Ella asintio, un poco más calmada. Después de haberle preguntado eso, Esteban, empezó a preparar la camioneta y en menos de 15 minutos ya estaba subido en ella junto con Bri.
Brianna se sentía un poco más segura, ya que ella era muy tímida en esas cosas. Su madre, nunca la había acompañado compraste las toallitas. Desde el primer momento ella siempre había elegido todo.
No había tenido un acompañamiento junto a su madre, su abuela le empezó a criar, ya sabía desde los 11 años que toallitas usar.
Después de unos minutos, había ido al mercado el cual como siempre rebosaba de gente: siempre la había llamado la atención.
Ese sitio no parecía un pueblo tan numeroso de gente, sin embargo siempre estaba lleno. Tal vez toda la gente se encontrará el mismo sitio en ese momento.
Vió con curiosidad las góndo
Esteban, sostuvo su mano con fuerza . Briana, por más que intento liberarse de él, no pudo. Entonces comenzó a tener un sentimiento extraño, se quedó allí recostada, con sus manos entrelazadas. Estaban envueltos como en una nube extraña y en un juego de miradas.Ambos se quedaron durante minutos sin querer separarse. Ninguno de los dos entendía muy bien que era lo que estaba ocurriendo. Tampoco querían terminar, aquella extraña cena como la que ambos eran los protagonistas. Sin ningún tipo de inconveniente, sin ningún tipo de interrupción. Aunque la interrupción llegó, después de unos minutos, escucharon un extraño jaleo, y al mirar de reojo por la puerta, vieron a la ternera asomándose por la puerta. Briana largo una carcajada silenciosa.18BriannaAl día siguiente, Briana se sentía un poco mejor. Aunque no ten&iacu
En ese instante, se dió cuenta de un pequeño detalle. Briana era de las personas más habladoras que podría haber conocido nunca. Aunque Esteban no había conocido a muchas personas a lo largo de su vida, pero Briana era un poco peculiar.Cada cosa que hacía, lo detallaba y lo nombraba. Era como si fuera una especie de cotorra, que no tenía frenos, y ninguna especie de tope en ese instante. Ese motivo, fue más que suficiente para hacerle entender, que Briana siempre había sido una habladora compulsiva.En ese momento, también se había percatado de otro detalle que no tenía presente. Por mucho que lo negara, no había podido parar de observarla, y él quería autoconvencerse de que era porque ella podía hablar; sin embargo con el paso de las horas, había algo que no lo hacía despegar la vista de Briana.Estaba como imnotisado. Aquello, era lo que le
—Entonces, cuéntame un poco más si quieres de tu vida, ¿qué edad tienes?, no sé cosas así. Creo que esas cosas se preguntan las vecinas o amigas ¿No? —dijo divertida mi vecina. La cual aún no sabía ella el nombre.—Me llamo Briana, Tengo 24 años. Soy abogada, aunque actualmente no estoy trabajando de eso. En realidad sí estoy aquí fue porque, llegué de casualidad a la casa de Esteban. Nunca pensé estar tanto tiempo en su casa a decir verdad, en realidad al principio solo era un escape. Pero con el paso del tiempo ya empecé acostumbrarme, a su presencia y a verlo cada día junto a mí.—¿Y qué es lo que te pasó?, o sea si se puede preguntar —dijo con calma, de vez en cuando desviaba su mirada de mi , y la ponía centrada en su pequeña hija.—Básicamente, lo que me pasó fu
Se acercó con preocupación y rapidez, tirándose al suelo sin ningún tipo de contemplación, tomó sus manos las cuales estaban congeladas y lo abrazó.—¿Acaso quieres morirte de hipotermia? — lo regañó como si fuera un niño de 2 años.—Yo pensé que te habías marchado, por eso camine corriendo hasta aquí. ¿Porque volviste, acaso te olvidaste algo? — dijo forma seca y se alejó con sutileza de ella—Esteban... no me estaba marchando de tu lado como simplemente estaba aburrida como porque no querías hablar conmigo. Entonces me pareció una mejor opción, ir a explorar como y ver si conocía a alguien más que a ti. Implemente, si me fuera a marchar, yo te lo avisaría. No me escaparía, yo no me siento tu prisionera. Más bien al contrario, me molesta que pienses eso de m&i
Briana en ese día, se levantó con un poco más de entusiasmo que el día anterior.Aunque a pesar de eso aún estaba bastante confundida. Le dolía, en lo más profundo del pecho todo lo que había pasado entre ambos.En el momento del desayuno, ella se sentó, como cada día esperando. Aunque esta vez, Esteban no estaba por ningún lado. Aquel acto, la confundía un poco. Esteban era de esas personas qué siempre madrugaba, y siempre tenían todo preparado. Briana lo ayudaba, no iba a negar que no lo hacía. Pero en ese instante se había levantado un poco más tarde, porque le da un poco de cosa tener que enfrentarlo a decir verdad.Por esa razón, se había aislado un poco de su lado y se había levantado poco más tarde.Le parece raro es que a pesar de eso Esteban no apareció, por un momento llegó a pensar que tal vez
Al llegar a ella, se inclinó a su altura, la ternera, dormía plácidamente. De pronto, al parecer entre sueños empezó a olfatear. Abrió los ojos, y enseguida, se tiró encima de su madre. Se sintió bastante feliz en ese preciso instante, la abrazó con fuerza contra su pecho. La acarició con el dorso de la mano, su cabeza lanuda.Briana, lanzó una risita y abrazo con más fuerza al animal. Después se levantó, por la protestas de la ternera. Al parecer tenía hambre, y ella sabía más que nadie, que cuando Camila tenía hambre: no había nada que lo pudiera frenar. Se dio cuenta como que era tiempo de preparar su mamadera.en cuando se paró, empezó a encaminarse hacia la cocina. Esteban, aún Estaba terminando de lavar los platos, y la miro con curiosidad.—La escuché, de seguro tiene hambre.—La descui
—Yo... nunca había recibido un regalo.—¡Esa maldita! —bociferó.—¿Qué cosa abuela? —interrogó sin entender muy bien.—Nada mi niña, que lo disfrutes. Puedes abrir tu regalo.Briana cómo le hizo caso . se sentó sobre la alfombra goma y colocó el paquete colorido, sobre su regazo. Empezó a desatar, el lazo que lo envolvía con mucha delicadeza. Quiso saborear el momento, a pesar de ser una niña. Nunca antes, había recibido un regalo en su cumpleaños, y quería hacerlo despacio y con cuidado. Si pudiera congelar el momento, lo haría.Cuándo desplegó, el último papel que se encontraba encima.una caja blanca y muy bonita con más le lleno su campo visual. Quito la tapa, encontrándose con una muñeca hermosa dentro de ella . sus ojos Se abrieron con amplitud, no so
—No, Esteban. Tienes que quedarte aquí, cuidar la casa y todo lo que conlleva en ella.—Bri..—Te quiero... — Brianna, tras murmurar esas palabras. Lo abrazó con fuerza, y sin mirar atrás se marchó al pueblo.Lo haría, junto con su amiga Melissa, de ese modo no tendrían que hacer una despedida más dolorosa, de la cual ya lo era. Melissa.com a los veo ambos con bastante lástima. Ambos no eran malas personas, solamente habían caído en el triste destino, de una enfermedad.Esteban tenía el corazón roto en ese momento. Sabía que tarde o temprano llegaría el momento, en el que ambos debían despedirse. Pero no se había dado cuenta, que había llegado tan temprano en ese instante.Briana sí alejo darnos pequeños y cortos pasos hasta llegar al auto de su amiga. Al subirse en el, las lágrimas caye