Desperté debido a la inmovilidad en mi cuerpo, quería moverme y no podía, algo me lo impedía. Lentamente abrí los ojos hasta que muy apenas pude ver las cortinas blancas de la ventana cerrada. Mi cabello está revuelto por toda mi cara, a tal punto que me molestaba. Quise levantar mi mano para apartarlo pero de nuevo no pude moverme.Con dificultad giré mi cabeza hasta que mi nariz rozó con la del rubio. Esta vez no solo su pierna estaba sobre mí, sinó también casi todo su cuerpo, su brazo pasaba por encima de mi espalda y hasta acorralarme y no poder mover ni un brazo.Él por otro lado seguía dormido como un bebé, sus pestañas rubias caían con delicadeza sobre sus pómulos y sus preciosos labios rojos estaban entre abiertos. No sabía que hora era, pero de seguro era casi medio día, pues ayer habíamos estado despiertos hasta después del amanecer, y cuando ambos estuvimos exhaustos y plenamente complacidos decidimos dormir.Estábamos completamente desnudos bajo las cobijas, y yo quería i
Ya había amanecido, podía sentir a Damián prácticamente sobre mi espalda, su pierna rodeaba mi cuerpo al igual que su brazo izquierdo. Había despertado hace bastante rato, incluso antes de que unos muy débiles rayos de sol se colaran por las cortinas cerradas de la habitación.Me sentía algo nostálgica, todos los años desde la muerte de mis padres este día se había vuelto algo triste. Pero a diferencia de los años anteriores hoy no sólo extrañaba a mis padres y hermano, sinó también a Camerón; que parecía disfrutar el día mucho más que yo, que se emocionaba con cada regaló que recibía, incluso sí el regaló era el de él.—Feliz cumpleaños, muñeca— susurró la voz adormilada de Damián en mi cuello.Sonreí inevitablemente, hoy oficialmente se cumplían dos meses desde que me secuestró, y justo la fecha coincidió con mi cumpleaños número veinte.Si bien nuestra relación había mejorado demasiado desde hace un mes, y que mi estadía en Mykonos y en esta casa habían pasado de ser lo peor que me
El sonido de la puerta me despertó, abrí los ojos lentamente y sin moverme de mi lugar pude ver a Damián vestido con un albornoz azul oscuro que le llegaba un poco más arriba de las rodillas. En sus manos traía un pequeño plato con un gran trozo del pastel que Carmen había preparado para mí.Aún no se había dado cuenta que estaba despierta, por lo qué mientras metía un pedazo de pastel en su boca, lo ví caminar hacia los sofás dónde seguían los regalos de las chicas, los cuales aún no había visto. El rubio dejó el pequeño plato con pastel en la mesita en medio del pequeño living y luego empezó a mirar con curiosidad el contenido de las bolsas de regalo.-¿Que haces?-pregunté incorporándome en la cama hasta sentarme sobre ella. Él frenó sus movimientos por unos segundos y luego siguió revisando como sí nada.-¿Por qué te regalan tanto maquillaje?-preguntó girando su cabeza para que nuestras miradas conectarán fugazmente ya que luego volvió a mirar el interior de la bolsa de regalo.-Po
—No deberías descartar lo que te dije— insistió Amelie.—No es eso Lie. — susurré— Nos vemos luego— me despedí y salí de la cocina rumbo a mi habitación. No quería seguir con ese tema.Había pasado una semana y un día desde que Damián se fué a Seattle. Habíamos hablado todos los días por mensajes, y por las noches hacíamos llamadas de video hasta que uno de los dos se quedaba dormido. Su último mensaje fué ayer a las seis de la tarde, el mensaje de texto decía que estaba a punto de abordar el avión. Por ello no habíamos vuelto a hablar.Si mis cálculos eran correctos, faltaba un par de horas más o menos para que llegara a Mykonos. Lo había extrañado demasiado durante estós días, estaba ansiosa por verlo de nuevo, por besarlo, por qué me hiciera suya nuevamente.Abrí la habitación y lo primero que llamó mi atención fue el oso blanco de felpa que él me había obsequiado por mi cumpleaños. El oso estaba sobre la cama, había sido mi acompañante todas estás noches en las que el rubio estuvo
Casi no había podido dormir en toda la noche, mi mente estaba divagando de un lado a otro, no podía dejar de pensar en el test y su maldito resultado. Después que me permití llorar hasta que ya no pude más, recogí el pedazo de plástico que había tirado en el piso y luego lo escondí en la última gaveta de mi mesita de noche. No quería que nadie supiera nada.El cuerpo del rubio sobre mi espalda empezó a moverse, quitó su pierna de encima de mí y luego me sentí nuevamente libre cuando su cuerpo volvió a la cama. Estaba enojado conmigo, pero eso no le impedía a su cuerpo aplastarme en medio de la madrugada.—¿Sigues enojada?— preguntó al ver que ni siquiera traté de ponerme de lado cuando bajó de mí. Ya me había acostumbrado a permanecer boca a bajo con él encima.—El enojado eras tú— le recordé en un susurró, después que le propuse lo de Joseph ni siquiera quiso volver a hablarme.—Por tu culpa— puse los ojos en blanco aúnsabiendo que el no podía verme.No respondí nada, mi mente estab
Ya había amanecido, intuía que era muy temprano por el opaco sol que entraba por la ventana de la habitación. Damián no se había aparecido en ningún momento de la noche, ni de la madrugada, estaba tan enojado que no quiso dormir en la misma habitación que yo. Me encontraba boca abajo sobre la cama, con la vista pérdida en el cristal de la ventana, cuando la puerta se abrió.Me quedé en silencio y no me moví ni un poco, cuando su perfume llegó a mis fosas nasales mi corazón se aceleró con miedo, había venido para llevarme a dónde me iban a practicar el aborto. Escuché sus pasos acercándose y cerré mis ojos para que creyera que estaba dormida. Sus pasos cesaron y luego sentí el peso de su penetrante mirada sobre mí.Soltó un gruñido y segundos después sus pasos siguieron escuchandose hasta que la puerta del baño se abrió y luego se cerró. Talvez se había arrepentido, quizás ya no me llevaría a ningún lado. Sintiéndome más tranquila me quedé ahí en la cama. Talvez sí me quedaba en la cam
-Debes dejar de moverte.-No puedo- gruñó- estoy incómodo.Puse los ojos en blanco. Estuvimos el resto del día en la habitación, acostados uno al lado del otro hablando de cosas estúpidas, aquí desayunamos, almorzamos, y cenamos hace un par de horas. En todo el día no había visto a Amelie porqué el rubio quería que estuviera todo el tiempo aquí con él, ya que por mi culpa no podía salir.Después que le dije todo aquello en la mañana bajó la guardia, ya no está a la defensiva y ha intentado no volver a pelear. No me dijo nada respecto al bebé, pero tampoco volvió a mencionar el tema de deshacernos de él.-¿Que haces?- pregunté acercándome para ver lo que escribía en su ordenador.-Trabajo- respondió sin más, de la nada se había puesto pesado.-Que antipático eres-sin despegarme mucho de él, busqué una posición cómoda para dormir, no me apetecía seguir lidiando con él y sus odiosos modos.- ojalá te lleven los duendes.Cuando estuve boca a bajó con una almohada bajó mi cabeza y abrazándo
Damián Webster.-Listo- murmuró Hansel desde uno de los sofás del living de la oficina.- Mañana en la mañana los jet estarán en la pista.- por fin regresaríamos a Seattle, después de casi tres meses en Mykonos.- ¿Ya decidiste a dónde enviaras a Dana?Dana, cada día se comportaba peor con Ámbar, tanto que la pequeña rubia y yo habíamos terminado peleando muchas veces, quería que la echará la antes posible, no la quería ni ver, y ahora con las hormonas del embarazo estaba cada vez más sensible y dispuesta a pelear por todo y nada.-Que se vaya a la una de las casas del centro.- dije y él empezó a anotar en una libreta- Tan pronto como aterrice el jet en Washington se tiene que ir a una de esas casas.-No puedo creer que por fin a la pequeña Ámbar se le cumplirá el sueño- rió.- Son tan insorpotables cuando quieren algo,- estaba hablando también de su mujer. Yo asentí dándole toda la razón- hasta que no lo consiguen no dejan de molestar.- sonrió con ternura, quería mucho a la madre de su