POV: MARÍA JOSÉ.El clima no podría estar peor, inmediatamente que pisé las puertas de la casa de mis suegros empezó a llover a cántaros. No me gusta mucho la lluvia, prefiero simplemente un clima fresco.—Gracias a Dios llegaste antes —con una manta cubre mis hombros y me entrega la tasa de chocolate caliente.—Gracias —susurro ronca, por todo lo que grité y lo mucho que lloré.Se sienta a la par mía acariciando suavemente mi espalda.—¿Qué te hizo mi hijo? Mira como estás —dice el señor González señalándome.—No pasa nada, es entre nosotros —llevo la tasa de café cerca de mi boca para soplar levemente.—De todos modos quiero hablar con él —insiste. —. Ustedes las mujeres siempre hacen eso, pero si se merece una paliza hay que dársela.Sonrío abiertamente después de esas horas de agonía que pasé.—Descuide.Luego de tomar la tasa de café viendo a mis suegros discutir como una pareja de adolescentes, me cambié, Fiorella me consiguió ropa cómoda, de hecho no sabía si se llamaba así tam
POV: ANTONY.Mi asistente me entregó los vídeos antes del lunes, un día antes de la fiesta, supe todo de un golpe, y lo primero que tuve en cuenta fue mantenerla a ella lejos de todo eso, fuera, fingir que seguía de parte de Dalia para que ella no atentara contra ella.Los detectives están tratando de hacer al hombre hablar, éste se ha rehusado rotundamente, debieron de haberle pagado muy bien.Todo estaba bien, yo me hacía el loco mientras la investigaban, hasta que le dijo aquello a Mary.Fue una tortura pegar el ojo sin saber donde se encontraba u cómo estaba.Por ahora lo único que teníamos eran informaciones de lo que ella hacía, pruebas, no suficientes. Enamorar y engañar a empresarios para sacarles dinero, yo fui uno de esos tontos, hasta que llegó Mary, confíe tanto en ella que no revisaba nada, cuando ella andaba de allá para acá vendiendo información y falsificando informaciones para cubrir sus faltas.Tenía un historial de tres hombres, dos ya mayores, y un joven, eran los
POV: MARÍA JOSÉ.Colgada del brazo de mi mejor amiga nos adentramos a la clínica, no pedí cita porque mis padres se enterarían ya que estaría contactando nuestro doctor privado.Pasamos a recepción para preguntar por la doctora que atiende a mi madre, y para sorpresa nuestra nos encontramos con ella.—Mary —exclama la señora avanzando para abrazarme, unas canas delatan su edad, porque para estar vieja se mantiene muy bien. —. ¿Por qué no me avisaste que venías? —pregunta al alejarse.—Es que sólo tengo contacto de su hijo —explico sonriéndole.—¿Y en qué les puedo ayudar? —pregunta mirándonos con su radiante sonrisa de siempre.—Quiero hacerme una ecografía —respondo, mirando a Carmen quien no deja de sonreír.—Ahh, supongo que es lo que estoy pensando —me mira en modo acosadora con una sonrisa pícara.Carmen asiente como una niña pequeña muy emocionada, río por su acto, lo hace tanto que pienso que se romperá el cuello.—Bueno, síganme.Mientras la seguimos ella me pregunta por cómo
Ella hizo lo posible por no toparse conmigo, me hice el loco para que se sintiera segura y sorprenderla en el momento menos esperado. Sé que debe estar malinterpretando las cosas con Dalia ya que está se mantuvo tal como dije: colgada de mí, pero me aliviada saber que pronto podría explicarle todo. La observo echarse aire con las manos un poco incómoda, está extraña, sólo espero que no sea producto de su salud, o tal vez en aquella discusión por el pique que hizo le haya subido demasiado la presión. Hugo hizo su parte de llevarse a Carmen, ahora me toca a mí. No me sorprende que esté en el jardín, a ella le gustan las flores, más los girasoles, sus favoritas. Con pasos lentos, pero determinados avanzo hacia ella, está de espaldas a mí por lo que no me ve. Me cuelo detrás de ella sin que se de cuenta, aspiro el aroma de su melena y suelto un fuerte respiro lleno de sentimiento. Sé que el cosquilleo de mi respiración la alarmado, y espero pacientemente a que se voltee a verme. —¿Q
Sus palabras retumban en mi cabeza una y otra vez, los hombres de seguridad junto a mi chofer privado cuando vivía con mis padres la sacan a la fuerza. Carmen me ayuda a regresar hacia el sofá para sentarme, casi me desmayo del susto, ¿Cómo es que ella sabía de mi embarazo?—Tranquila Mary, piensa en el bebé —dice pasando su mano por mi frente. —. Tranquilízate, recuerda que cualquier cosa te puede afectar. Quiero gritar, llorar, y más pero sólo me mantengo callada, no me sale nada, ella lo mató, no me equivocaba con ella, mi instinto nunca me falló, y para colmo vino a amenazarme en mi propia casa. —¿Puedes creer lo que ella acaba de hacer?—pregunto casi sin voz. —No pienses en eso, nosotros estamos aquí, no te preocupes ¿vale?Por más que me lo dijera no era posible, ¿Cómo podría estar tranquila? Ella amenazó contra mí y mi bebé. —Llamaré al detective —propongo, queriendo pararme pero ella me detiene. Mantiene mis manos apresadas sobre mis piernas. —Si por algo cortaste comun
POV: MARÍA JOSÉ. Con unas pantuflas y un simple vestido blanco que marca mi pequeño vientre, paso a sentarme en el sofá junto a mi amiga, siempre viene en sus días libres y hasta pasa la noche conmigo. Mis padres como siempre andan trabajando, como no tienen más hijos tienen que hacerse cargo de su empresa ellos mismos, pero sé que lo disfrutan, se la pasan actuando como unos adolescentes recién enamorados. —Mira nada más, pronto ya no te servirán esos vestidos —comenta riendo. —. Es un alivio que estés mejor. Le dedico una sonrisa, tomo el control y enciendo la tele. “La policía está detrás de Dalia Osorio la supuesta asesina de Antonio González, quién trabajó por dos años en la empresa. Aún no se sabe nada con exactitud, pero la susodicha ha escapado”Nos giramos al mismo tiempo para mirarnos a los ojos, Carmen está boquiabierta igual que yo, volvemos nuestras vistas a la TV para seguir escuchando. “Antony González el hermano mayor, presentó cargos contra la susodicha pero no
POV: MARÍA JOSÉ. Verlo llorar de esa manera, estrujó mi corazón, nunca pensé que me dolería tanto ver su reacción al saber de mi embarazo, me siento mal por ocultárselo, pero ya no podía hacer nada. Quise con todas mis fuerzas levantarme y abrazarlo pero mi cuerpo no reaccionó. Él me mira incómodo por mi pregunta, nos da la espalda a ambas y hace una llamada. Carmen me ayuda a incorporarme, disculpándose por haberse exaltado. —Necesito que hagas algo por mí, la quiero por las buenas o por las malas —volteo a verlo al escuchar su tono. —. Al diablo con la policía, ya me harté. Miro a Carmen atónita, me paro de la cama con mucho esfuerzo, doy varias zancadas hasta llegar hacia él. —¿Qué estás haciendo?—lo interrogo halándolo de su saco. Él voltea a verme y la furia en sus ojos me provoca escalofríos. Le quito el celular antes de que dé esa estúpida orden. —Yo sé que estás molesto —empiezo. —. Pero no puedes actuar como ella, deja que la policía se encargue, no ensucies tus mano
Suena un poco no creíble pero conociendo a Dalia, sé que es capaz de eso y mucho más. Aunque Antony en ningún momento lo admitió, tampoco lo negó, y ahora lo entiendo, en ése entonces si me hubiera dicho que simplemente amaneció junto a ella no le creería de todos modos. —Cuando fuimos a su casa encontramos las acciones de la empresa, y hasta hoy no hay rastros de ella. —¿Cómo es que pudo escapar si la tenían vigilada?—Tiene su gente, no es la primera vez que hace algo así. —¿Tu crees que mandó a matar a Antonio porque él descubrió algo?—pregunto, sin levantar la cabeza de la almohada. —No, más bien pienso que es algo más, venganza, ambición —expresa pensativo. No me quiero ni imaginar lo duro que debió ser para él soportarla, fingir sabiendo todo eso de ella, pero aún no entiendo por que razón se quería deshacer de mí. Si le robaba, ¿para qué quería casarse con Antony? Para obtener más. ¿Antonio sabía algo cuando estuvo vivo?—¿Estás bien?—la voz de Antony me saca de mis pensa