POV OLIVIA
Durante dos semanas Jeremy y yo nos fuimos conociendo mejor. Y cada día disfrutaba más de estar a su lado.
Algunas veces me perdía en sus gestos e inconscientemente me encontraba acariciando mi vientre.
¿Mi hijo sería como él?
Esperaba que si.Por ahora solamente Lola sabía que estaba embarazada.
Y se había puesto a gritar como loca cuando se lo contamos...-¿¡Embarazada!?-
Asentí sonriendo mientras ella corría a abrazarme.
-Oh joder, qué hermosa noticia- luego se dirigió a Jeremy y lo abrazó también. -Serán los mejores padres del mundo-
-Y tú la mejor tía- respondió él.
-No tengo ninguna duda. Será el niño más malcriado de todo el mundo-
No pude evitar reír al escucharla.
-Jeremy, ¿Puedes ir a prepararme
POV JEREMYCuando Olivia dijo que me había recordado sentí que mi corazón se iba a salir del pecho.Tanto le había rogado a Dios que recuperara la memoria, que finalmente me había escuchado.Ahora sí podíamos dedicarnos a disfrutar totalmente de nuestro hijo, dejando de lado todos esos miedos que tanto nos perturbaban.Esa misma noche preparamos nuestra comida preferida y estuvimos charlando durante horas. Yo le contaba cómo habían sido éstos días mientras ella me miraba con rostro melancólico.Y finalmente dejamos de lado las palabras para reencontrarnos en un nivel más profundo.Subimos a la habitación principal mientras degustábamos nuestras bocas con desesperación.Me alejé unos centímetros de sus labios para quitarme la camisa negra. Olivia se quedó de pie, observándome con sus ojos brillosos llenos de anhelo.Me tomé
-Gracias por venir- abracé a Lola en cuanto cruzó el umbral de la puerta.-Vine lo más rápido posible. ¿Recuerdas todo?- preguntó confundida y con su respiración agitada.-Sí, fue ayer. Íbamos a contártelo hoy, pero por la noche tuve un sueño. Bueno, en realidad no lo fue. Recordé que dos hombresentraron a la casa buscando a Jeremy. Desde ese momento supe que tenían algo que ver con las amenazas... Así que no les respondí e intenté correr, pero no pude. Y comenzaron a golpearme...- un sollozo impidió que siguiera hablando.-Joder, Oli. Ven aquí- volvió a estrecharme entre sus brazos con fuerza. -¿Jeremy se fue sin decir nada?--Solo me envió un mensaje de texto diciendo que había recibido una llamada urgente y que en una hora volvería. Pero ya pasaron tres horas desde eso...--Mierda- masculló.-¿Crees que le hicieron algo?- murmuré entre lágrimas.-N
El Comisario me extendió su celular y observé que en la pantalla había un video.Alcé la vista confundida y él sólo dijo:-Pon play-Hice caso a su orden y las imágenes comenzaron a aparecer. Primero no se veía nada, todo estaba oscuro y se escuchaban ruido de pisadas.De pronto la cámara se detuvo y un hombre apareció frente a ella.Y allí estaba. El causante de todo nuestro sufrimiento...¡Jack Spark! ¡¿Mi jefe?!Solté un jadeo por la sorpresa.¿Qué carajo estaba pasando?El hombre se sentó frente a la cámara y sonrió de modo cínico.-Hola a todos los que estén viendo el video.-dijo - Quisiera pedirles que éste llegue a Olivia, por favor.- se acercó un poco a la videocámara y murmuró - Querida, esto va para
-¡Despierta! ¡Oli! - la voz de Lola me sobresaltó.Abrí los ojos con dificultad, primero sin reconocer dónde estaba.Solamente era conciente de lo cansado que sentía el cuerpo.Y luego de unos instantes recordé que estaba en el hospital.Joder. ¡Jeremy!Me incorporé rápidamente y miré hacia todos lados intentando comprender qué sucedía.-Oli, ¡Jeremy despertó! - exclamó con inigualable alegría.Dios mío.Despertó.Al fin, todo comenzaba a salir bien.- Está preguntando por ti- continuó mi amiga con una enorme sonrisa. Sus ojos estaban brillosos producto de la emoción.Me puse de pie de un salto y corrí lo más rápido que pude hasta la habitación nueve.Ni siquiera esperé a que una enfermera me dejara entrar; abrí la puerta y en cuanto lo ví mi corazón volvió a latir.-Jeremy- susurr
Cuando era pequeña, mi madre me enseñó que no debía juzgar a las personas sin conocerlas.Ella me repetía, una y otra vez, que no sabía cual era la situación que el otro podía estar atravesando.Todos tenemos un pasado. Todos tenemos heridas abiertas.Y la vida no es fácil. Quizá para unos pocos afortunados sí, pero para la mayoría de los seres humanos, no y eso es motivo suficiente para no juzgar.Esa era la filosofía de vida que llevaba... Pero cuando salí al mundo, me dí cuenta que eso no funcionaba para todos. La música y los aplausos comenzaron a sonar, y caminé hacia el escenario del club. Mientras "Love on the brain" de Rihanna sonaba, contorneaba mis caderas al ritmo de ésta.Sentía la mirada lasciva de los hombres sobre mi cuerpo, y eso me daba asco. Quería salir corriendo de este lugar... pero esa no era una opción. No para mí.Seguí bailando, mientras me acercaba a la esquina del escenario y los hombres, gritando, tiraban su dinero hacia mí.A veces me atrevía a mirarlos, pero luego sus oscuros ojos y su sonrisa maquiavélica, me provocaba tal repulsión que me desconcentraba. Y cuando eso ocurría, abucheaban.Mi jefe intentaba ser paciente conmigo, pero muchas veces me amenazaba con despedirme y eso me enloquecía de sólo pensarlo.Por eso motivo, decidí dejar de mirarlos. Ahora sólo me concentraba en un punto fijo al fondo del salón o simplemente en el suelo.Llevé mi cabeza y mi torso hacia atrás, mientras cerrab1
Miré de nuevo al policía, mientras salía del auto. Su pelo marrón y sus gruesos labios eran hipnotizantes.Mierda, era lindo. Ojalá lo hubiera conocido en otra situación...Se detuvo al costado de la puerta y la abrió para que Cindy y yo podamos bajar.Ingresamos a la comisaría y otro policía, con cabello de color rubio, se acercó a mí.-Sígueme- dijo seco, y me guió por un pasillo.Ví por el rabillo de mi ojo, que Cindy se iba con el policía guapo, por otro pasillo.
Desvié la vista, concentrándome en la mesa. No quería tener que lidiar con su mirada que me recriminaba e intimidaba.–Sólo soy yo...- solté de pronto. - Sólo soy yo en el mundo. No tengo a nadie conmigo, nadie que me ayude. Hace unos años me quedé en la calle, por... razones que no vienen al caso.- Aclaré mi garganta, y continué - Tenía que encontrar alguna manera de ganar dinero, sobre todo, para comer. Dudo que usted haya dormido alguna vez en la calle... -alcé mi vista y su rostro se suavizó. Claro estaba que no había tenido que pasar por algo así.- Bueno, yo si - retomé - Y, créame cuando le digo, que no se lo deseo a nadie. El frío, el hambre, la violencia, el miedo...- la voz se me quebró mientras se me nublaba l