La joven tomó una profunda y larga bocanada de aire antes de empezar a leer las primeras líneas del acuerdo. ¿Cómo le pedía que no gimiera o se detuviera cuando tenía un vibrador muy cerca de su sexo, jugando con su cordura al ponerlo sobre su clitoris y luego alejarlo con toda la maldad que podía existir?El sonido que hacía y las vibraciones que la dominaban no la dejaba concentrar, leía como si estuviera ebria. Pero ahí estaba, luchando con sus deseos, con el fuego que la corroía muy lentamente y la estaba llevando al borde de un abismo. Se concentró en decir cada letra sin equivocarse, pero entre más iba leyendo, más potencia aumentaba Kian con el vibrador, haciéndola retorcerse de goce y placer. Esa vibración constante en una zona tan sensible la tenía a mil y su voz entrecortada y jadeante la delataba. Por más que luchara por no gemir, algunas vocales se iban más largas que otras y necesitaba darse un corto respiro para seguir leyendo. La vibración era tan potente y la tenía a
Annika despertó luego de lo que le pareció una eternidad, desorientada, con cada parte de su cuerpo dolorido, con una sensación de ardor en algunas zonas de su piel debido a los azotes que había recibido, pero con una sonrisa que no podía borrar de su rostro. Recordar lo que había pasado la noche anterior despertaba el fuego en su interior. No podía creer que un hombre tuviese tanta resistencia y creatividad a la hora del sexo. Kian, era sin duda, uno de los mejores amantes, un hombre que daba la talla y era difícil no obsesionarse con él cuando sabía y leía a la perfección el cuerpo de una mujer. Se incorporó en la cama con lentitud, dándose cuenta que estaba completamente sola en la habitación y que las cortinas estaban cerradas. Con el cansancio a cuestas, se volvió a recostar y permaneció largo rato mirando el techo, pensando en Kian, en toda la pasión que desbordaba y, aún así, nunca perdía su lado caballeroso y atento; un lado que ningún otro hombre se había tomado el tiempo d
Los días fueron pasando con normalidad y, tanto Annika como Kian estaban demasiado inmersos en su burbuja como para prestar atención al mundo exterior. Los sentimientos crecían cada vez más, haciéndose más fuertes y sólidos, y el fuego, en lugar de mermar, se hacía mucho más denso cuando sus cuerpos se unían y tomaban sus respectivos roles.—De poder se puede, pero alguno de nosotros tendría que estar al frente de la nueva sede en Londres, el único dilema es: ¿cuál de nosotros viajará y se quedará el tiempo que requiera la apertura de esa sede allá? —inquirió Jolie, mirando a los otros tres socios—. Jeray, tú tienes que quedarte aquí, eres la cara de la empresa y el que tiene mayor autoridad. De mi parte, no puedo viajar, debo estar al frente de mi bufete. Darius... —sonrió divertida—, quisiera verte negociar, pero eso no es lo tuyo.—¿Por qué me quitas méritos de esa manera, mujer? Puedo ser tan eficiente como cualquiera de ustedes. Además, te recuerdo que son mis creaciones las que
La sorpresa fue tan evidente y grande en el rostro de la joven que, ante el silencio, Kian se sintió muy nervioso. La propuesta había sido apresurada y bien sabía que toda una locura, pero algo sí era muy cierto, y era el hecho de que no quería alejarse de ella. No en ese momento donde la sentía incrustada bajo la piel y la necesitaba como si respirar dependiera de ella, como si fuese el aire que entraba a sus pulmones y le permitiera vivir.La miró expectante, esperando una respuesta, pero la cabeza de la chica era un caos en ese instante tras no esperarse semejante propuesta.Sin embargo, aquella pregunta no era lo que rondaba su mente, al menos no de forma insistente, puesto que, de responder que sí iba con él porque aquella silaba estaba en la punta de su lengua, de solo imaginar que estaría tomando el riesgo de que su hermano la encontrara, era incapaz de decir algo.La idea de pasar más tiempo con Kian le encantaba, la ponía muy feliz porque su relación se hacía más fuerte cada
Annika quería detener el correr de los días, pero estos mismos habían pasado con una velocidad inaudita, haciendo crecer la amargura en su corazón y en su alma.No importaba que ella huyera e hiciera el intento de vivir su vida lejos de su familia, si siempre estarían como una sombra, deteniendo sus pasos cuando más se sentía feliz y segura, haciendo que volviera a encerrarse para que no dieran con su paradero, recordándole una vez más y de la manera más cruel que, por más que huyera, no tendría oportunidad alguna de ser completamente feliz como ella así lo deseaba.Era libre, pero a la vez seguía estando encerrada en una jaula, y ese sentimiento de querer y no poder era el peor que podía existir. Deseaba hacer tantas cosas, pero no podía tomar muchos riesgos.Maldecía en silencio haber nacido en una familia donde no tenía más opción que hacer cumplir la palabra de la cabeza mayor. Maldecía por no ser lo suficientemente valiente para enfrentarlos e imponerse, haciendo respetar sus des
Más animada que hacía unos días y emocionada, Annika salió de su habitación al encuentro con el hombre que últimamente robaba sus suspiros. Estaba decidida a no seguir ocultándose y huyendo, después de todo, ella era libre y podía elegir el camino que más la hiciera feliz. Su padre era una sombra, pero aquello iba a cambiar y no iba a permitir que él siguiera siendo un obstáculo en su vida.Se encontró con Kian en la sala, hablando y riendo animadamente con Alenka, antes de que él se fijara en ella y la contemplara de pies a cabeza con una sonrisa en los labios que ella devolvió de inmediato al entender su expresión. Sabía que le gustaba verla como era ella, con su cabello negro suelto y libre de cualquier peluca y sus ojos grises brillando con ese halo de inocencia y maldad que tanto lo enloquecía y lo enamoraba.El hombre debía admitir que le sorprendió verla tal cual era, si siempre que salían ella usaba pelucas y lo privaba del hermoso tono de sus ojos plata.—Te ves preciosa —la
La celebración fue divertida y amena hasta altas horas de la noche. Annika jamás se había reído tanto en su vida. La gran familia de Kian era divertida y muy unida y en ningún momento la hicieron sentir menos, todo lo contrario, la trataron como a una igual y hasta bromearon a costa de ella y su relación. Tanto, que se vio aceptando la invitación que Jolie y Avery le hicieron, después de todo, se sumaba una chica más a ese grupo donde el masculino aún las superaba.Todo el nerviosismo que sentía al conocer a los padres de Kian desapareció luego de conocerlos. Al igual que su hijo, eran dos señores divertidos y muy buenas personas que la trataron demasiado bien y la hicieron sentir querida y en casa. La madre de su pareja la invitó a un almuerzo, donde pudieran conocerse mejor y entablar una mejor relación.Ella aceptó gustosa y olvidó durante la velada las notorias diferencias que tenía con sus padres. Nunca se había divertido y disfrutado tanto de una cena y de personas que la acepta
La mañana llegó con suma rapidez, apenas les dio tiempo para ducharse, vestirse en tiempo récord e ir hasta el apartamento de Annika para tomar algunas de sus pertenencias y dirigirse al aeropuerto. El avión ya tenía que haber alzado vuelo, pero, por suerte, la secretaria de Kian retrasó el despegue tal como le ordenó su jefe hasta que este apareció, tomándola por sorpresa al llegar junto a una joven que se le hizo bastante familiar y le presentó como su novia.Decir que no se sentía nerviosa, era mentir; sin embargo, Annika estaba dispuesta a darle cara a su hermano, hacerle frente y dejarle en claro que ella podía hacer con su vida lo que le diera la gana, que no tenía por qué sujetarse a las ridículas y arcaicas reglas de su padre, que ella era libre de elegir su camino y no iba a permitir que ellos siguieran irrumpiendo en su vida.Se sintió valiente por un segundo, quizá porque el hombre a su lado le infundía seguridad, aún así, sabía que debía enfrentarse a su padre y no a su he