MARIANNELas imágenes de el fuego del infierno quemándome por no dar la oportunidad de vida a un ser que ni siquiera había tenido la ocasión de ver la luz me hicieron cerrar la garganta en un hondo sollozo. Yo nunca haría algo semejante… pero no sabia que debía hacer ahora… nunca pensé que algo así podía sucederla madre naturaleza había sido demasiado acertada conmigo…—Marianne… creo que debes pensar muy bien… — se puso de pie — Estaré afuera si me necesitasAsentí porque no me sentía capaz de mayor cosa, la noticia me había dejado conscientemente noqueada.Agradecí la soledad pero no porque Amanda no pudiera aportarme valiosos concejos, no era por eso… tenia la cabeza llena de miles de preguntas y ninguna de ellas tenía una solución medianamente brillante. Por mucho tiempo miré hacia la ventana intentando asociar el curso de mi vida hasta ahora con un pequeño… yo nunca pensé que tendría hijos si no estaba casada. Había visto los casos con un poco de pesar por esas mujeres que se ent
EDGARDEl modus operandi de la empresa de vigilancia que había contratado consistía en recopilar la información durante un mes y entregar el informe al final, dependía del cliente si quería continuar investigando. A pesar de que me interesaba todo lo que tuviera que ver con Marianne más me interesaba el particular aspecto de saber si estaba embarazada o no.De todas maneras, así no lo estuviera, estaba dispuesto a recuperarla por que ya no podía ver mi vida sin ella, me había hechizado de manera sublime, aquella encantadora bruja me había robado el corazón, el cerebro y el cuerpo y estaba dispuesto a todo con tal de tenerla en mi cama y en mi vida.Por momentos me entraba el inalienable impulso de levantar esa maldita bocina y llamar al investigador para que me trajera la información que hubiese logrado recuperar, no importaba si se trataba de tres líneas, pero necesitaba saber algo, cualquier cosa. Pero lo dejé a un lado, si quería hacer mi regreso a la vida de Marianne, debía hacerl
EDGARDAlex se alejó y tras el paso la sombra que luego se transformó en un hombre alto y vestido de negro y con gafas negras. Él debía ser Deverell.Entró en silencio, casi no se sintieron sus pasos y eso no tenia nada que ver con el costoso alfombrado del piso. Tuve el loco impulso de correr y arrancarle el fólder que tenia en su mano para ver si era lo que yo pensaba que era. Educación, hombre, educación.Extendió la mano hacia mí y se la estreché.—Liam Deverell, investigador privado — introdujo.—Siéntese por favor—GraciasPuso la carpeta sobre la mesa y yo la miré intensamente, haciendo uso de mi educación, que me impedía comportarme como animal—Tal como se prometió, los últimos cuatro meses de la vida de Marianne Cooper — informo seriamente, como su trabajo se lo debía exigía.El sonido de su nombre erizó cada poro de mi piel, la tensión que me envolvió se transformó luego en un juego de sensaciones monumentales. No sabia que mis sentimientos por ella eran tan intensos como p
MARIANNE — Muy pronto, Marianne El eco de esa voz sonó en mi cabeza. Conocía su procedencia, pero no podía hacer nada para aliviarla por más que lo intentara. Era un matiz conocido, el exacto timbre y la leve ronquera….como si hablara siempre con deseos ocultos. Mi cuerpo siempre reaccionaba al recuerdo de esa voz lo quisiera o no. Solamente había pasado un día desde que había abandonado el hospital, aquel en donde había permanecido más tiempo del que quería hospitalizada por riesgo de perder al nene. Ahí permanecí recluida hasta que el medico consideró que mi embarazo había dejado de ser —riesgoso—. Aun así debía permanecer en reposo. Menudo reto. Me iba a quedar sin trabajo, lo más probable. La ultima ecografía revelaba que él bebe estaba a salvo al igual que yo, hasta había escuchado su corazoncito saludable. La rápida cadencia había hecho que mis ojos lloraran sin poder creer que dos corazones moraban en mi cuerpo. Una vida. —Al menos yo debía servir de algo—. El pensar est
EDGARDAbrí la puerta de la habitación lentamente, como dejándole a ella que saboreara su victoria. Cuando nuestros ojos se cruzaron los de ella, desprovistos ahora de las gafas, efectivamente me miraron con abierta victoria y con la seguridad que, según ella, tenía.Yo dejé la expresión de mi cara quieta. El plan que tenía con ella fallaría si expresaba con mi rostro lo que sentía.Jessenia Smith, ahora Grimes.Tenía una ligera idea de cuáles eran sus intenciones al venir aquí, pero sin embargo quería asegurarme, me senté en el mueble opuesto al de ella y la miré fijamente notando que su febril deseo hacia mí no había disminuido, venia para pedirme que me acostara con ella. Por primera vez la falta de principios me dio nauseas, yo no era precisamente un dechado de dignidad, pero me sentía sucio solamente con mirar a la perra.—Señora Grimes… — utilicé el apelativo porque una vez escuché a una cliente decirle a William que le molestaba que le dijeran señora por que se sentía de más ed
EDGARD —Maldita tu — le respondí — Creí haberte dicho que ni por dinero revolcaría mi piel con tu suciedad… — Sonreí de lado — Pero no te preocupes, pronto seremos familia… podrás estar tan cerca de mi como cualquier otro… —¿Familia?— dijo ella sin comprender. —Familia — dije yo — Creo que te sorprenderá saber que la mujer de la que hablamos antes resulta ser tu muy odiada hermana Marianne Cooper… Familia porque en cuanto hable con Charles y le aclare la situación me voy a casar con ella… y no vas a intentar nada para impedirlo si no quieres que una copia de este muy bien editado encuentro llegue a manos de tu marido, o de tu mamá… Lo siento mucho Jessenia, pero debiste irte a la primera oportunidad en que te negué mi servicio… claro que si no hubieras insistido tendría mucho más difícil que ahora el acceso a tu hermana. Muchas gracias. La puerta y la salida quedan a la derecha… — No quería ver su apestosa cara nunca más. Haciendo una profunda reverencia para burlarme de ella sal
MARIANNEEse día el trabajo estuvo un poco pesado pero debía agradecer al señor Brooks que tuvo compasión y me dejo salir temprano… muy entrada la noche.El celular retumbó y vibró sobre mi escritorio mientras metía las carpetas en el contenedor.—¿Marianne?— escuché la voz de Amanda apenas contesté.—Hola, Amanda— le dije poniendo el altavoz para seguir ordenándolas.—¿En cuanto sales Marianne…?— parecía un poco ansiosa.—¿Sucede algo Amanda…?— pegunté no muy segura de querer saber la respuesta.—No… Solamente quería preguntarte si te faltaba mucho… —¿Por qué? ¿Tienes planes con Jason?—No… bueno no hoy — se quedó callada un momento luego continuó—Marianne… quería preguntarte… si… si tienes que hacer algo… mañana en la noche —No… — dije recordando a mi jefe — El señor Brooks no me necesitara sino hasta las tres. ¿Por?—Jason tiene una reunión con sus amigotes y me pidió que fuera con él, pero sabes como son, en cuanto esté con ellos se olvidara de mí y no conozco a nadie así que…
Amanda se volvió hacia mi sin entender, cuando recibió el sobre manilado de manos del hombre él se dio media vuelta sin decir nada más. Ella extendió el sobre y allí estaba la dirección de la casa y todo lo demás correspondiente a Amanda, pero estaba dirigida a Marianne Cooper. —Que extraño… — dijo pasándomelo, yo lo tomé y sopesé, palpándolo parecía tratarse de un CD corriente. Era extraño recibir correspondencia y más aquí donde nadie parecía conocerme. Busqué entre la gente estirando el cuello para ver si reconocía a alguien pero solo el brillo de los lentes negros que ahora portaba Liam me devolvieron algún reconocimiento. —Seguramente quien te lo envió sabía que te encontrarías aquí.— dijo Amanda Cuando abrí el sobre vi que el CD era un DVD. No tenía ninguna nota ni nada, solo la marca fina. —¿Quieres que vayamos a verlo?— preguntó Amanda a mi lado, al parecer bastante curiosa, como yo, del paquete. —Estamos en la fiesta… — dije pensando en que tipo de fiesta los anfitrione