Acarició mi espalda, besó mi frente y habló luego de pensar por muy pocos minutos.—Contigo quiero todos los hijos que Dios nos permita tener y hasta donde tú lo quieras, es tu cuerpo. Pero se nos da bien hacer hijos, son hermosos los que tenemos. —Me abrazó más fuerte al ver que otra vez flaqueé un poco.» Me gustaría ver una castañita de ojos grises corriendo por la casa e interrumpiendo en mi despacho solo para tomar el té. —¿Qué hace este hombre conmigo?» No descansemos hasta tener una. —besó mi nariz y acarició mi cabello—. Te queda hermoso ese color, pero tu tono natural es mucho más lindo, creo haber escuchado una vez que solo te lo pintarías si te salían canas y no tienes ni una.—Prestabas atención a lo que decía en las noches. El cabello es otro acto de rebeldía al sentirme fea.—Perdóname por tales mentiras.—Pon el despertador, debemos estar en el aeropuerto a las nueve.—¿Cuándo me dirás que me perdonas?—Lo haré cuando lo sienta, cuando no duela pensar en tu falla, hast
Debía aprender a tolerar eso, porque me lo busqué. Como suele decir el viejo Amín. Si cometiste el error lo reparas y aguantas las consecuencias. —Toda la vida recibiré puyas de tu parte, ¿cierto? —Exacto, hasta cansarme, mira si puedes soportar las quejas. En fin, yo también pienso lo mismo con relación a lo de Nadina, el padre de Vladímir dijo que él no tiene ni una sola propiedad a su nombre y eso lo tiene preocupado, cree que lo secuestraron. Yo no sé qué pensar. —La última vez que lo vi fue en la oficina, quería hacer un negocio conmigo. —Ese día precisamente Rocío había ido a buscarme, le había prohibido la entrada—. Cada uno parece tener sus problemas. —Eso mismo pensé. Por otro lado. —señaló a nuestros amigos—. Parece que ellos no. —¡Ay Bonita!, en uno de ellos se está cociendo un enorme problemón, sobre todo por el Chuky interior que hay en una de ellas. —Esa es Fernanda. ¿También infidelidad? —No, nada de eso, ¿guardas el secreto? Mi mujer no era chismosa, ella evita
Blanca cerró los ojos al comprender nuestra metida de pata y la ignorancia en la que estábamos.—¡Muchachos no me digan que no leyeron lo que significaba dicho paquete! Durante toda la semana coordiné con mi personal para brindarles a ustedes lo mejor en Santorini recibiendo la ayuda necesaria. ¿¡perdí mi tiempo!?Carlos afirmó, Alejo se encogió de hombros y cuándo yo iba a hablar con la clara intención para descartar esas cosas, aunque todo parecía ser un envío divino. Mi mujer intervino.—Blanca, no perdiste tu tiempo. Me encantaría tomar esas charlas, sesiones, concursos, pruebas para desnudar el alma de mi marido. Dios sabe cómo hace sus cosas. —La eufórica mujer la abrazó y de la misma manera que llegó ese torbellino se alejó.—Maju. —Sandra comenzó a hablar—. Vinimos a disfrutar.—Sí, pero Dios nos tiene deparado otra cosa, yo debo enfrentar y superar una infidelidad, tú tienes que hacer ciertas confesiones a Alejo y ustedes… —señaló a Fernanda y Carlos—. Tienen lo suyo. Por alg
Cuando la bajé de mi abrazo, su mirada me pedía explicación. —Teresa dijo que debía sacar toda la artillería de la nueva, vieja y costosa conquista. Carmen dijo algo sobre así obtenga tu perdón, nunca deje de enviarte detalles. —¿Entonces seguirás enviándome un ramo de flores? —Exacto, terminemos de arreglarnos Bonita, no me gusta llegar tarde. Se quitó los aretes que tenía y se puso mi regalo, ese gesto tan insignificante me alegró el corazón. La velada fue increíble, Fernanda fue la única que se había mantenido algo distante y temo por Carlos, cuando compruebe su estado de embarazo no se sabe qué reacción tomará, ella fácilmente puede ser un ángel o un demonio. Sandra se mantiene pegada a Alejo, ella era una dulzura de mujer, aunque no pensaba eso al inicio de su matrimonio por cómo ocurrieron las cosas. Al mirar a mi mujer sonriente, con esa mirada haciendo juego a los pendientes que lucía con orgullo… «Eres el hijo de puta mayor, solo te mereces que te deje». —Voy al baño. —
—Fuiste tu solita la que se metió en mi matrimonio, yo he estado siempre en el mismo lugar, siendo la señora de César Abdala. —¡Te vas a arrepentir! Un puño impactó en la nariz de Rocío, no daba crédito a la escena. Fernanda le había dado tremendo golpe, Sandra y ella habían llegado a mi lado. —Creo haberte dicho m*****a, perra, salida del infierno, que si te metías con mis amigos te las verías conmigo, ¡qué!, ¿no encuentras penes solitarios para que no te metas con los ajenos? Dios, ese vocabulario y eso que no se siente bien, de lo contrario estaría sobre ella dándole golpes. No sabía si reírme o socorrer a Fernanda, ella se encontraba mal con sus malestares y, aun así, sacó fuerza, ¡le reventó la nariz! —¡Idiota! —La muy cobarde se fue. —Maju… Cuando Rocío desapareció de nuestras vistas solté la carcajada, ya sea por los nervios, por la euforia, por descubrir que mi esposo me dijo la verdad y era evidente que la tonta se encontraba resentida y obsesionada con César. La cara d
María Joaquina Odio que otro mire tu piel. ¡Detesto esos malditos vestidos de baño! Me enerva ver tu trasero tan expuesto ante la mirada de otros hombres. ¿Es muy difícil dejar de usarlos y los cambies por unos menos reveladores? Si tienes más defectos ya he aprendido a amarlos que ni los noto. Aunque… Sí, tal vez deberías de dejar de darle alas a la terquedad de los últimos días, porque no quieres desistir de mostrar esa piel, la cual es mía, ella cubre tu cuerpo, pero tú me perteneces. No me gusta el haber mandado a vacacionar a tu sensatez en esta semana, me torturas sin cesar con esos intentos de trajes, los cuales te quedan precioso, pero alteran mis nervios. Tampoco me gusta que juegues con mis celos. Tienes la sutil ventaja de dejarlos al descubierto. Y, por último, no le des alas al tomarme como muñeco sexual, a esa malicia sexual, que tanto a mi amigo íntimo como a mí no nos gusta porque el dolor que nos dejas es horrible, además el agua fría produce pulmonía. PD: No sab
Los niños fueron atendidos por sus padres, nos invitaron a pasar a los espaciosos muebles y debo reconocer que la charla fue renovadora, Fernanda no paraba de reír y comer, eso a Carlos le hizo cambiar el genio, ya que estaba muy serio. Los niños se pusieron a jugar con la niñera, mientras nosotros recordábamos historias, Deacon siempre mantuvo la mano de su esposa entre las suyas, me sorprendió saber que Blanca fue recepcionista en uno de los hoteles de su ahora esposo. No se la puso nada fácil mi amiga a pesar de lo loca que era para expresarse, eso fue lo que le gustó, pero al mismo tiempo le incomodó al magnate, aparte de su belleza latina, así le apodó. —Latina difícil. —comentó besando la mano. —Es común en ellas. —intervino Alejo—. Nunca nos las ponen fáciles. —Ese «ellas», no incluían a Sandra, se refería a nuestro cuarteto en la universidad. —Por eso son nuestras esposas. —comentó Carlos—. La mía es la más especial de todas. —Eso sonó a ironía. —Te estoy escuchando tiro
Esa fue Fernanda.—Buenos días, falta una pareja para aclararles todo.Diez minutos más tarde bajaron Alejo y Sandra. Les hicieron el mismo procedimiento, la mujer hizo su trabajo y el veredicto fue.—Bañados, higiene personal acorde, mala presentación y cero en puntualidad.—¿Mala presentación?No creo que a una diseñadora de modas le guste escuchar eso. Ella no estaba mal vestida, a mí me pareció precioso el vestido veraniego largo que tenía y las sandalias eran acordes. Alejo como siempre, bien presentado, pantalón capri color beige, sandalia de paseo y una camisa a tres cuartos blanca, nosotros estábamos en ropa deportiva.—Pésima puntualidad. —dijo el hombre.—Medio punto para los Orjuela.—¿Qué significa esto?, además, algo pasa con la ducha, salió el agua congelada y eso nos retrasó un poco al bañarnos. —comentó Alejo.—Buenos días, quería hablar con ustedes antes de comenzar el itinerario, pero dado que se atrasó treinta y siete minutos hablaremos en el desayuno, luego de hace