Bonifacio recibió una carta en su casa de Granada. Con esmero, recibió el paquete enviado desde España. Antes de abrir la caja, vio una carta, la carta de su superior. En seguida se dispuso a leerla.

28 de agosto de 1854

Te envía el libro desde Barcelona, espero te sirva para iniciarte en el culto de nuestro gran dios y todopoderoso. Ya sabés todo lo necesario para fundar una secta en el país caribeño en el que te encontráis. Mis deseos son los mismos que vuestro dios Tenebrarum.

            Alejandro Salazar

Esta carta autorizaba a Bonifacio para incursionar en el mundo de lo oscuro, más de lo que ya sabía, esta carta era una autorización directa de su superior, una carta maldita que tendría que cumplir, de lo contrario, la ira de su dios caería sobre él. Se sentó en el sofá, meditó