¡Holiwis! Perdón la tardanza, pero ya estamos aquí, con nuestros espositos y su "reencuentro" que todas estaban esperando, jijiiji Nuevamente, les vuelvo a pedir paciencia. Me están costando tantito estos capítulos, pero ahí vamos, pasito a pasito como los espositos. Les mando un abrazo y nos leemos mañana, a la misma hora y por el mismo canal :P (No olviden comentar)
━═ Joshua ═━El crepitar del fuego y las risas de mis amigos llenan el aire fresco de la noche. Estamos rodeados por la calidez de una fogata, compartiendo historias y risas después de un día largo pero satisfactorio de trabajo voluntario. El sonido de una guitarra y algunos chicos cantando, añade un toque de magia a la atmósfera, creando un ambiente perfecto para la camaradería y la alegría.Maya está entre mis brazos, su cabeza descansando sobre mi pecho mientras observamos las llamas danzar en la oscuridad. La luz de la fogata ilumina su rostro, revelando la serenidad y la felicidad que irradia en este momento. No puedo evitar sonreír ante la visión de su tranquilidad, sabiendo que estamos juntos y que ya nada ni nadie puede separarnos.—Chicos, quisiera decirles algo... —Maya rompe el silencio, logrando que mis amigos dejen de conversar y le presten atención—. La historia entre Joshua y yo, no es tal y como la conocen… —Comienza y nos sorprende a todos al compartir la verdad sobre
━═ Maya ═━Siento la suave tela entre mis dedos mientras confecciono algunas prendas de ropa, rodeada por un grupo de chicas jóvenes que parecen emocionadas al haberme reconocido de las revistas y sitios de moda. Su entusiasmo es contagioso, y me encuentro disfrutando de cada momento mientras comparto algunos consejos y trucos con ellas. Es refrescante estar con personas que comparten mi pasión por la moda.Al levantar la vista y como si pudiera presentirlo, mis ojos se encuentran con los de Joshua, quien me observa con una sonrisa cálida y su mirada intensa, acompañado por mi mejor amiga, Flavia. No la veía desde que me fui de Italia, hace más de un año. Como si tuviera un resorte en las piernas, no puedo contener mi emoción y corro hacia ella para envolvernos en un abrazo efusivo y lleno de alegría, como si el tiempo no hubiera pasado entre nosotras.Después del cálido reencuentro, Joshua se despide y Flavia se queda mirando en su dirección por largos minutos, hasta que, con sus ojos
━═ Joshua ═━El tiempo ha pasado volando desde que llegamos al campamento. Los días han estado llenos de trabajo duro, risas y momentos inolvidables. Los techos están arreglados, y, aunque nuestros cuerpos están cansados, nuestros corazones están rebosantes de alegría y gratitud, llenos de un profundo sentido de satisfacción por haber contribuido, junto con mis amigos y Maya, a mejorar la vida de las familias en esta villa de veteranos.Hoy es el último día de campamento, y las familias junto con “Rebuilding Together” han organizado un asado para despedir y agradecer a todos los voluntarios que han participado este año. Mientras disfrutamos de la rica comida, el Padre Hannibal pronuncia un emotivo discurso, expresando su agradecimiento a todos los que han dedicado su tiempo y esfuerzo para hacer de este campamento un éxito.De repente, en medio de las palabras del Padre, Maya y Flavia se levantan excusándose con que necesitan ir al baño. Debo confesar que, estas últimas semanas, mi esp
━═ Maya ═━Estacionamos el auto frente a la casa de mis padres, y mientras comenzamos a bajar las cosas de la cajuela, somos recibidos por Lina, que debe haber estado pendiente de nuestra llegada al haberle avisado a mi madre hace media hora atrás. Su rostro se ilumina al vernos y se apresura a ayudarnos con el equipaje. Detrás de ella, aparece mi madre, con una sonrisa radiante que ilumina todo el jardín.—¡Bienvenidos a casa, chicos! —exclama mamá, abrazándonos uno a uno con efusividad—. ¿Cómo estuvo el viaje? ¿Lo pasaron bien? —Sonrío y respondo a la pregunta de mi madre con entusiasmo.—El viaje fue genial, mamá. Tuvimos una experiencia increíble en el campamento y estamos emocionados de estar de vuelta —digo, tratando de desviar la atención de cualquier incomodidad que Joshua pueda sentir.—Me alegro de verte, Flavia. No nos vemos desde…—Desde que se trajo a mi amiga de un ala, hace más de un año —le recuerda Flavia sin rodeos, interrumpiéndola.—Lo sé, lo sé… —responde mi madre
━═ Joshua ═━Aquí estamos, de pie frente al edificio donde se encuentra el apartamento que los padres de Maya nos regalaron, y no puedo evitar sentirme abrumado por la magnitud del gesto. Nos encontramos en Yorkville, en pleno corazón de la ciudad de Nueva York, y el edificio se alza imponente frente a nosotros. Con un bonito antejardín y una vista preciosa, su fachada de grandes pilares blancos y grandes ventanales reflejando la luz del sol de la tarde, nos dan la bienvenida.Después de presentarnos con el conserje, subimos por el elevador los veinte pisos que nos separan del que será nuestro nuevo hogar. Puedo imaginar a Maya emocionada por la idea de decorarlo y convertirlo en nuestro propio santuario.Al llegar a nuestro piso, Maya se ve radiante, emocionada de mostrarme cada rincón de este nuevo hogar que ahora compartiremos juntos. A medida que entramos al apartamento, me quedo impresionado por lo amplio y bonito que es. La luz natural inunda cada habitación, y puedo imaginar nue
━═ Maya ═━Al llegar al apartamento de nuestros amigos, una oleada de recuerdos me invade. Este lugar tiene una importancia especial en nuestra relación, es donde Joshua y yo realmente comenzamos nuestra relación, compartiendo momentos íntimos y dejando que nuestros sentimientos se profundizaran. A medida que entro, revivo vívidamente las veces que hicimos el amor en cada rincón, y no puedo evitar sentir un calor que sube por mi cuerpo. Joshua, siempre perceptivo, me lanza una mirada cómplice y sonríe, sabiendo exactamente en qué estoy pensando.—¡Maya, Joshua! —exclama Cory, abrazándonos con entusiasmo—. ¡Felicidades por el nuevo apartamento! Me alegra saber que todo va bien con tus padres, Maya —agrega esto último, solo para que yo lo escuche.—Gracias, Cory. Todo ha sido un poco abrumador, pero estamos felices —respondo, devolviendo el abrazo con cariño.Owen, por su parte, aunque nos felicita con un breve abrazo y algunas palabras cálidas, su incomodidad con la llegada de Flavia es
━═ Joshua ═━Termino de secar mi cuerpo y me pongo el pantalón del pijama, mientras los recuerdos del día regresan a mí en suaves destellos. El día fue una completa locura, pero una llena de satisfacción. Los padres de Maya y nuestros amigos se marcharon hace unos minutos, después de pasar todo el día montando muebles y organizando cada rincón del apartamento. Aunque aún faltan algunos detalles para darle más personalidad a nuestro espacio, puedo decir que, a pesar de mi reticencia inicial, ya empiezo a sentirlo como nuestro hogar.Al finalizar el día, la llegada de mis suegros con la cena fue el broche de oro. Trajeron una deliciosa comida italiana que compartimos entre risas y anécdotas, donde Flavia fue el centro de atención, haciéndonos reír con su chispeante personalidad. Fue maravilloso ver cómo todos se mostraban tan emocionados, al igual que nosotros, al transformar un apartamento vacío en un hogar lleno de risas y amor.Me recuesto sobre nuestra nueva cama, disfrutando del sil
━═ Maya ═━Despierto de golpe, sintiendo una oleada de náuseas que me revuelven el estómago. Apenas puedo abrir los ojos cuando ya estoy corriendo hacia el baño. Esta rutina matutina se ha vuelto mi nueva normalidad. Apenas llego a tiempo antes de que mi estómago se vacíe en la taza del inodoro. Joshua, como siempre, está a mi lado en un instante, sosteniéndome el cabello y frotando mi espalda con movimientos suaves y reconfortantes.—Lo siento, tesoro —murmuro entre arcadas—. No quería despertarte tan temprano. —Él se inclina y deposita un beso en mi hombro, sus palabras cálidas contrarrestando mi sensación de culpa.—No te preocupes, amor. Ya tenía que levantarme para ir a trabajar. Además, prefiero estar aquí contigo.Termino de vomitar y me lavo los dientes, sintiendo la amargura residual en la garganta. Joshua me ayuda a levantarme y me lleva de vuelta a la cama, donde nos recostamos juntos por unos minutos más. Aprecio estos momentos de calma antes de que comience el ajetreo del