El ambiente de aquel lugar era agradable. La brisa suave con olor del mar cercano golpeaba su rostro y agitaba su cabello rubio que había perdido su corte y caía en suaves ondas a la altura del cuello. Era un buen sitio para unas vacaciones. Las personas del pueblo, más abajo parecían tener una divertida rutina de pescar y hacer los quehaceres de la casa. No había mucho en aquel lugar pero si la tranquilidad y la felicidad de vivir en familia.
Madox se propuso que buscaría alguna casa para comprar en esa zona y al menos una vez al año vendría a pasar unas vacaciones.
Estacionó el auto cerca de la dirección que le habían indicado y se acomodó el cabello hacia atrás. Notó que varias de las personas a su alrededor lo miraban atentamente. A pesar de haberse descuidado en los últimos tiempos, no había dudas de que todavía era un hermoso alfa en la cima de la cadena de la sociedad. Su cuerpo había perdido algunos kilos pero sus músculos ni por asomo de desaparecer. Y con
Desde la noticia de la supuesta muerte de Julian, Madox había sentido que su vida no tenía sentido. Fue cuando se dio cuenta que las mujeres que estaban a su alrededor lo hacían tanto por su dinero como por una noche fogosa. No le importó por mucho tiempo, pensaba que su estatus de alfa le permitía hacer lo que le viniera en gana.Pero a diferencia de todas, Julian nunca le pidió nada, no le exigió nada, simplemente estaba a su lado cuando él quería.Ahora no sabía cómo él reaccionaría, o él. Temblaba, sí temblaba mucho. Tres meses pensando que él estaba muerto para después tenerlo delante de él como si todo hubiera sido un simple sueño.Podía sentirse indignado por la mentira, molesto por sufrir en vano. Antes sería así, pero ahora no. Había una emoción extraña y floreciente dentro de su pecho. Dio un paso hacia adelante, quería tocarlo, abrazarlo, besarlo y ya después preguntaría las miles de dudas en su cabeza, primero necesitaba cerciorarse que él estaba realme
Julian llevaba sus dos cachorritas en su vientre. Él podía mantenerlos a los 3 sin ningún problema y darles una vida tranquila aun si el omega quisiera volver a trabajar. Les podía comprar la casa que quisieran. Amor no les faltaría a ninguno. Él podría protegerlos, además Julian se lo había dicho, lo quería, por lo tanto no había posibilidad que lo rechazara después de su declaración.Pero no se esperó las palabras de Julian.-¿Puedes irte?-…-¿Eh?-Él intentó levantarse haciendo que Madox se corriera hacia atrás aunque estaba conmocionado.-Acaso no escuchaste lo que acabo de decir. Quiero enlazarme contigo. Que seamos compañeros. Voy a cuidar a nuestras hijas, te voy a cuidar a ti-Julian se sentó pasando la mano por encima de su barriga. Su rostro estaba ensombrecido.-Sí, te escuché… ¿y?- una leve capa de sus feromonas lo envolvió, feromonas de incomodidad.El alfa no podía salir de su asombro. Eso había sido un rechazo tot
Irina quería pensar que no se había vuelto loca. El hombre que toda la semana se había esforzado por supuestamente reconquistar a su sobrino no podía estar coqueteando tan abiertamente, en pleno pueblo tan pequeño como aquel ¿verdad? ¿Y con aquella omega? Quiso pensar que no y se acercó un poco y si, no había dudas. Cuando el alfa alzó la cabeza con una sonrisa lo vio gracias a las luces de la calle.Ese definitivamente era el desgraciado.***Julian estaba tranquilo tejiendo sentado en el sofá de la casa cuando la puerta se abrió y cerró con un sonido estruendoso. Su tía entró casi corriendo hacia él y lo agarró de los hombros. Sus ojos estaban inyectados en sangre.-¿Qué pasa?- Julian no pudo evitar que el tejido se cayera de sus manos. Su tía era una persona difícil pero pocas veces se descontrolaba de aquella manera.-Escúchame bien Julian. Ese alfa imbécil, que ni siquiera se puede llamar el padre de tus hijas es un verdadero imbécil. Así que ni se
Julian abrió los ojos lentamente. Sus párpados se sentían pesados al igual que todo su cuerpo. Intuitivamente se llevó la mano a su barriga preocupado de que las cachorritas que se formaban allí les hubiera ocurrido algo. Para su alivio su barriga estaba intacta y no dolía. Eso era bueno, pero ¿Qué había pasado?...Ahora recordaba.El empujón, la caída el miedo y...y...unos brazos a su alrededor que lo envolvían protectoramente. Y allí estaba él vacilando nuevamente cuando se suponía que debía retroceder. ¿Por qué la sombra de Madox lo perseguía? Al parecer no había sido una buena idea haberlo llamado. Nunca esperó nada de él, pero el alfa parecía muy empeñado en estar a su ladoEntonces...¿Por qué había estado con aquella omega?Apretando sus labios e intentando calmarse comenzó a enderezarse en la cama encontrando que su mano estaba siendo agarrada con los dedos entrelazados. Una cabellera rubia descansaba sobre el costado de la cama. El rostr
El rostro de Madox, a diferencia de lo que esperó Julian fue de duda y después se puso pensativo.-¿Omega?- inclinó la cabeza y su cabello cayó a un lado.-La misma omega que me empujó por la escalera ¿Vas a negar que no tuviste nada con ella? Si hasta hablaron cuando me atrapaste- Julian se secó las lágrimas dejando que un sentimiento incómodo lo llenara.-Ohhh, esa loca- pronunció- Pues no, no pasó nada con ella. Reconozco que dejé que se me acercara, pero le dije que estaba comprometido y sería futuro padre que ya no me gusta las mujeres que le abren las piernas a cualquiera. Si vieras la cara que puso. Se siente extraño rechazar a una mujer después de todo, pero no se sintió mal- le sonrió.En cambio, el rostro de Julian estaba sumamente serio.-Pajarito, no me mire así ¿Crees que te engañaría? Nunca antes te he mentido. Ni una sola vez. No estaría con nadie ahora y menos ahora que estás esperando mis cachorritas ¿No confías en mí?-Julian neg
Madox no podía creer lo que veían sus ojos. Delante de él estaba su pajarito, no, sus pajaritos porque ya sentía que aquel par de bolitas que crecían dentro de él, eran también suyas. No pudo evitar que su pecho comenzara a latir, pero automáticamente los nervios lo invadieron.-Señor, señor- la voz de una de las encargadas lo llamó- Necesita pasar a la pista--Cállese- Madox se giró y le gruñó. Estaba muy temperamental en ese momento y en un dilema mental. Tenía que concentrarse en lo más importante que no era precisamente su viaje de regreso.La mujer palideció más mantuvo la boca cerrada y bajó la cabeza. Era una simple beta haciendo su trabajo, solo se había encontrado con un alfa con sus problemas un poco ido de las manos.Madox se giró de nuevo hacia Julian y soltando su maleta se acercó a él, lentamente, sin aun creerse que él estaba ahí. Delante de él. Tan chiquito, tan hermoso, tan maduro. Si, maduro, porque después de sentarse a analizarlo, lo
Si había una cosa que Julian sabía muy bien era que no tenía la menor intención de volver con Nolan, por lo que había preparado minuciosamente su plan desde días anteriores. Verificando que el alfa no estaba cerca salió del camarote de ellos escondiendo en una pequeña bolsa con lo único que necesitaba los documentos de Madox.No le importaba el contenido. Más bien, no quería saberlo. Madox era como era, pero al menos no creía que estuviera en algo ilegal. Y más conociendo a Nolan.Salió caminando por el pasillo con paso rápido y centrado en su objetivo. No negaría que estaba temblando. Sentía que sus manos estaban húmedas y pegajosas y estaba cubierta de una ligera capa de sudor frío. Si tenía miedo y mucho.Cuando había ideado ese plan había muchos contras y razones para que no se cumplieran. La primera era qu
Aidan se removió en la cama ante el sonido taladrante a su lado. Gruñó con su garganta y se acurrucó más contra el pecho fuerte que estaba delante de él. Aun así el sonido no cesó.-Tranquilo- la mano de Dominic acarició su cabeza y al fin hubo silencio. Aidan volvió a dormirse aspirando las feromonas de su alfa.Dominic sonrió y encendió la pantalla. Quién demonios llamaba a esa hora de la mañana. Era el día libre de ambos y después de trabajar durante toda la semana simplemente habían querido dormir. Ni siquiera habían hecho el amor. Solo se habían bañado al volver a se habían acostado. Pero por supuesto siempre había alguien que perturbaba su tranquilidad.Pero al ver el nombre de Madox en la pantalla su molestia bajó un poco.-¿Oye, has visto lo hora que es?- dijo en voz baja acomodando