Estoy en problemas. Realmente estoy metido en problemas.La atracción que siento por Davina es un sentimiento que antes no había experimentado.Sí, no voy a negar que con Julia todo fue rápido e intenso. Pero, era solo algo pasional. Ambos nos complementábamos bien en la cama. Fuera de ella pasábamos la mayor parte del tiempo discutiendo.Todo empeoro cuando Paloma nació.Ella no quería dedicarse a nuestra hija. Julia estaba frustrada y estaba reacia a cumplir su rol, el mismo que esperaba que compartiéramos. Yo intenté bajar mi ritmo de trabajo, pasar más tiempo en familia. Pero nada funciono.Para lo único que me sirvió, fue para darme cuenta el poco interés que mostraba Julia a Paloma. Mi pequeña, aun así, amaba a su madre y quería su atención. Su partida sumió a mi hija en una oscuridad de la que, hasta el día sé hoy, lucho por alejar de ella.La llegada de Davina ha sido como un soplo de aire fresco. Después de tantas niñeras fallidas, ella ha sido lo mejor que nos ha pasado a l
Roman ríe de algo que su padre dice y aprovecho la oportunidad para escabullirme de la reunión familiar.No es apropiado que esté aquí. Así que, me alejo y me refugio en la cocina en busca de Gail. Pero al encontrarme con Lola decido salir por la puerta de la cocina al jardín.La imagen de Paloma dándole el obsequio a su padre me hizo este día. Ella estaba insegura de que su padre no le gustara. Pero, él estaba feliz.Avanzo por el jardín y me acerco a uno de los banquillos de cemento ubicados en el mismo. Los cuales estar bordeados por arbusto que le dan sombra.No sé cuánto tiempo estoy sentada antes de escuchar mi nombre.—Davina—. Hago una mueca cuando escucho a Roman.Lo diviso segundos después.—¿Qué sucede?Lo miro sin entender—Nada, ¿Por qué? —Este se acerca y toma asiento junto a mí.—Dejaste el salón sin que me diera cuenta.Eso.—Es una reunión familiar, Roman —sonrío —Soy la tutora de Paloma. No es correcto, así que aproveche para venir un rato aquí afuera.—Pues, es mi c
El almuerzo es relajado a pesar de las miradas asesinas que Irina me regala.Cuando llega la hora de la tarta, Paloma está feliz y su sonrisa la hacen ver como una niña sin preocupaciones y que sobrelleva el dolor de no tener consigo a su madre.También me doy cuenta de algo. Y es la diferencia entre Morgana e Irina ejerciendo como tía. Irina la malcría la usa a su beneficio. Mientras que, Morgana la cuida y también la ayuda a que mantenga los pies en la tierra.A la hora de que todos se vayan. Irina es la última en irse.Por desgracia.—Davina —dice —Podrías llevar a Paloma arriba—. Espeta —Necesito hablar con mi cuñado de algo importante.Quiero decirle que se vaya mucho a la mierda. Que es una pendeja sin amor propio. Sin embargo, tomo la mano de Paloma.Mi mirada se desvía hacia Roman, el cual mira a Paloma y nuestros ojos se encuentra.Es claro que no quiere que Paloma escuche algo que la pueda alterar. Así que me enderezo y mira a mi lado.—Vamos, Paloma. Debemos ir a hacer la t
Quiero continuar mi vida.Deseo sentirme de nuevo plana y feliz.Y, junto a Roman, estoy sintiendo de nuevo que soy una mujer con necesidades y expectativas. Sé que Mike no me habría querido triste toda la vida. Creo que mi Jeremy habría querido verme feliz.Jamás dejaré de sentir el dolor de su perdida peor estoy aprendiendo a vivir con él y permitirme sentir de nuevo.Y quiero hacerlo con Roman.Así que me redirecciono mis pensamientos sola en él y en nuestro momento juntos. Él dice que haremos lo que quiera y lo que quiero es estar con él.Sus caricias me hacen estremecer mientras rastrillo con suavidad su espalda y me muevo sobre él sintiendo esa fricción que se siente tan bien y que al mismo tiempo promete ser más placentera, al tiempo que mordisque mi cuello.Jadeo y este hace su camino de regreso.—¿Quieres que pare?—No —digo en respuesta atravesándolo con la mirada y este sonríe con arrogancia.Sin mediar palabra se pone en pie y conmigo a su alrededor camina hasta la cama de
La alarma suena y me remuevo solo para darme cuenta de que estoy restringida por unos brazos.Miro hacia abajo y me encuentro con el cuerpo de Roman cubriéndome por completo, su respiración es suave y acompasada. Lo que me dice que está profundo.Alargo la mano y apago el despertador que este puso para que yo pueda dejar su cama e ir a la mía.Intento deshacerme de su cuerpo, pero este me sostiene con fuerza y resopla.—No es justo lo que haces.Me remuevo entre sus brazos y lo miro. Tiene un gesto soñoliento y el ceño fruncido.Acaricio su rostro con cariño y niego.—Quedamos en algo.Murmura bajo.Roman y yo hemos pasado una noche hermosa y caliente. El hombre me ha dado lo que pensé jamás volvería a sentir.Me hizo sentir conectada a una persona. Me hizo sentir… querida y la verdad me asusta un poco, pero no voy a dejar que el miedo me coma la cabeza.—Quédate. Nadie sube tan temprano y Paloma no se levanta a menos que una guerra se desate.Río entre dientes.—Debo irme y lo sabes.
El camino de regreso lo hacemos sumidos en un cómodo silencio. Paloma ha pasado una tarde junto a sus amigas. Y, hemos visto lo bien que se integra con los demás.Eso es un gran avance.Al llegar a casa. Paloma decide subir y toar una siesta. Yo entro a mi habitación. Me quito los zapatos y me dejo caer sobre la cama.De manera instintiva tomo la manta y la llevo a mi nariz. Cierro los ojos y me pierdo en los recuerdos de mi hijo.El sonido de la puerta abriéndose me hace abrirlos y me encuentro con Roman. En silencio se acerca y se sienta en la cama.Nuestras miradas se cruzan unos segundos antes de acostarse a mi lado y darme un abrazo.Me dejo hacer y se siente reconfortante.—No sabes lo que quisiera quitarte esa pena, Davina —dice en voz baja y ronca.Sus palabras me hacen derramar un par de lágrimas, pero no dejo que la tristeza me arrope. La cercanía de Roman me da consuelo, aunque él no lo sepa.Estoy sintiendo cosas profundas por él.—Siempre lo voy a extrañar —susurro —pero
Estoy terminando de ordenar la habitación de estudio cuando unos brazos me rodean desde atrás.—Escuche por ahí que le has dado un buen, raspa polvos a Irina.Hago una mueca cuando escucho las palabras de Roman.Dejo los lápices de colores y me doy la vuelta entre sus brazos.—Lo siento, pero ella atacó primero.Asiente.—No me sorprende. En eso es muy parecida a Julia— frunce el ceño. —Pero, no caigas en sus provocaciones, sabe que la única razón por la que aún viene es porque no quiero alejarla por completo de Paloma.—Si me lo preguntas. Ella está mejor sin esa mujer —digo antes de poder retener mi lengua.Roman me mira unos segundos en silencio antes de asentir.—Ojalá Paloma lo entendiera de esa manera. Pero es una niña que solo ve a su tía. La única conexión con su madre.—Entiendo y me sabe mal por Paloma.—¿Quieres que te confiese algo? — susurra—¿Qué?—A veces siento que no lo estoy haciendo bien.Mis brazos a su alrededor se aprietan intentando darle consuelo.—Pues, déjame
No sé cuánto tiempo estoy sobre mis rodillas.Así me encuentra Roman tiempo después.—Davina —escucho que me llama —¿Qué sucede? — inquiere llegando hasta mí.Cuando mi mirada se posa en él, niego.—No está. Se la llevo.—¿Que se han llevado? —inquiere sin saber de qué hablo— ¿Quién? —La manta —señalo mi cama —La manta de mi hijo no está y sé que esa mujer se la ha llevado.Su expresión pasa de la sorpresa a la incredulidad para terminar siendo una máscara de furia.—¿Cómo supo que tenías algo así de importante?Le doy una mirada sabedora.—Me va a escuchar —dice ayudándome a poner en pie antes de salir de la habitación.—¡Paloma! —Escucho el estruendo en el pasillo. —¿Por qué lo has hecho? — escucho.—¿Qué hice?Su voz es de sorpresa y miedo al mismo tiempo.—Ven conmigo, ahora —Roman entra a la habitación con Paloma de la mano.Me limpio el rostro y la veo.Sus ojos se ven grandes para su rostro y cuando me ve me mira con curiosidad.—¿Dime que no le has dado a tu tía la manta de