Capítulo 3

-Voy a bañarme.

-Te espero abajo. –le dije y él asintió

Me vestí, con un jean, una blusa negra, quise esperar a Stefan, así que tomé mi teléfono, me senté en la silla del escritorio, estaba en mis redes sociales viendo las últimas tendencias de ese momento, habían pasado algunos minutos cuando Stefan salió.

-Me doy vuelta y cámbiate. –le dije mirando el teléfono.

-No puedes hacerlo, somos novios Sofía

-Lo sé, quiero hacer todo bien. -refiriéndome a que pueda ocurrir algo, todavía no estoy preparada.

Me di vuelta y él se puso su ropa, me quería tomar una foto, puse mi teléfono en una buena posición, con el temporizador verifiqué si estaba bien, me levanté y la foto se tomó, Stefan solo se reía de mis poses.

-Deja de reírte

-Ven acá. –dijo, me llevó hacia él y me besó, era la misma sensación que la noche anterior.

Estábamos abrazados cuando mamá llegó y abrió la puerta sin tocar.

-Privacidad mamá.

-Lo siento, me encanta la idea, y quiero ser abuela, me voy, disfruten. –dijo cerrando la puerta con una sonrisa en sus labios.

-MAMÁ. –le grité y ambos sonreímos negando de lo que mamá había dicho

-Sí que quiere ser abuela. -hablo Stefan

-No comience, señor Lazcano

-Si lo hago, señorita Smith. -me volvió a besar.

-Ja ja, vamos a desayunar, tengo hambre. –Hice un puchero.

Antes de bajar a desayunar, Stefan me levanto en su hombro y bajamos a desayunar.

-¡ROSITA!! –No lo podía creer, era Rosita, dejé que Stefan me bajara de su hombro, llegue donde estaba ella y la abrace fuerte.

-Mi niña mírate has cambiado mucho -decía mientras me acariciaba el cabello. -Me alegro de que estos tres años, bueno, casi cuatro años, lejos te hicieran una nueva persona.

-Y muy cariñosa. –habló Stefan, yo me tensé y él sonrió por lo bajo.

-Ayer no la vi ¿Dónde estaba? -le pregunté, mientras caminaba a mi asiento.

-Ayer me tomé libre, mi hija llegó de un viaje y quería estar con ella mi niña.

-Lo entiendo, me alegra verte Rosita. –me senté a desayunar.

-Buenos días, hija, amor, Stefan, Rosita. –comentó papá llegando al comedor.

-Buenos días, papá. –lo miré con una sonrisa en mi rostro.

-Está bien, buenos días, yerno. -su forma en decirlo fue sarcástica

-Buenos días. –le respondió Stefan.

Este par estaba bromeando, lo sabía, se conocían desde años atrás antes de que Stefan fuera mi guardaespaldas, y yo desde ese entonces lo conocí bien. Me encantaba la forma en que ellos se trataban, incluso antes de irnos a Londres ellos se habían vuelto muy amigos, pero Elías era su hombre de confianza.

-Hija, debemos decirte algo. -papá me lo dijo de una forma seria.

-Hija. -comentó mamá con cierto nerviosismo, así que la mire un poco preocupada -queremos conversar algo contigo. -se tomó unos segundos antes de continuar. -Sabemos que quieres abrir una fundación, tienes nuestro apoyo, además, todo está listo, solo falta inaugurarlo. –finalizó mamá.

-Mamá, pero que...-estaba en un shock inexplicable, abrir una fundación era más que mis sueños -¿Cómo lo sabes? Además…– no podía seguir, estaba tan feliz que quería llorar de felicidad.

-Ese es tu sueño desde siempre, además obtuvimos la ayuda de …. –comentó mamá y yo le gané la palabra.

-Stefan

-Lo siento amor, vinimos de vacaciones, no a trabajar. -se excusó.

-Lo sé, pero…. -¡Dios! Estaba tan feliz que no podía creerlo.

-Hija, todo está listo, los permisos, todo está arreglado, solo falta que lo conozcas y lo inaugures. –habló papá.

- ¿Todo? Yo no he firmado nada. –ahora sí que me había perdido de la conversación en ese entonces Stefan habló.

-Oh, claro que sí, un día estabas furiosa porque se nos inundó el departamento y necesitabas firmar unos documentos para que arreglaran la tubería,  yo puse los papeles por debajo para que no te dieras cuenta.

- ¿Tú hiciste qué?  -le pregunté, había sido un ingenioso en ese aspecto. -Eso fue hace dos años, ¿cómo es posible que hasta ahora me entere de todo?

-Sofía, no es tiempo de discutir, estamos desayunando. –interrumpió mamá

-Está bien, está bien, pero no vuelvas hacer algo así Stefan. –le dije un poco seria. 

Firmar papeles a escondidas de mí me daba terror, era mi amigo en ese entonces, algún día él podría hacer algo malo y yo ni enterada.

-Le prometo amor que no volverá  a pasar. -colocó su mano encima de la mía y me dio un apretón de mano de forma amorosa.

-Bueno asunto arreglado, ahora a desayunar. –dijo papá

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo