-¿Estás preocupado amor?- la pregunta de Dominic sacó a Aidan de sus pensamientos.
-Ir a visitar a los suegros siempre es un tema de preocupación y más cuando se va una semana después de lo que ellos pretendían ¿no crees?- le sonrió calmadamente.
Habían salido esa tarde en dirección a la mansión donde residía la familia de Dominic. Un viaje que duraría alrededor de tres horas por lo que llegarían entrada la noche. Cenarían, de seguro tendrían que quedarse a dormir por las exigencias de cierta omega y a primera hora volverían. Ese era el plan que habían conformado.
Por un momento Aidan pensó que Dominic no se llevaba bien con sus padres pero no quiso preguntar. Quizás lo hacía para que él no se sintiera incómodo. Después de todo, el primer encuentro de él con Ofelia había sido
Dominic no era de aquellos alfas que se molestaba con frecuencia y menos de aquellos que sacara a relucir sus colmillos y que sus ojos cambiara de color. Pero al ver pedazos de cristal en la servilleta junto a la comida y gotas de sangre, casi enloqueció. Sus feromonas se expandieron en todas direcciones de forma agresiva y a la vez protectora en torno a Aidan.Alzó la cabeza en dirección a sus padres, su expresión era tal que hasta Ofelia tragó en seco. Reish no habló, solo miró de reojo a su mujer en descuerdo. Sabía cómo era ella pero nunca se esperó que llegara a esos extremos-Ofelia, retírate- uso su voz con el omega en un tono duro dándole a entender que estaba realmente molesto. Había un límite para todo.-Pero…- Ofelia iba a protestar pero tanto la mirada de su alfa como la voz de su hijo le hizo cerrar los labios-No padre- Dominic gruñ
Aidan se dejó caer lentamente sobre el miembro de su alfa. Como siempre este era grande y le costaba un poco al principio, aunque la resistencia solo duraba unos segundos acoplándose a la perfección. Era una locura lo que estaban haciendo. Tener sexo en medio de aquella casa, pero él sabía que Dominic necesitaba recalcar su posesividad sobre él.No se lo había exigido, pero por lo que había estudiado sobre los alfas, esto era parte del instinto. Y él no se lo negaría. Nunca había visto a su pareja tan fuera de sí, ni siquiera el baño lo había ayudado a relajarse. Todo lo contrario, estaba aún más alerta, hasta había cerrado la puerta con llave. Parecía paranoico, pero solo lo hacía para protegerlo y eso conmovió a Aidan.Al final lo había atraído a la cama y abrazado hasta que el comenzó a morder su cuello deja
Dominic se removió en la cama encontrando que no estaba el acostumbrado peso en su brazo. Sus ojos se abrieron de golpe y se sentó demasiado rápido en la cama. Miró hacia todos los lados de la habitación encontrando que solo estaba él.-¿Aidan?- frunció el ceño.Se levantó de la cama con rapidez buscando en el baño con el mismo resultado.-Mierda- gruñó y se puso un pantalón y la camisa a medio abrochar y salió corriendo.Después de lo ocurrido anoche la idea de que su omega estuviera lejos de él lo volvía loco. Aquella casa, donde vivió durante muchos años y que consideró su hogar, ahora no era un lugar seguro. No con su madre dando vueltas. Corrió por al pasillo buscándolo, siguiendo su olor hasta que en la primera planta encontró a su padre en el lobby que parecía de salida.-Dominic, buenos días- este le saludó con una calma innata.-¿Has visto a mi omega?- el alfa estaba tenso y su respiración salió en bocanadas de su boca al detenerse.
Madox salió de su auto estacionado en una de las zonas más alejadas del centro de la ciudad. La brisa del mar soplaba y se detuvo con la mirada perdida en el horizonte. Los recuerdos de la primera vez que había llevado a Julian a la playa llegaron a su mente, esa había sido también la primera vez que había visto su sonrisa desde que lo había conocido.Después de pensarlo mucho se había dado cuenta que fue en ese momento en que se había enamorado de él, solo que le había costado mucho reconocerlo. Y ya era muy tarde.Ese mismo mar que había mojado sus delicados y pequeños pies ya talones que la habían hecho feliz, era el mismo que se lo había arrebatado.Cerró los ojos y respiró profundo. Podía sentir como la presión en su pecho volvía a crecer de agonía. Cada vez que se acordaba era como si su mundo se volviera negro. Se había ahogado en la bebida ya que el sexo no le llamaba la atención, sin mucho resultado. La vida era un asco.-Señor Madox- la voz de algui
Años atrás.William odiaba su trabajo. Cualquiera se sentiría feliz si te pagaran buen dinero por solo rellenar una agenda y hacer recados, incluyendo un lugar donde dormir y un buen plato de comida. Sobre todo si eres un omega pobre con una madre enferma, y sin un medio en los bolsillos para comprar tanto medicinas como supresores.Si, cualquiera, pero de seguro se les borraría la sonrisa si además de todo eso tuvieras que esperar con miedo cada noche a que la puerta de tu cuarto se cerrara tras la puerta de una persona que solo quisiera usar tu cuerpo como un agujero para desahogarse. Pues esa era la vida que llevó Will desde los 16 años que entró en aquella mansión que pensó que le resolvería todos sus problemas. Pero no, solo fue el inicio de sus pesadillas.La familia Roset tenía mucho dinero. Su procedencia, dudosa o al menos eso fue lo que dedujo cada vez que llenaba la famosa agenda y asistía junto a la cabeza de la familia a las reuniones. Pero a pesar de
La pantalla del celular se prendió con una llamada entrante que duró un timbre, solo un timbre, aunque el dueño de este no se percató de ello, más bien, no estaba en condiciones de hacerlo. Y como hacerlo estando en su último día de celo y siendo satisfecho por su alfa.Dominic enterraba sus caderas entre las de su omega mientras devoraba su boca. Sus cuerpos estaban agotados después de días de puro sexo aplacando la necesidad de su pareja. Ahora solo se entregaban a la pasión con movimientos suaves y cuerpos pausados, con más raciocinio y sin que el dolor de aparearse fuera tan fuerte.Con un último movimiento se introdujo hasta la base y dejó que el nudo se creara en el interior de Aidan apenas llenándolo con su semen. Después de tantos nudos la cantidad no era la misma del inicio. Incluso los primeros tres nudos le habían dolido a su pareja. Siempre ocurría a pesar de estar en celo. Pero una vez que su cálido interior se acostumbró a la extensión del inmensa bulbo en
Madox miraba una y otra vez el papel en su mano con la dirección de un lugar remoto del otro lado del país. Una zona costera que apenas si tenía una población de más de 1 000 personas. ¿Qué demonios hacía él recibiendo una llamada desde allí?Aun cuando esa pregunta cruzaba su mente, su corazón latía frenético. Se palpó el pecho y su instinto le dictaba que fuera a ese lugar, por muy lejos que fuera. Sacó su celular para ver en la pantalla un mensaje de la mujer que acababa de ver donde le maldecía hasta del día que se iba a morir por haberla rechazado y simplemente usado sin dar nada a cambio. Realmente no tenía ganas para sexo y menos después de tener aquella dirección.Marcó un número y espero que el alfa del otro lado respondiera.-Me voy de viaje por unos días-Hubo un silencio del otro lado.-¿Estás seguro?- Dominic no sonaba muy seguro.-Amigo mío, siempre he sido un alfa que se ha guiado por su instinto, pero esta es la primera vez que mi
El ambiente de aquel lugar era agradable. La brisa suave con olor del mar cercano golpeaba su rostro y agitaba su cabello rubio que había perdido su corte y caía en suaves ondas a la altura del cuello. Era un buen sitio para unas vacaciones. Las personas del pueblo, más abajo parecían tener una divertida rutina de pescar y hacer los quehaceres de la casa. No había mucho en aquel lugar pero si la tranquilidad y la felicidad de vivir en familia.Madox se propuso que buscaría alguna casa para comprar en esa zona y al menos una vez al año vendría a pasar unas vacaciones.Estacionó el auto cerca de la dirección que le habían indicado y se acomodó el cabello hacia atrás. Notó que varias de las personas a su alrededor lo miraban atentamente. A pesar de haberse descuidado en los últimos tiempos, no había dudas de que todavía era un hermoso alfa en la cima de la cadena de la sociedad. Su cuerpo había perdido algunos kilos pero sus músculos ni por asomo de desaparecer. Y con