras. Lo abrazó con fuerza, y sin mirar atrás se marchó al pueblo.Lo haría, junto con su amiga Melissa, de ese modo no tendrían que hacer una despedida más dolorosa, de la cual ya lo era. Melissa.com a los veo ambos con bastante lástima. Ambos no eran malas personas, solamente habían caído en el triste destino, de una enfermedad.Esteban tenía el corazón roto en ese momento. Sabía que tarde o temprano llegaría el momento, en el que ambos debían despedirse. Pero no se había dado cuenta, que había llegado tan temprano en ese instante.Briana sí alejo darnos pequeños y cortos pasos hasta llegar al auto de su amiga. Al subirse en el, las lágrimas caye
—¿Volverás amiga? —quiso saber Melissa.—Nose cuando, pero algún dia... Volveré —le contesto.—Te voy a extrañar —músito.—Y yo a ti.Ninguna de las dos, dijo algo más. Ambas estaban triste, por la despedida. Melisa, no era una persona muy sociable, más bien no tenía con quién sociabilizar.Estaba muy feliz en esos días, porque tenía una persona con quien hablar y que ahora se iba, eso la destrozada lentamente.Briana, por otro lado, estaba impaciente. Quería saber el estado de su abuela.Unos minutos más, bastaron para llegar a la terminal, Brianna abrazó con fuerza a su amiga. Ambas no se querían soltar la una contra la otra. Sabían que el momento en que se volverían a ver, era incierto. Aunque Melisa haría todo el esfuerzo para ir a visitarla.—Iría
" Caminé durante horas, no me importaba en qué dirección me encontraba. Yo seguí caminando. Hasta que frené en una dirección un poco extraño. Aquel lugar me hacía recordar, a las flores que la abuela siempre amaba. Entonces frené y conocí a un chico. Yo había perdido el habla.no sabía por qué motivo, por más que abría la boca una y otra vez como no salió ningún sonido de ella." Esteban, me recibió en su casa y empezamos a convivir, el de es la persona más buena del mundo. Nunca me faltó respeto ningún momento como siempre se preocupaba por mi . incluso me servía el desayuno cada mañana, y siempre era muy atento . y cuando recibí la noticia como me vine hasta aquí ya se quedó allá. Nos despedimos."—Me alegra saber que estábas bien ¿qué pasó con ese muchacho?—Se quedó allá, tenemos muchas plantas como una ternera y un perrito bebé . creo que no podía dejar solo el lugar. Aunque él quería acompañarme pero no sé si será la despedida definitiva decir verdad.—Siempre con tu abuela, quis
BriannaHabía pasado, un par de días desde que había llegado este sitio. Al principio cómo se sentía un poco incomoda. Ya sea por la pequeña silla, en el cual no podías estirar bien la pierna como la insípida comida que le servía. La incomodidad más grande que podía tener, era extrañar en cada minuto, cuando sus párpados se caían, a Esteban. No podía evitar, verlo en su memoria... cada vez que no pensaba en nada. Esteban era el vivo recuerdo de su máxima felicidad y era algo que no podía borrar fácilmente.En ese día, se había despertado temprano. Pudo ver por la ventana que estaba a su lado, el sol aún no había salido. Miró a su abuela, la cual aún tenía los ojos cerrados.Las noches eran suplicios. Cuatro veces en la noche: una enfermera iba y venía, cambiándole el suero, o dándole otra tipo de medicación. Dormir en ese sitio era prácticamente imposible.Briana, estiró los brazos hacia arriba, intentando despejar la flojera que había acumulado en ese tiempo.Sus pequeñas manos, la a