Marzo del 2021Seguíamos sin ir a la preparatoria de manera presencial, aún existían muchas restricciones. Según los índices de mortalidad, aún no permiten el regreso a las aulas de clase. Sin embargo, ya había actividades bajo un estricto régimen de cuidados.Y gracias a los medios permisos se llevará a cabo el torneo de patinajes, mi equipo se inscribió. La autorización debíamos enviarla a más tardar mañana para que la entrenadora se encargara del hospedaje. —Eso sí, el transporte y estadía correría por cuenta de cada una de las deportistas—. El viaje sería en cuatro días. Nos quedaríamos unas dos semanas en Boston.El problema puede que lo encuentre en la autorización del permiso por parte de mi padre. Y no era por la edad; ya era mayor de edad. Si no por los permisos a raíz de la pandemia. Ahora hay protocolos y también porque la escuela quiere curarse en salud, no sea que nos contagiemos en Boston.Imprimí los papeles que mi padre debía firmar, salí de la habitación. En el pasill
Bajé del avión. Hoy descansaré después de registrarme. La travesía para salir del país, me dejó cansado. Mañana era la primera entrevista. Jonathan me había entrenado para poder ingresar a la universidad de leyes, a una de las mejores universidades de Estados Unidos.Debía prepararme, y para ellos debía no solo estudiar aquí para aprender las legislaciones del país. Si no que estudiaré leyes a distancia en una universidad de Turquía para aprender las leyes de mi país. Si voy a darle la guerra a mi padre y poder quitarle el poder de manera limpia las empresas. Debo enfocarme en los próximos seis años, incluyendo este que me faltaba.Una imagen de Emily se instaló en mi mente. Una relación con ella no habría funcionado, la distancia y mis problemas. Donde se encuentre, espero la vida le esté sonriendo a mi Pelirosada.—Jonathan. Me voy a quedar una semana aquí.—Eso es peligroso.—Estaré bajo perfil.—Si su padre se da cuenta, le arruinará el ingreso a la universidad.—Estudiaré en otra
Llegamos del entrenamiento. Estos dos días salíamos a las cinco de la mañana y regresábamos pasada las siete, cenábamos y a descansar hasta el día siguiente. Sonó el celular.—Hola, papá.—Esa voz se escucha cansada.—Así es, nos encontramos en el restaurante para cenar, me doy un baño y a dormir. Mañana es la inauguración, aunque mi grupo está en el intermedio, hago mi debut sobre el mediodía. Pasarán la competencia en el canal nacional.—Te estaremos viendo y vas a ganar.—Gracias, a mi fan unitario. ¿Cómo te fue con lo de la presentación para la campaña que estabas realizando?—Excelente. Y debo presentar otra en Italia. La abuela se quedará con los mellizos. Voy a tardar unos cinco días. —Me alegra que salgas papá, desde la muerte de mamá te has encerrado.—¿Tú le harás barras a tu abuela?, estoy bien solo.—Si tú lo dices. De mi parte tienes permiso para tener novia, ya te lo dije. Amaste a mi madre, la honraste en vida, eso es lo que cuenta y la has venerado en muerte. Pero er
Salí del baño a donde boté el preservativo. Vi a la secretaria actual acomodarse la ropa, ya me estaba cansando de follarla. La mujer sonrió y no le correspondí a dicha sonrisa. Tocaron a la puerta.—¡Adelante!El jefe de personal ingresó, detrás de él vi al jefe de seguridad y vigilancia. Le hice señas para que ingresara.—Déjenme unos minutos a solas con el jefe de seguridad. Ahora nos reuniremos. Rina, adecúa la sala de juntas para la reunión con el jefe de personal. —Una vez a solas lo miré—. Dime.—Me ha llegado un reporte de Turquía, van cinco días de no ver al joven Iskander salir a trotar como suele hacerlo todos los días.—¿Estará enfermo? —ayer no me contestó, pero esta mañana me envió unos mensajes muy típicos de él.—No hay indicios de ello.—¿Margarita y mi hija? —Ellas si se han dejado ver. También compraron tiquetes para los tres, salen hoy regresarán la otra semana. Viajan a Italia.—¿Nada más ellos?—Si señor.—Gracias por el informe, diles a tus hombres que no deje
Lo miro y no me lo creo, mucho menos que le haya reventado la nariz de nuevo. —solté una carcajada—. El señor Jonathan miró por el retrovisor, mientras Iskander unía esas perfectas cejas. Estaba más bello, todo un turco precioso, no tenía nada malo ese hombre. Ahora era más alto al de mis recuerdos, más fornido, su cabello a juego de esos preciosos ojos negros porque era tan bello o yo lo veía precioso. En todo caso, lo tenía al frente y si andaba con un abogado su situación debía de ser compleja. —¿De qué te ríes?—Es la segunda vez que te golpeo en la nariz y ambas tienen que ver mis patines.—Llegamos muchachos.—Iskander debo correr, ¿estarás en las gradas? —afirmó. Antes de bajar lo besé—. Me esperarás, ¿cierto?—No iré a ninguna parte, además sé en qué habitación te hospedas.Mi corazón se quería salir, y con los ojos de nuevo humedecidos bajé del auto, ahora debía concentrarme en lo que se venía, un fuerte regaño de una señora a la que no le caía en gracia.La entrenadora est
Me llamaron al celular para informarme que la camioneta había llegado. Bajamos, cancelé los servicios en la recepción y también pagué los de Emily. Iba a objetar, pero alcé mi dedo. Ella sabía nuestro código, nunca pagará nada a mi lado, eventualmente una salida y si ella se adelantaba. De lo contrario, no lo permitiré.—¿De qué te ríes? —¿Sé ha molestado?—¿Se te olvidó que no me gusta que gastes a mi lado?—Creí que te habías modernizado un poco ante la igualdad de gastos. La igualdad femenina, el tema de gastos compartidos o tú pagas lo tuyo y yo me encargo de lo mío.—No contigo. —Se sonrojó.Me entregaron las llaves de la camioneta, los documentos y le abrí la puerta a mi Pelirosada. Al subirme busqué un supermercado para hacer las compras por una semana, ojalá pueda quedarme dos. En el momento en que iba a aceptar la ruta, sonó mi celular, era una videollamada de mi hermanita.—Alguien se va a poner feliz. —acepté la llamada—. Hola, Esferita.—¡Ya no estoy tan gorda!—¿Llegaron
La casa campestre era grande, bonita, lujosa y tenía ese no sé qué acogedor, podría decir un toque familiar. Terminamos de guardar las compras, Emy no me había mirado, debía ser los nervios, hasta yo siento algo extraño. Sabemos lo que va a pasar entre nosotros, pero no debe ser ahora. En el fondo yo quiero que se tarde un poco. Ni que fuera la primera vez en tener sexo… «Con ella no solo será sexo, idiota. Tu pelirosada es demasiado importante en tu vida, desde hace mucho como para que nada más sea sexo» —escuché la voz de mi conciencia. —Quiero… —Sus mejillas se sonrojaron—. ¿Cuál será nuestra habitación? —Eso se escuchó muy gratificante, nuestra habitación—. Todas parecen la principal.—Tú escógela.—Me bañaré y luego bajo a ayudarte a preparar el almuerzo.Afirmé, tomó su maleta y subió. Salí un momento a la terraza y era inmenso, lleno de jardines con temáticas diferente para pasar momentos inolvidables. Mi madre no demora en llegar a Italia. Miré el celular tenía varios mensaj
Me hospedé en un hotel no tan elegante, era bonito, veía televisión en la habitación. Pasado mañana era la presentación ante varios clientes, en especial con la señora Margaret Alarcón. Estaba atardeciendo…Me encontraba en Italia por primera vez, ¡viendo televisión! ¿En vez de salir a conocer un poco la ciudad? No tenía nada de malo tomarme un vino o un par de cerveza en algún lado. Mi madre tenía razón… Desde la muerte de Dakota no he salido con nadie. Ahora no es que se pueda salir mucho, hay restricciones. Pero al aire libre si podía beber un vino. No lo pienses Braulio, sal.No pensé sino cuando ya caminaba por las calles. Mucha gente estaba de nuevo tomando confianza para salir sin tapabocas. Caminé por varias calles, tomé algunas fotos para mandar a mis hijos y madre, así se dan cuenta de que si salí a distraerme. A eso de las ocho de la noche ingresé a un restaurante para cenar.…***…Le había hecho caso a Iskander, no para tener una noche loca de sexo. Ni más faltaba, pero si