"Conoce a una buena persona, le pide matrimonio y quiere tener una vida con ella,algo que nunca la había pasado.Habia conocido a muchos hombres ya que era bonita,pero nadie quería hacerse cargo de una mujer con una pequeña.El problema fue que cuando se casaron:todo empeoró el empezó a decirle de que manera debía vestirse. Luego aunque aún seguía en la universidad, casi ni podía cursar porque él quería tenerla en casa.Le exigía que estuviera toda la cena hecha,limpio cada ambiente y no tenía tiempo para estudiar.A el le molestaba en sobremanera verla hablar con alguien, desde ese momento gritaba y empezaron los golpes.
"Hasta que en un momento dado,ella puede liberarse tras poner denuncias.Vuelve a su vida, descubre al ser mayor de edad que tenía una herencia y puede tener un departamento para vivir."Con el tiempo empieza a hacerse una extraña amistad con Leandro,qui&eaBriannaA la mañana siguiente, sabía que alguno le esperaba, algo distinto, algo que la llenaba de bastante ansiedad.Vendría el ternerito y era muy bebé así que le tendría que dar mamadera, sería una especie de hijo para ambos juntos.Esteban, nunca había tenido un ternero, así, verdad siempre había optado, x ovejas, pero nunca por un ternerito.Después de varios minutos, los cuales le parecieron algo eterno, el camión llegó con una bonita y hermosa ternerita.Era hembra y le había llenado de amor apenas la había visto.—Me alegra que te guste lo veo en tu mirada.Briana, enseguida se acercó a la bebé. Hacía frío así que enseguida, las llevaron al granero. Aunque sabían bien que debían tenerla en la casa, Ya que era muy pequeña.Un poco inquieta en verdad, pero p
Ella asintio, un poco más calmada. Después de haberle preguntado eso, Esteban, empezó a preparar la camioneta y en menos de 15 minutos ya estaba subido en ella junto con Bri.Brianna se sentía un poco más segura, ya que ella era muy tímida en esas cosas. Su madre, nunca la había acompañado compraste las toallitas. Desde el primer momento ella siempre había elegido todo.No había tenido un acompañamiento junto a su madre, su abuela le empezó a criar, ya sabía desde los 11 años que toallitas usar.Después de unos minutos, había ido al mercado el cual como siempre rebosaba de gente: siempre la había llamado la atención.Ese sitio no parecía un pueblo tan numeroso de gente, sin embargo siempre estaba lleno. Tal vez toda la gente se encontrará el mismo sitio en ese momento.Vió con curiosidad las góndo
Esteban, sostuvo su mano con fuerza . Briana, por más que intento liberarse de él, no pudo. Entonces comenzó a tener un sentimiento extraño, se quedó allí recostada, con sus manos entrelazadas. Estaban envueltos como en una nube extraña y en un juego de miradas.Ambos se quedaron durante minutos sin querer separarse. Ninguno de los dos entendía muy bien que era lo que estaba ocurriendo. Tampoco querían terminar, aquella extraña cena como la que ambos eran los protagonistas. Sin ningún tipo de inconveniente, sin ningún tipo de interrupción. Aunque la interrupción llegó, después de unos minutos, escucharon un extraño jaleo, y al mirar de reojo por la puerta, vieron a la ternera asomándose por la puerta. Briana largo una carcajada silenciosa.18BriannaAl día siguiente, Briana se sentía un poco mejor. Aunque no ten&iacu
En ese instante, se dió cuenta de un pequeño detalle. Briana era de las personas más habladoras que podría haber conocido nunca. Aunque Esteban no había conocido a muchas personas a lo largo de su vida, pero Briana era un poco peculiar.Cada cosa que hacía, lo detallaba y lo nombraba. Era como si fuera una especie de cotorra, que no tenía frenos, y ninguna especie de tope en ese instante. Ese motivo, fue más que suficiente para hacerle entender, que Briana siempre había sido una habladora compulsiva.En ese momento, también se había percatado de otro detalle que no tenía presente. Por mucho que lo negara, no había podido parar de observarla, y él quería autoconvencerse de que era porque ella podía hablar; sin embargo con el paso de las horas, había algo que no lo hacía despegar la vista de Briana.Estaba como imnotisado. Aquello, era lo que le
—Entonces, cuéntame un poco más si quieres de tu vida, ¿qué edad tienes?, no sé cosas así. Creo que esas cosas se preguntan las vecinas o amigas ¿No? —dijo divertida mi vecina. La cual aún no sabía ella el nombre.—Me llamo Briana, Tengo 24 años. Soy abogada, aunque actualmente no estoy trabajando de eso. En realidad sí estoy aquí fue porque, llegué de casualidad a la casa de Esteban. Nunca pensé estar tanto tiempo en su casa a decir verdad, en realidad al principio solo era un escape. Pero con el paso del tiempo ya empecé acostumbrarme, a su presencia y a verlo cada día junto a mí.—¿Y qué es lo que te pasó?, o sea si se puede preguntar —dijo con calma, de vez en cuando desviaba su mirada de mi , y la ponía centrada en su pequeña hija.—Básicamente, lo que me pasó fu
Se acercó con preocupación y rapidez, tirándose al suelo sin ningún tipo de contemplación, tomó sus manos las cuales estaban congeladas y lo abrazó.—¿Acaso quieres morirte de hipotermia? — lo regañó como si fuera un niño de 2 años.—Yo pensé que te habías marchado, por eso camine corriendo hasta aquí. ¿Porque volviste, acaso te olvidaste algo? — dijo forma seca y se alejó con sutileza de ella—Esteban... no me estaba marchando de tu lado como simplemente estaba aburrida como porque no querías hablar conmigo. Entonces me pareció una mejor opción, ir a explorar como y ver si conocía a alguien más que a ti. Implemente, si me fuera a marchar, yo te lo avisaría. No me escaparía, yo no me siento tu prisionera. Más bien al contrario, me molesta que pienses eso de m&i
Briana en ese día, se levantó con un poco más de entusiasmo que el día anterior.Aunque a pesar de eso aún estaba bastante confundida. Le dolía, en lo más profundo del pecho todo lo que había pasado entre ambos.En el momento del desayuno, ella se sentó, como cada día esperando. Aunque esta vez, Esteban no estaba por ningún lado. Aquel acto, la confundía un poco. Esteban era de esas personas qué siempre madrugaba, y siempre tenían todo preparado. Briana lo ayudaba, no iba a negar que no lo hacía. Pero en ese instante se había levantado un poco más tarde, porque le da un poco de cosa tener que enfrentarlo a decir verdad.Por esa razón, se había aislado un poco de su lado y se había levantado poco más tarde.Le parece raro es que a pesar de eso Esteban no apareció, por un momento llegó a pensar que tal vez
Al llegar a ella, se inclinó a su altura, la ternera, dormía plácidamente. De pronto, al parecer entre sueños empezó a olfatear. Abrió los ojos, y enseguida, se tiró encima de su madre. Se sintió bastante feliz en ese preciso instante, la abrazó con fuerza contra su pecho. La acarició con el dorso de la mano, su cabeza lanuda.Briana, lanzó una risita y abrazo con más fuerza al animal. Después se levantó, por la protestas de la ternera. Al parecer tenía hambre, y ella sabía más que nadie, que cuando Camila tenía hambre: no había nada que lo pudiera frenar. Se dio cuenta como que era tiempo de preparar su mamadera.en cuando se paró, empezó a encaminarse hacia la cocina. Esteban, aún Estaba terminando de lavar los platos, y la miro con curiosidad.—La escuché, de seguro tiene hambre.—La descui