—Riley, yo… lo siento mucho, pero si no te molesta a mí me gustaría quedarme aquí.—¡¿Qué?! ¿Pero por qué?—Es que no quiero que Charlie pase por más mudanzas, es muy pequeño para entender estos cambios. Por eso prefiero quedarme aquí, al menos hasta que solucione las cosas con mi apartamento.—Cuando seas mi esposa, querrás decir. Sabes que tendrás que mudarte a mi casa, no puedes vivir aquí con Héctor. Y menos después de lo que me contaste sobre ustedes dos.—Claro, cuando nos casemos nosotros nos iremos a vivir para tu casa.—Entonces, ¿por qué no hacerlo ahora mismo?—Por mi hijo.El castaño rueda los ojos, era frustrante que esa mujer se le pusiera tan difícil. Hasta estaba llegando a pensar que se estaba quedando simplemente por estar cerca de su hermano.—¿Haces esto por el niño, o por qué quieres estar cerca de Héctor?—¡¿Qué?! No, claro que no —Niega, pero muy en el fondo intuye que no se quería ir de esa casa por la segunda razón.—Muy bien, si te quieres quedar no puedo hac
Al siguiente día, Héctor salió un poco más temprano del trabajo de lo normal. Como se había comprometido con Charlie de llevarlo a jugar pelota, sentía la necesidad de no faltar a su promesa. Y allí estaba, esperando en la entrada del colegio al hijo de su secretaria.Como es que siempre terminaba metido en esos rollos, todos los días se prometía no inmiscuirse con Gala y su hijo y era lo que menos hacía. Lo peor del caso era que, al parecer, le caía muy bien a Charlie.Cuando los niños comenzaron a salir, Héctor estuvo atento por si veía una melena rojiza. Y desde lejos lo observo, el chico también lo vio y de inmediato salió corriendo a su encuentro.—¡Viniste! —Para sorpresa de Héctor, el niño le dio un fuerte abrazo.—Bueno, así quedamos, ¿no?—¿Vamos a ir a jugar?—Claro, le he pedido permiso a tu madre para recogerte y llevarte a jugar —Héctor alborota su cabello —. Así que vamos —Lo anima a subirse en el coche, y el niño va gustoso.[…]Miró su reloj por quinta vez, ya estaba b
Héctor la miró fijamente por un momento, para luego ponerse en pie. Rodeo el escritorio y quedo delante de ella.—¿No te interesa esta boda?—Prefiero que otro se encargue, yo tengo cosas en las que ocuparme.—¿Ah, sí?—Sí —Contesta a duras penas.—Respóndeme una cosa, Gala —Héctor se inclina tanto hacia ella que la acorrala contra el escritorio, deja las palmas de sus manos sobre el mismo y la atrapa con su cuerpo —. ¿Por qué demonios me has rechazado la invitación esta mañana?No existía duda, estaba cabreado por el rechazo, eso explicaba el horrible mal humor que se gastaba esa mañana. —Riley es mi prometido, ¿Por qué no iba a querer irme con él?—Porque yo te ofrecí primero mis servicios —Contesta irritado.—Pero es con él con quien debo estar, y compartir, ¿o no?Esa respuesta lo puso peor de lo que estaba, porque ella tenía razón. Sin embargo, le enfurecía que Gala prefiriera a su hermano. Héctor miró sus ojos, descendió
—Mamá, ¿Dónde está Héctor? —Charlie le pregunta a mitad de la cena, viendo el puesto de la mesa vacío.—No lo sé, hijo.—¿Está molesto porque no nos fuimos con él esta mañana? —Gala mira a su hijo.—No, como crees eso.—Yo creo que si se quedó molesto, mamá.La pelirroja muerde levemente la carne interna de sus labios, como le explicaba a su pequeño hijo tantas cosas.—Termina de comer para que te vayas a dormir.—Pero quiero esperar a Héctor.—Eso no se podrá hijo, no sabemos a qué hora va a regresar, o si va a volver esta noche —Eso último lo dijo con cierta irritación.[…]Dormir a Charlie sí que le costó, se empeñaba en esperar a Héctor esa noche, pero de tanto conversar con él logro persuadirlo hasta que se durmió. Se estaba preocupando por el niño, sentía que estaba viendo a Héctor como si fuese un padre.Charlie parecía tan feliz al lado de Héctor, si le brillaban los ojitos cuando estaba con él. Era increíble la conexión que hicieron esos dos. Gala cierra la puerta de la habit
Miraba la hora de su reloj cada dos por tres, y se preguntaba, porque estaban tardando tanto. Héctor ya estaba impaciente, Gala y Charlie no bajaron a desayunar, ni tampoco lo hacían para que los acercara al colegio.El idiota de su hermano tampoco apareció esa mañana, así que… de pronto el bombillo se prende automáticamente sobre su cabeza.¡Claro, era eso!Seguramente, Riley los había ido a buscar temprano y por esa razón no bajaban. Desde cuando su hermano hacía de la buena caridad. Héctor aprieta la mandíbula sintiéndose furioso.Antes de que pudiera salir de la casa, una de las muchachas del servicio cruzó por el corredor.—Buenos días, señor Couper —Ella lo saluda.—¿A qué hora se fue la señorita Jones y su hijo para el colegio?—Muy temprano señor, yo bajé sus cosas muy temprano, su hermano vino por ellos antes del alba.—Entiendo… —Era de imaginarse que Riley estuviera involucrado, se da la vuelta para salir de la casa, cuando se detiene al recapitular las palabras de la mujer
—Te olvidaste del niño —El mayor da un paso hacia él.—Y ella no dudo ni por un segundo en llamarte para que fueras a por él —Este se cruza de brazos.—Cómo pudiste dejarla plantada, se trataba de su hijo, no de cualquier cosa. El chico estuvo solo por un buen rato en el colegio, Riley. ¿No te detuviste a pensar en eso?—Se me olvido si, lo siento, no estoy acostumbrado a llevar una vida en la que deba estar al pendiente de la hora de salida de un niño.Aquellas palabras exasperaron a Héctor, era solo un niño y no le daba importancia si se extraviaba o le pasaba algo malo. ¿Cuándo es que su hermano se volvió tan frío?—No te importa ese chico, ¿Cómo piensas casarte con la madre entonces?—Eso quisieras, que no me casará con ella para que pudieras tenerla. Pero si eso es lo que quieres, entonces, ¿Por qué no lo hacemos? Y me libró de un matrimonio que muy poco deseo.Esa fue la gota que derramo el vaso… Héctor no se aguantó las ganas y termino por propinarle un puñetazo en la cara a Ri
¿Cómo respondía esa pregunta? Pero también, ¿Cómo se lo negaba a Riley? Si se lo había preguntado era porque era demasiado obvia. Gala se siente bastante mal, pero no era su culpa el haberse enamorado de Héctor, él era tan…—Gala, ¿debo tomar tu silencio como una respuesta a mi manera?—Si estoy enamorada de tu hermano —La pelirroja levanta la mirada —. Lo siento mucho, yo no quería que nada de esto pasará.—Si es así, entonces ustedes dos deberían de…—¡No!, nosotros nada. Tu hermano no sabe nada de esto, es más, él no siente lo mismo por mí. Por favor, Riley.—¿Y qué es lo que propones? Aun así, ¿quieres que nos casemos? Amas a otro hombre, y no siente absolutamente nada por mí —Le reclama.—Esto es un contrato y nada más —Responde decidida.Era una mala idea, una muy mala idea. No estaba bien que se casará con una mujer que suspiraba por otro, y menos que ese otro fuese su hermano. Aunque ella le había dado libertad para andar con otra mujer, no podía atarla a un matrimonio que no
—¡Héctor! —Charlie lo abrazo con fuerza.—Qué bueno verte de nuevo, hace mucho que no nos vemos —El castaño lo mira con una media sonrisa.—No me has ido a buscar más al colegio, ¿Por qué? ¿Estás enojado con mamá? ¿Ya no la quieres ver más?Esas preguntas eran muy peligrosas de contestar, y todavía más, cuando Jacob se acercaba a ellos dos.—¿No ha venido tu madre? —Pregunta notando que nadie más se bajaba del coche.—No —Contesta con tristeza.—Hola abuelo, bienvenido.—He pasado primero por Charlie, su madre me ha permitido salir con él.Eso significaba que ella se había quedado en ese apartamento sola con su hermano.—Iré a dentro un momento, ¿vienes Charlie?—Héctor, ¿no vas a ir por mi mamá? ¿De verdad que no vas a ir por ella? —Susurra.El castaño miró al chico fijamente, esa era una buena pregunta. A eso iba en cuanto salió de la casa, pero ahora…—Vamos a dentro un momento —Cuando ambos entraron, Charlie fue directo a la cocina.—Abuelo, necesito hablar contigo.—¿Sobre la bod