Era la primera vez que Gala se subía a un avión, y mucho más siendo tan pequeño. La pelirroja se sube al mismo y de inmediato se topa con la presencia de su jefe —¡Señor Couper! —Exclama con sorpresa.—Buenos días, señorita Jones —La saluda fríamente.—Despeguemos de una vez —Riley exige sentándose en un asiento.Héctor observa la actitud despreocupada de su hermano, y luego mira a la pelirroja con expresión de sin saber qué hacer, se quedó parada como si de sus pies hubiesen brotado raíces. El CEO rueda los ojos, se queja quitándose el cinturón para ponerse en pie, toma el bolso de Gala y lo acomoda en la cómoda de arriba.—Tome un asiento, ya estamos por despegar.Ella pestañea reiteradas veces, nunca se imaginó que su jefe hiciera una cosa como esa con una mujer. Estaba bastante sorprendida. Gala termina por elegir un asiento justo cuando una pequeña puerta blanca se abre, d
—Lo siento mucho —Se disculpa indiferentemente —. He venido a decirle que recuerde bien todo lo que debe decir mañana cuando conozca a mi abuelo. Él la interrogará, así que debe medir muy bien sus palabras —Añade mirándola fijamente a los ojos.—No se preocupe, señor Couper. Sé muy bien lo que debo decir —Bueno, ya no tenía motivos para quedarse allí parado, ¿Por qué no se largaba entonces? —. ¿Se le ofrece algo más?—Buenas noches —Se da la vuelta y se marcha.Gala cierra la puerta lentamente, soltando el aliento luego de estar sola. Eso había sido un poco desconcertante para la pelirroja. Todo el tiempo se preguntaba por qué era su jefe el que le decía las cosas y no Riley.—Santo cielo, no puedo estar pensando en esas tonterías.Vuelve a la cama, cierra la laptop y se quita los lentes. Estaba tan cansada, y el revisar los estados de sus deudas no le ayudaba mucho para descansar como debía. Lo que
—¿Crees que lo haga bien?—Estoy seguro de que si —Héctor toma un sorbo de jugo.—Creo que le hizo falta un poco de maquillaje, cubrir esas pecas y quitar esa palidez de su cara —Añade ponzoñosamente Estefany.Héctor arroja una mirada de esas tipo asesina que él suele lanzar a la gente que lo saca de sus casillas, pero para desgracia de Estefany no lo pilla. Su comentario le hizo hervir la sangre, para él, la chica estaba perfecta. No como ella, quien llevaba una tonelada de maquillaje encima.La diferencia entre ambas era enorme… y si Estefany continuaba de ponzoñosa, la enviaría de vuelta a estados unidos en un santiamén.—¿Podemos bañarnos en la piscina, cariño?—Ve tú…—De acuerdo, te estaré esperando si cambias de parecer.En cuanto la mujer se marchó, Riley miró a su hermano, quien parecía tan indiferente y a la vez tan estresado.—¿Por qué demonios estás estresado?—¿Y eso a ti que te importa?—Deberías estar más que contento con ese mujeron que has traído y que esté dispuesta
Gala llegó al área de la piscina fijándose que Estefany se encontraba nadando en las cristalinas aguas. En cuanto la diviso, lo pensó si quedarse o irse, pero luego pensó que era muy tonto de su parte irse. No existía razón para hacerlo, así que decidió quedarse y tomar un poco de sol.—¡Ah!, eres tú. Pensé que era Héctor, llevo mucho rato esperándolo y nada que aparece, ¿sabes dónde está?—Creo que está trabajando.—¿Crees?, ¿acaso no eres su secretaria?, deberías saber lo que hace.—No me ha pedido que lo ayude en nada, supongo que él mismo se está encargando de los asuntos.—De secretaria a esposa de un Couper, mira que eres dichosa, o muy tonta —La mujer le dice mientras nadaba de espaldas —. Casarse con un Couper no vale la pena, esos hombres nunca serán fiel a una mujer.Eso no hacía falta que se lo dijera, conocía más que bien a uno de ellos. Y aunque no conociera a la perfección al hombre con el que pensaba casarse, era claro que si su hermano mayor no permanecía con la misma
Si pensaba pasarse el resto de las semanas en el despacho de su abuelo, se volvería loco, no podía estar metido intentando hacer su trabajo, pero la realidad era que no dejaba de pensar en tonterías.Y menos cuando las palabras de su abuelo no paraban de resonar en su cabeza, eso sí que era una completa locura. Ni siquiera había conversado de ese tema con su secretaria, la estaban empujando al abismo y eso no era bueno. Si la chica llegaba a su límite de la tolerancia, sería capaz de largarse dejando todo tirado.Entonces, unos delicados golpes en la puerta lo sacaron de su letargo. Su secretaria se asoma por la hendidura de la misma, lo que lo lleva a erguirse en su sillón, y allí estaba de nuevo el pitido de su reloj digital indicándole que su pulso se estaba acelerando.—Señor Couper, disculpe que lo moleste —Él cubre el reloj mientras que observa a Gala.—Pase señorita Jones. ¿Qué se ofrece?—Es que como dijo que vendría a este lugar para trabajar,
Esa mañana Jacob terminó de hacer una llamada que le resulto bastante interesante, el viejo se quedó sentado en su sillón recapitulando todo lo que le habían dicho en esa llamada. Se preguntó cómo reaccionarían sus nietos al enterarse, o quizás ya estaban al tanto de la situación. Luego se le ocurrió una idea, era un poco atrevida, pero necesitaba saber a qué estaban jugando sus nietos.Héctor no era un hombre que le gustase perder un trato, y haría hasta lo imposible por conseguir todas sus metas. Así que Jacob decidió mover sus cartas antes de que sus nietos jugaran las suyas.Descolgó el teléfono una vez más…[…]Tomaba el desayuno en la terraza mientras que leía el periódico, nadie en esa casa al parecer le apetecía desayunar. Las sabanas se les habían pegado a todos, por su parte era un hombre que se levantaba muy temprano, y el dormir hasta tarde no era lo suyo.De lo que si estaba extrañado era de su abuelo y su secretaria, el que no estuvieran en la mesa, sí que le resultaba r
La nota era de parte de su jefe, le decía que esperaba que le gustase el vestido y que contaba con no haberse equivocado con su talla. También le dejo una pequeña acotación bastante interesante.“Con ese vestido no puede usar ropa interior, arruinaría la belleza de la prenda. Espero que esto no sea un problema para ti, ya que no he encargado más vestidos para esta noche”—Joder —Ella exclama levantando el vestido en lo alto —. ¿Cómo que no puedo utilizar ropa interior? ¿Qué clase de vestido es este?La joven lo vuelve a colocar sobre la cama, tendido de largo a largo, luego muerde la carne interna de sus labios. Gala abre la bata blanca que llevaba puesta, fijándose que usaba ropa interior, tenía que confirmarlo por ella misma, necesitaba estar segura de que no podría usar ropa interior.Así que, contra toda advertencia de su jefe, la pelirroja se probó el vestido, pero entonces surgió un terrible problema, uno muy grave…—¡Ay, no!, no, no, no… ¿Y ahora qué demonios voy a hacer?Viénd
El beso se hizo un poco más intenso, y Héctor no desaprovecho la oportunidad que ella le estaba brindando. Y menos cuando esa mujer besaba tan maravillosamente, hasta podría hacerle el amor en ese mismo instante y aun sabiendo que no llevaba absolutamente nada debajo de ese encantador vestido.Era demasiada tentación para la mente de un hombre… Gala pensó que estaba perdiendo la cordura, que el viaje le estaba afectando más de la cuenta y que el aceptar aquel trato era la peor decisión de su vida. Seguramente, su prometido estaba abajo esperando por su presencia, mientras que ella se estaba besando con el que era su cuñado. No, es que no estaba bien lo que estaba haciendo, pero, por otro lado, ¿Por qué le gustaba tanto estar así con su jefe? Esos labios, esas caricias, esos apretones en su cadera, ¡Santo cielo! Era demasiado divino, pensó ella.Estaba muy as