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Naciente Oscuridad
Naciente Oscuridad
Por: Alejandra Coronado
Capítulo 1 "Parva res in vita"

Actualidad: 4 de octubre de 1998.

Una vez más me encuentro escondiéndome de aquel monstruo que me acecha desde la oscuridad, solo puedo pensar —¿Qué es lo que quiere de mí? — siento como el miedo se apodera de mi cuerpo, poco a poco todo se va entumeciendo y el sudor frío se hace presente, no sé cuánto tiempo más pueda huir de él; Cierro los ojos intentando calmarme y por un momento me dejo llevar por los recuerdos.

6 años atrás: 25 de diciembre de 1992.

Dedrick Smith

Las mañanas de navidad siempre son las mejores, toda la familia reunida y ese peculiar olor de las famosas galletas de mi madre, las historias del abuelo Matt —suspiro.

No puedo esperar a que se llegue la hora de abrir los regalos, he sido un buen niño este año, bueno, quizá hice algunas travesuras en compañía de mi mejor amigo André, pero aun así no ha sido tan malo.

—¡Dedrick! —me llama mi padre 

—Acércate es momento de abrir los obsequios —asiento, mientras avanzo a paso rápido hacia la sala.

Mi abuelo se acerca hacia mí con una gran caja, mientras una sonrisa surca su rostro.

 —Aquí tienes pequeño, anda ábrelo.

— ¡Gracias abuelo!, —desesperado comienzo a retirar la envoltura mientras, la emoción se hace más grande y no puedo dejar de sonreír al ver lo que alberga esa gran caja. Es una buffalo bill toy pistol, el abuelo siempre me cuenta que de niño le gustaba coleccionar estos juguetes y que algún día yo podría tener su colección.

—¿Te gusta tu obsequio? —pregunta el abuelo Matt.

—¡Si!, era justo lo que quería, gracias abuelo —me acerco a darle un abrazo al abuelo, quien ríe de por la expresión en mi rostro.

— No deberías regalarle esas cosas al niño, No está bien que juegue con esas cosas, puede ser peligroso —interviene mi abuela Greta.

—Mamá no es para tanto, solo son juguetes inofensivos —le responde mi padre.

—Si mujer, cuando yo tenía su edad mi padre me las regalaba a mí y yo las coleccionaba y mira quizá nuestro nieto pueda hacer lo mismo —comenta mi abuelo.

Nada puede borrar la emoción que siento en ese momento, mamá se une a nosotros y trae consigo un plato de sus ricas galletas, así es como pasan las mañanas de mi navidad. Permanezco jugando con el abuelo y mi padre por lo que resta del día.

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