La mañana siguiente y durante el desayuno en el que un gran número de personas llenaban la mesa, se formó todo un alboroto. Jacob quien no paraba de conversar con Charlie, le propuso ir a la playa privada por un rato. Según el viejo para aprovechar la hermosa mañana.Pero al final de la comida, todos terminaron encaminándose hasta la playa. Resulto que el chico, invito a Héctor según por qué tenían un juego pendiente. Y desde luego que Gala y Paula terminaron por ir, la pelirroja por qué no tenía opción, era su hijo y Paula por qué moría por bajar a la playa.Riley también los acompaño, aunque no parecía muy entusiasmado. Pero dada las advertencias de su abuelo, se apuntó. Y Estefany, bueno, para sorpresa de Gala, esa mañana antes de bajar a desayunar se enteró de que la mujer se había marchado junto con el helicóptero. Eso la había tomado por sorpresa.[…]Gala observaba a su hijo, quien se bañaba en la playa con la niñera. Se veía tan feliz, hacía mucho que no reía tanto. Ella se ha
Increíblemente, su jefe estaba jugando con su hijo. ¿Qué si le costaba creerlo? La verdad es que sí. Charlie se estaba divirtiendo en grande, hacía mucho tiempo que no lo veía sonreír tan abiertamente.Y Héctor, bueno, para ella era sorprendente mirarlo desenvolverse tan bien con la pelota. Aunque no estaba segura si se estaba dejando ganar por su hijo o en realidad era muy malo. Luego la pelirroja mira de reojo a Riley, él estaba tomando el sol con sus gafas puestas ignorando por completo el juego entre su hermano y Charlie.Como se supone que él pretendía casarse con ella si ni siquiera intentaba interactuar con Charlie. Estar bien con su hijo era una parte importante, al menos para ella.—¿No se supone que ese que está allí tomando el sol, es quien debería estar jugando con Charlie? —Paula susurra cerca de ella.—¿De qué hablas?—Hablo de que, si se van a casar, él es quien tiene que ganarse a tu hijo. En cambio… —La joven señala a Héctor y Charlie —. Es tu jefe quien se está divir
—Mamá —La voz de Charlie capto la atención de Gala —. ¿Nos quedaremos a vivir aquí? —La pelirroja ensancha los ojos, mientras deja lo que está haciendo.—¿Por qué me estás preguntando eso, Charlie?—Me gusta aquí, y Héctor es súper —Ese era el momento de tener una conversación con su hijo.—Charlie, necesito decirte unas cositas —Gala se sienta al lado de él —. Es muy posible que mamá se case con una persona.—¡¿Con Héctor?! —Pregunta emocionado. La inocencia se reflejaba a flor de piel en el rostro del chico.—No, hijo. No me casaré con mi jefe. Es muy posible que me case con su hermano.—¿Qué? ¿Con ese aburrido? ¿Por qué con él?, pensé que te gustaba Héctor.Gala se quedó petrificada por la contesta de su hijo, no se esperaba que dijera una cosa como esa de Riley, ni mucho menos pensar que le gustaba su jefe. Sin embargo, no distaba mucho de la verdad, bueno, en el caso de Riley, realmente era muy aburrido.—¡Charlie! No hables así, hijo. Y no andes diciendo que me gusta Héctor, eso
El avión aterrizó bastante tarde, por más que Héctor insistió en que debía llegar rápido, fue imposible que eso sucediera. Ya era muy tarde, pero aun así no tanto. Inmediatamente, de bajarse del jet, se subió a su coche y arranco enseguida.Por el camino, reviso su móvil fijándose en que tenía muchas llamadas perdidas de su hermano. No sentía ganas de contestarle, primero quería resolver un asunto antes de tener que partirle la cara a su hermano.Para cuando llego a su destino al cabo de unos minutos, Héctor apago el coche y soltó el aliento. Diviso a su izquierda y vio un pequeño edificio de muy pocos pisos. Allí vivía Gala, lo sabía porque tenía su expediente en digital en su móvil. No estaba seguro de que fuese una buena idea visitarla a esa hora, pero es que le era imposible esperarse al siguiente día.Con determinación se bajó del coche y de inmediato se adentró en el edificio…Tenía la puerta delante de él, lo único que faltaba era que la tocase. Entonces, ¿por qué demonios le c
Siempre tenía que andar con suspenso ese hombre, un día cualquiera la mataría de un susto. Y, por otro lado, ¿acaso no existía un mañana? ¿Qué era eso tan importante que no se podía esperar hasta el siguiente día?—Pero yo le dije que era muy tarde, y que sería mejor tratarlo mañana en la oficina.—Mañana tendrás que desalojar el apartamento, ¿con qué tiempo pretendías presentarte en la oficina para trabajar? Gala traga saliva y se hace a un lado para dejarlo entrar en su casa.—¿Cómo es que se enteró de eso?—¿A dónde piensas ir? —La interroga.—Resolveré ese asunto, no es necesario que se tenga que…—Hable con el administrador —La interrumpe —. Intente pagar la deuda, y no acepto, hasta le ofrecí pagar un año entero, pero aun así se rehusó. Te sacará mañana, Gala.Eso no lo venía venir… de hecho, nada de lo que estaba pasando lo vio venir. La sorpresa llevó a Gala a desplomarse sobre el sofá, la angustia estaba haciendo mella en ella y por su mente
—Será mejor que vayas a despertar a tu madre.—¿Por qué dormiste aquí? ¿Mi mamá te invito?—Haces muchas preguntas para ser tan pequeño —Charlie sonríe abiertamente.—Eso me dicen —Se encoge de hombros —. Pero, ¿no me dirá porque está aquí?—Se hace tarde, es mejor que llames a tu madre.—Hmm… está bien —Responde poniéndose en pie con pereza.De pronto Gala sale de su habitación con una expresión de no haber dormido mucho en la noche, al menos ya eran dos. Inmediatamente, observa a Héctor y luego a su hijo.—¿Lo dejaste quedarse, mami?—Ve a vestirte Charlie —Cuando el chico se marcha, ella vuelve a mirar a Héctor —. Tienes que irte.—Sin ustedes no me iré de aquí.—No tienes que preocuparte por nosotros.—¿Y cómo piensas pagar las deudas de este apartamento? ¿A dónde piensas ir con Charlie?Héctor se pone en pie llenando toda la sala con su mera presencia. Gala traga saliva y se siente desfallecer, qué maldito efecto causaba en ella. Y verlo así, todo relajado, con la camisa remangad
—Riley, yo… lo siento mucho, pero si no te molesta a mí me gustaría quedarme aquí.—¡¿Qué?! ¿Pero por qué?—Es que no quiero que Charlie pase por más mudanzas, es muy pequeño para entender estos cambios. Por eso prefiero quedarme aquí, al menos hasta que solucione las cosas con mi apartamento.—Cuando seas mi esposa, querrás decir. Sabes que tendrás que mudarte a mi casa, no puedes vivir aquí con Héctor. Y menos después de lo que me contaste sobre ustedes dos.—Claro, cuando nos casemos nosotros nos iremos a vivir para tu casa.—Entonces, ¿por qué no hacerlo ahora mismo?—Por mi hijo.El castaño rueda los ojos, era frustrante que esa mujer se le pusiera tan difícil. Hasta estaba llegando a pensar que se estaba quedando simplemente por estar cerca de su hermano.—¿Haces esto por el niño, o por qué quieres estar cerca de Héctor?—¡¿Qué?! No, claro que no —Niega, pero muy en el fondo intuye que no se quería ir de esa casa por la segunda razón.—Muy bien, si te quieres quedar no puedo hac
Al siguiente día, Héctor salió un poco más temprano del trabajo de lo normal. Como se había comprometido con Charlie de llevarlo a jugar pelota, sentía la necesidad de no faltar a su promesa. Y allí estaba, esperando en la entrada del colegio al hijo de su secretaria.Como es que siempre terminaba metido en esos rollos, todos los días se prometía no inmiscuirse con Gala y su hijo y era lo que menos hacía. Lo peor del caso era que, al parecer, le caía muy bien a Charlie.Cuando los niños comenzaron a salir, Héctor estuvo atento por si veía una melena rojiza. Y desde lejos lo observo, el chico también lo vio y de inmediato salió corriendo a su encuentro.—¡Viniste! —Para sorpresa de Héctor, el niño le dio un fuerte abrazo.—Bueno, así quedamos, ¿no?—¿Vamos a ir a jugar?—Claro, le he pedido permiso a tu madre para recogerte y llevarte a jugar —Héctor alborota su cabello —. Así que vamos —Lo anima a subirse en el coche, y el niño va gustoso.[…]Miró su reloj por quinta vez, ya estaba b